martes, 31 de diciembre de 2019

2020 EL AÑO QUE DEFINIRA LA CUARTA TRANSFORMACION EN MEXICO

En México estamos viviendo, después de las elecciones de julio del 2018 y con la Victoria que encabezo nuestro partido MORENA y AMLO, al ser designado nuestro presidente, un proceso de transformación de nuestra sociedad, que pretende ser revolucionario, donde la transición sea pacifica, sin violencia, superando las grandes transiciones revolucionarias históricas, del mundo y de nuestra patria, donde el medio principal del cambio han sido las armas y sus tragedias inmersas en la violencia con los cientos de miles y millones de muertos. 

En este periodo de tiempo, estamos enfrentando y tratando de vencer los intereses y las estructuras de poder, del antiguo régimen que existen en los diferentes niveles territoriales e institucionales, desde los ámbitos locales, regionales y nacionales. La estrategia fundamental, ha sido lograr los cambios institucionales, mediante acuerdos negociados con las elites dominantes, donde el proceso de redistribución relativa del poder político y económico, ha generado divisiones, que no dejaran de ser temporales, en tanto la negociación, no resulte afectando el gran capital de sus intereses y de las grandes multinacionales, que lamentablemente siguen influyendo en el nuevo poder emanado del mandato electoral de los ciudadanos que nos dieron el apoyo. 

Sus resistencias son extremas y han llegado hasta promover el uso de la fuerza militar, para acabar con el ejercicio del poder presidencial y legislativo, que nuestra incipiente Cuarta Transformación, ha logrado, reformando la constitución, las leyes, los planes y programas, para lograr nuestro desarrollo nacional inmerso en los tres ejes generales rectores: Justicia y Estado de Derecho, Bienestar y Desarrollo Económico, donde prevalezca la democracia la honestidad, el humanismo y los más altos niveles de desarrollo social y humano de nuestro pueblo. 

El éxito de nuestra lucha en la transición reformista que cursamos, dependerá del arte de la negociación desde el poder, que ejerza AMLO y sus principales integrantes del gabinete federal, así como los dirigentes de MORENA, tanto en el Congreso de la Unión, como en el seno de la organización del partido. Lograr la victoria de la 4T dependerá de las concesiones y consensos, que se construyan frente a las antiguas estructuras del poder, que prevalecen en los municipios, las gubernaturas, los congresos estatales, las dependencias federales, instituciones, organizaciones corporativas y clientelares del régimen de oprobio que pretendemos erradicar.  

Las políticas del cambio seguirán mejorando la economía, la situación social de las y los ciudadanos y el posicionamiento de AMLO seguirá siendo con altos porcentajes de aprobación, sin embargo eso no garantiza que la percepción, esa función cerebral, que sirve de base en la conducta de la persona ante una elección, tenga plenamente integradas la convicción e identidad política con la 4T, que permita la victoria de los candidatos y candidatas de MORENA en las elecciones del 2021. Sera año de un gran reto, porque tendremos elecciones de 300 diputados por votación directa y 200 de representación proporcional, 15 gubernaturas y 30 procesos locales de diversa índole, que serán la prueba de fuego para el nuevo régimen y los poderes locales. 

Además de la grave disfuncionalidad de nuestro movimiento-partido, tenemos a los gobiernos estatales, más en los estados pripanistas que de modo sistemático han autorizado y financiado los fraudes electorales, que junto con los grupos de interés muy poderosos y hasta las organizaciones criminales, en los estados, no cesaran en sus estrategias del fraude electoral. Otra adversidad, serán los funcionarios federales delegacionales claramente originarios, formados e integrados en el pragmatismo político electoral, oportunista y sin valores. Por otra parte seguimos inmersos en las estrategias de concientización digital y acciones, que dominan la mente pública, de los fake news, desestabilizadores, donde desde las fuerzas gubernamentales carecemos de un sistema de información, concientización y propaganda, adecuado para defendernos de los efectos destructores de su guerra psicológica. 

Por eso en el 2020, será necesario solucionar los tres  problemas fundamentales que tiene la 4T, Primero: el relacionado con el estado de Morena como partido en el poder, incapaz de lograr su funcionamiento institucional cabal, política, administrativa y jurídicamente, seguimos fragmentados y dispersos, sin lograr consensos, ni la renovación de las direcciones en el proceso democrático de elección interna, sin direcciones operativas, en todos los niveles, desde el nacional, hasta los estados, los municipios y los distritos electorales, inmersos en pragmatismos políticos oportunistas, sin ideales ni valores, con personajes y grupos de interés al servicio del régimen, que pretendemos acabar, con sus desviaciones y perversiones en las posturas políticas en sus feudos territoriales,  semiparalizado en sus tarea fundamental de formación de cuadros y sin capacidad de apoyo logístico contra los opositores a la 4T.  

El segundo, está en la guerra psicológica contra los adversarios, la estrategia comunicacional del gobierno es deficiente, a pesar de las innovaciones, seguimos sin neutralizar la permanente erosión televisiva de nuestras comunidades, dominada por los grupos empresariales al servicio del régimen anterior. El 90 por ciento de la percepción del mundo de los ciudadanos, pasa por la televisión, siguen con su universo mental alterno, en el que el ciudadano percibe a la falacia como “verdad”, los expertos de las ciencias de la comunicación, desde el siglo pasado, han informado como las oligarquías al servicio del capitalismo, manipulan la percepción y logran subjetivar la realidad, en sus objetivos de lograr el control de las mentes, donde se ha venido sumando la influencia de las redes sociales y la prensa conservadora con sus empresas capitalistas.  Si a esto sumamos que la mayoría de los cerebros de las personas, siguen con los efectos de la mala educación, inmersa no sólo en los bajos niveles de escolaridad, sino en el analfabetismo funcional, con sus dificultades en el análisis, la comprensión y el uso de las inteligencias, sin la sabiduría del conocimiento, proclives a la reacción emocional y la amoralidad del capitalismo del éxito, a cualquier precio y el poder fulminante de la comunicación digital, urge un sistema de contra propaganda para triunfar en la guerra psicológica social contra los adversarios. 

El tercero, tiene que ver con seguir desmantelando las estructuras del poder y sus personeros del régimen de oprobio, vigentes y activos en los diferentes niveles de gobierno y de las instituciones públicas, será vital que AMLO siga manteniendo su liderazgo y dirección en la construcción del consenso, conduciendo de manera hegemónica, creando eficientes equipos, expulsando funcionarios corruptos, con claros servicios y complicidades con el régimen de oprobio, perseverando en que se imponga el poder político sobre el económico, logrando medios alternativos con gran capacidad de solución de conflictos, incluyendo su influencia en el desarrollo de nuestro partido movimiento, inmerso en la democracia, sin aristocracias, ni corrupción y con una gran capacidad de consensos, que logren la unidad en la acción, movilizándose en apoyo de las políticas de la 4T y contra los conservadores opositores de las oligarquías económicas y políticas. 

En el 2020, lograr solución a estos tres grandes problemas, permitirá continuar la trasformación de nuestra sociedad, rumbo a las elecciones del 2021, para lograr la victoria, donde la felicidad y prosperidad de nuestro pueblo deben seguir siendo, el objetivo final de nuestra lucha revolucionaria.  

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