domingo, 14 de abril de 2019

SEMANA SANTA, ENTRE LA CATARSIS ALIENANTE Y LIBERADORA


Iniciamos esta semana santa del 2019, conforme a los mitos, creencias y rituales, que históricamente se han desarrollado desde los tiempos de inicio del cristianismo, en el mundo occidental, generadores de catarsis en las personas y las comunidades, con esas sensaciones de liberación que producen los estados emocionales o sentimientos inmersos, sean positivos o negativos como la euforia, la desesperación, la angustia, el dolor, el miedo, el sufrimiento, la agonía, el éxtasis y la tristeza

Es una catarsis alienante apoyada por la tecnología, la cultura de los medios y redes de comunicación, en poder de los grupos dominantes, dirigida a fortalecer la identidad y convicciones de la religión cristiana, desbordando fanatismos, donde algunos sujetos llegan a ser ajenos a sí mismos, donde ya no controla ni su “yo”, convirtiéndose menos dueño de sí mismo, llegando al sado masoquismo, donde el dolor purifica su existencia espiritual. 

La compasión, el odio, la alegría y los otros sentimientos que se generan en los hechos recordatorios de esta etapa histórica de la vida de Jesucristo, resultan hasta en el espectador, la purificación propia de estos estados emotivos, que en su mayoría llevan a las personas, en sociedades como la nuestra,  a un estado de conformismo alienante y no de praxis cotidiana, de los grandes valores y principios inmersos en la religión cristiana, que lleven a la catarsis liberadora, donde sus congruentes acciones, permitan cambiar situaciones de la realidad cotidiana, injustas y encarar así su propio desarrollo personal, jerarquizando el valor del ser, sobre el de tener, inmerso en la sociedad de consumo, que en las últimas décadas, prevalecen en el modelo neoliberal, atentado no sólo contra la primacía de los valores cristianos, sino hasta la herejía de idolatrar al dinero, negando a Jesucristo, como su dios verdadero.

Las filosofías liberales y marxistas refieren que las religiones son alienantes, son fuerzas exteriores que nos pueden a convertir en personas pasivas, sumisas, acríticas, indiferentes, casi narcotizadas, ante los problemas, la explotación y las injusticias del mundo en que vivimos. Los hombres y mujeres tenemos la posibilidad de que en algún momento alguien o algo nos genere un proceso catártico, en donde tomemos conciencia de nuestras cadenas, que impiden nuestra liberación,  y allí entonces se da un punto de partida para la praxis, para el cambio, el paso de la objetivo a lo subjetivo.

Si a esto agregamos la cultura de masas, que en el siglo XX abrió la puerta a industrias culturales, con la televisión y las películas comerciales como las grandes fuentes de catarsis en la sociedad,  fortalecidas en este siglo por las redes sociales de internet, que  quieren estupidizar, con sus imágenes, noticias y sentimientos, precarizando los procesos del pensar, del saber y del ser, se potencializa la necesidad de la catarsis liberadora, para purgar sentimientos y pensamientos, que impiden accionar la conciencia y convicciones, para lograr luchar contra las injusticias, el bienestar, la paz y la prosperidad de nuestras sociedades.

Los que trabajamos para la salud mental, usamos el proceso de catarsis emocional como una función liberadora, ayuda a conocer y expresar los sentimientos, llevando a las personas, más allá de la intelectualización de las situaciones adversas que estamos viviendo. La mayoría de las psicoterapias la integran, algunos utilizan métodos de introspección o de trabajo grupal, como es el caso del psicoanálisis o del psicodrama, con el fin de generar en el paciente una catarsis, para poder librarse de un trauma psíquico que afecte su vida cotidiana, o bien para reducir el nivel de stress producido por los ritmos de la vida urbana moderna.

Las catarsis son necesarias, no sólo para la salud mental, sino fundamentales para la existencia y el desarrollo de las sociedades, siempre y cuando sigan el tránsito de la alienación a la liberación del ser humano, que le lleve a reconstruir la experiencia en forma de nuevos aprendizajes.

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