miércoles, 25 de diciembre de 2019

NAVIDAD FELIZ 2019


Son tiempos de renovación de la esperanza, es la natividad, volver a nacer, inmerso en la salud, la sabiduría de la vida misma, con la prevalencia incólume de los valores que definen nuestra humanidad y los sentimientos sustentados en al amor a los demás y a uno mismo, buscando siempre la felicidad, la alegría de vivir, de compartir, de darse y luchar contra todas las emociones y conductas desagradables, venciendo miedos, superando enojos, rencores, con la virtud del perdón, pero sobre todo acabando con las injusticias, las desigualdades y promoviendo la paz en uno mismo y con los demás.

En el mundo actual, donde lamentablemente sigue prevaleciendo la deshumanización, con el deterioro de los valores, el incremento de la violencia y la explotación depredadora de los poderosos económicos del neoliberalismo capitalista, generadoras de las lacras de pobreza y las graves desigualdades económicas, que siguen subordinando sus infames y voraces intereses económicos, amenazando nuestro ecosistema con las amenazas catastróficas del cambio climático y los daños ambientales que ya generan miles de muertes por los efectos de la contaminación ambiental, se hace necesario renovar esa esperanza que logre la defensa de la vida con el humanismo inmerso en la filosofía del ser en nuestras sociedades.

En México, después de que logramos ganar la presidencia de la Republica, con Andrés Manuel López Obrador, estamos intentando desmantelar ese nefasto modelo neoliberal, iniciando políticas sociales, cuyo eje central esta guiado hacia el bienestar y la reintegración de los valores y principios humanistas en el seno de la diversidad de sociedades que conforman nuestra patria, fomentando y promoviendo el respeto a la vida, buscando la renovación moral de nuestra sociedad, que acabe con toda forma de discriminación, pero sobre todo con la infame corrupción, que por décadas pervirtió y degenero nuestra humanidad, con sus cientos de miles de víctimas que nos llegaron a convertir no solo en uno de los países más violentos del mundo, sino de los más corruptos.

En nuestro entorno inmediato, principalmente con nuestras familias, tenemos que lograr trascender este renacimiento, promoviendo y fomentando esos valores y principios básicos del humanismo, los sentimientos de amor y las conductas dirigidas hacia el bienestar, que nos genere la paz y la alegría necesaria para vivir y seguir generando las fortalezas para que logremos la transformación pacifica del cambio de régimen que se resiste a cambiar.

Logremos, que hoy y siempre, prevalezca el amor no sólo en nuestra vida, sino hacia los demás, inmerso en el deseo fraternal de servir, con generosidad, con la férrea honestidad en el seno de nuestra personalidad, apegada a la verdad, rechazando la mentira, el engaño, la manipulación, la explotación y esa falacia de valores, “del tener”, que nos han conformado los personeros del capitalismo neoliberal, en sus doctrinarias filosofías dirigidas a promover e integrar las conductas del hiperconsumo mercantilista y las fantasías de la acumulación de riquezas materiales como sinónimo de éxito, que lamentablemente siguen prevaleciendo.

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