Sin duda uno de los mejores indicadores en pro de nuestra
salud psicosocial y para alcanzar los mejores niveles de desarrollo humano y
social, de las personas en la sociedad
contemporánea, ha sido su activismo participando en la búsqueda de soluciones a
los problemas humanos, que cotidianamente enfrentamos, es el protagonismo
necesario y vital que nutre las organizaciones y la vida interna de los grupos
sociales.
La pasividad, el no hacer, es lo que por siglos, han estado
imponiendo las y los oligarcas del poder económico y político, completando su
círculo virtuoso de dominio-explotación sobre las personas y las masas,
sometiéndolas a sus estrategias mediáticas de comunicación dirigidas a
despersonalizarlas, inundándolas de emocionalidad, frivolidad, asuntos
triviales e información alejada del conocimiento científico, hoy reforzada por las redes de internet donde
afanosamente, millones de consumidores, usan mucho de sus tiempos, llegando
hasta el éxtasis, por convertirse en ser una persona, aunque sea virtual. Son atrapados en los espejismos del ser, en
esas redes como Twitter, que el maestro Sociólogo, Heinz Dieterich, “ha
catalogado como cloaca capitalista, donde tiburones mercantiles, trolls
políticos, pillos, pendejos y exhibicionistas de todo tipo satisfacen sus necesidades.”
Así el hacer se reduce al mínimo esfuerzo, hasta el físico,
que hoy nos agobia con la alta prevalencia de la obesidad y la diabetes,
predominando el cerebro emocional sobre el racional, emergiendo el
exhibicionismo, en esas redes de internet, donde la mayoría aparenta el saber,
intenta hacer creer que conoce, que está inmerso en la felicidad, en el
bienestar, como compensación a las devaluadas autoestimas, hambrientas de
reconocimiento y de ese estigma del ser exitoso, que nos han impuesto, en la
mentalidad del ser, en los paradigmas del mercantilismo deshumanizante, del
modelo neoliberal que vivimos en todo el mundo.
El activismo social y político protagonista, exitoso es
reducido al posicionamiento exhibicionista, más en las redes, donde lo
importante es dejarse ver sin límites, generando el máximo de simpatías, las
posturas y los contenidos asociados a los referentes de la acción son
marginados, la emotividad integrada, desplaza, ese conocer, saber, juzgar,
analizar y razonar, sustantivo de las conciencias que pierden su
fortalecimiento. Con razón José Saramago, reiteraba en los últimos años de su
vida, que lograr la conciencia en los humanos es la única alternativa viable al
neoliberalismo. Simple y llanamente, si prevaleciera la conciencia del ser
humano, eliminaríamos toda conducta
humana dirigida a la explotación y la destrucción de la vida, que poco le
importa a los neoliberales.
En la conciencia se integran las convicciones e identidades
del ser, la trascendencia de la existencia humana, nutre el protagonismo que
las personas tienen en sus vidas, no sólo en su activismo para solucionar los
problemas de su vida personal, sino de los grupos y comunidades donde vive,
donde se generan los determinantes sociales de su desarrollo.
Promovamos más el protagonismo, buscando el ser congruentes,
honestos, responsables y ejerzamos plenamente nuestra libertad y la democracia,
actuemos contra toda injusticia, las graves desigualdades económicas que
prevalecen, con sus lacras de explotación y pobreza, porqué se nos respeten los
derechos humanos y sociales, rechacemos el exhibicionismo falaz que atenta
contra nuestra dignidad humana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario