Cuando iniciamos en el 2012, los
trabajos para la organización de nuestro movimiento-partido que denominamos
Movimiento de Regeneración Nacional, nos quedaron claros los fundamentos ideológicos,
pretensiones, objetivos, estrategias, las normas y valores que fueron luego
integradas en los documentos básicos, Estatuto, Declaración de Principios y
Programa político, que protestamos cumplir y hacer cumplir para lograr derrocar
el régimen de oprobio, en forma pacífica, por la vía electoral, que finalmente
logramos, con la contundente victoria en las pasadas elecciones del 2018, con
la presidencia de nuestro líder Andrés Manuel López Obrador y una mayoría de
diputados y senadores de MORENA en el poder legislativo federal.
Lograr esa victoria histórica, tuvo
sus costos, derivados del abuso de la estrategia política aliancista, que los
dirigentes nacionales realizaron inmersos en el pragmatismo ramplón, donde
indiscriminadamente, integraron a personajes políticos y empresariales, con
pasados inmersos en la corrupción y las servicio de las redes delincuenciales
del poder del régimen que combatíamos. La mayoría de militantes y dirigentes en
todo el país, subordinamos el objetivo superior de lograr el poder con la
victoria electoral, disciplinados, no dejábamos de denunciar ante los órganos
internos, las decisiones abominables y perversas, con las que imponían los
intereses de esos personajes, hasta en las candidaturas plurinominales, que deberían
de ser sólo para los militantes de nuestro movimiento partido, así toleramos y
actuamos con prudencia. Los derechos como militantes, la trayectoria, los
atributos éticos políticos y la antigüedad en la lucha por causas sociales, fueron
mandados al carajo, sin ninguna valoración en las decisiones de los
responsables del CEN, dirigidos por la presidenta en funciones: YEIDCKOL
POLEVNSKY GURWITZ.
Lo que sucedió en Nuevo León fue
ejemplar para Yeidckol y sus operadores, lograron sus objetivos despóticos,
corrompiendo a los principales dirigentes, integrándolos a la estrategia
perversa de evitar el funcionamiento institucional de MORENA en el estado,
impidieron que el órgano de dirección, el Comité Ejecutivo Estatal, no
sesionara, desde el mes de enero del 2018, no tiene las reuniones semanales con
quorum, y el órgano de conducción, el Consejo Estatal, desde el mes de agosto
del 2017, no ha logrado sesionar con quorum, a la fecha ambos órganos, siguen en
la inoperancia. Así nuestra oposición fue liquidada, en sus denuncias y propuestas,
con sus poderes plenipotenciarios, espetándonos sus sarcasmos inmersos, en su
disfrute burlón, haciendo gala de su empoderamiento político, económico y jurídico.
Desde entonces los personajes más
ignominiosos han sido promovidos, por la dirigente nacional YEIDCKOL POLEVNSKY
GURWITZ, son operadores políticos del
PRI, del PAN y del gobierno estatal independiente, que buscan apoderarse de
nuestro partido: Rafael Zarazúa Olvera, Carlos Humberto Suarez, Abel Guerra
Garza, Alfredo Treviño, Luis Carlos Urzua,
Víctor Hugo Govea, Claudia Tapia Castelo, entre otros, con la complicidad torpe
del ex - Presidente del Comité Ejecutivo Estatal, Edelmiro Santos Díaz, del
Secretario de Organización, Ramiro Alvarado, y del Secretario de Bienestar
Social del CEN, Adolfo Villarreal Villagrán. Desde mediados del 2017, más de 40
Consejeros Estatales, así lo denunciamos a la dirigencia nacional y Comisión
Nacional de Honestidad y Justicia, pues sin tomar contacto alguno con la
militancia y los miembros del Consejo Estatal de MORENA Nuevo León, la señora
Polevnsky se dio a la tarea de sustituir las responsabilidades del Consejo
Estatal y del Comité Ejecutivo Estatal, utilizando todo el poder que le daba su
membrecía en la Comisión Nacional de Elecciones, se aplicó a designar en el
2018, todos los candidatos a los diversos puestos de elección popular de índole
federal o local en el Estado, y sus designaciones
finalmente recayeron en personas militantes del PAN, del PRI o
relacionados con el “gobierno estatal independiente”.
Hoy conforman el proyecto PRIMOR,
con la bancada legislativa subordinada a connotados priistas corruptos dirigiendo las
actividades legislativas de los diputados locales de MORENA en el Congreso del
Estado, con Ramiro Roberto González Gutiérrez, que primero fue impuesto, como
candidato, de la coalición Juntos Haremos Historia (Morena-PT-Encuentro Social)
del distrito local 16 en Apodaca, y luego gracias a nuestro partido y AMLO,
logró la victoria para ser diputado local, ahora fue impuesto, en el cargo que
le corresponde a nuestro partido, como primer vicepresidente de la Mesa
Directiva del Congreso del Estado, inmerso en las relaciones e intereses de los
grupos políticos medinistas y otros engendros priistas como Natividad Gonzales
Paras, como Héctor García, Carlos Barona, Álvaro Ibarra Hinojosa.
Son además los influyentes
impositores, de los funcionarios que se están designando en Nuevo León para ocupar
las principales de dirección de las delegaciones del gabinete federal de
nuestro gobierno, siguen promoviendo la marginación y la exclusión de los
principales activistas, luchadores sociales, dirigentes históricos de la
izquierda, fundadores de MORENA, con perfil profesional y experiencia en la
función pública y que han apoyado a AMLO desde el movimiento de desafuero, en
ese proceso de integración de los
cuadros directivos del gobierno federal en el estado.
A esas personas, hoy les decimos,
sin arrogarnos derechos especiales de fundadores, que no permitiremos que
MORENA, funcione sin el respeto absoluto a nuestra Declaración de Principios y
el Estatuto, que rigen nuestra vida partidista. Hoy renovamos la convicción de
rescatar a nuestro partido, del
cochinero en que lo han sumergido, dañando nuestra imagen institucional, por
ningún motivo permitiremos, que uno o una oportunista, llegados al amparo de ese influyentismo de políticos perversos,
con su poder de cooptación económica, conduzca las responsabilidades que como
partido tenemos, de vigilar el recto actuar de nuestros futuros candidatos, así
como de los funcionarios que han asumido o asumirán una responsabilidad en la
administración pública federal, estatal o municipal, con el objetivo de hacer
realidad nuestro programa político y subsumir nuestros principios y la ética
política, para ejecutar la cuarta
transformación política, económica y social que hemos iniciado en México.
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