martes, 10 de noviembre de 2009

EL AMOR Y LA SALUD MENTAL

Decía Jhon Lennon "nos escondemos para hacer el amor en tanto la violencia la hacemos pública y no nos avergonzamos de sus consecuencias"; pues bien uno de los valores que más ha sido deteriorado en nuestra personalidad y en el campo de las relaciones humanas ha sido este sentimiento fundamental en la raza humana que es el amor.

Siempre es difícil definir las grandes realidades simbólicas y el amor es una de ellas, pero no por ello debemos renunciar a profundizar y reflexionar sobre este valor que a nuestro juicio dignifica y alegra la existencia favoreciendo el respeto, la cordialidad, la bondad y la solidaridad de las personas que hoy son victimas de la deshumanización que nuestras sociedades padecen que se expresan en el mayor de los trastornos psiquiátricos que esta por convertirse como primera causa de enfermedad y de discapacidad en el mundo: la depresión.

Más que un sentimiento el amor es un valor que se integra durante el proceso de desarrollo humano desde el embarazo hasta la última etapa del ciclo vital aunque son determinantes las experiencias infantiles cuya calidad y cantidad definirán el destino que le espera a la persona como lo encuadraría el maestro psicoanalista Santiago Ramírez en su famosa obra: Infancia es destino desde mediados del siglo pasado.

Erich Fromm, también psicoanalista, famoso por su obra el Arte de Amar que constituye uno de los textos básicos de quienes estamos interesados en el estudio de los sentimientos humanos, contribuyo a promover y fomentar este valor del amor, desmitificando, desprejuiciando y logrando clasificar los diferentes tipos de amor que los humanos integramos y debemos expresar en aras de una salud emocional, mental y social adecuada que contribuya al desarrollo integral de nuestra sociedad.

Entre las características fundamentales de todo tipo de amor están:

El cuidado y la preocupación por las necesidades de la persona amada, donde el amor es la preocupación activa por la vida y la realización de la persona que amamos, donde la ayuda desinteresada por el otro se llama amor.

Responsabilidad que significa que el cuidado y la preocupación por la persona amada implica responsabilidad, se esta dispuesto a responder a las necesidades del que amo y su vida me preocupa tanto como la mía.

Respeto que impide que la responsabilidad degenere en dominación y pasividad. Significa la capacidad de ver a una persona tal cual es, respetar significa preocuparse por que la otra persona crezca y se desarrolle como es; de este modo el amor implica ausencia de explotación y de uso de la persona amada.

Conocimiento del otro: No se puede amar aquello que no se conoce, no se puede amar a una persona si se le desconoce; el amor crece y se fortalece en la medida en que el conocimiento de la persona amada aumenta, esto hace posible que cada día más se incremente el amor.

Comprensión, significa entender a la persona amada desde ella misma, no desde nuestra subjetividad interesada, en la medida en que se profundiza en el conocimiento de una persona se toma conciencia de la diferencias respecto a uno que le proporcionan su particularidad como persona.

Por lo anterior amar es Respetar, Adaptarse, Comprender, Perdonar, Aceptar, Comunicarse, Acoger, Dialogar, Ser Solidario, Ser generoso, Ser Leal y Fiel.

Si estuviera presente en todos los actos humanos que realizamos se fertilizaría el comportamiento no violento que hoy nos invade con la inseguridad que nos agobia y la prevaleciente ambición voraz que justifican estupidamente los actos perversos de la corrupción que prevalece en muchos de los comportamientos cotidianos en nuestra sociedad.
Vivimos la violencia y no actuamos para evitarla, como decíamos al inicio hagamos del amor una virtud pública que no nos avergüence sino que nos enorgullezca por haber logrado integrar este valor que ha muchos les hace falta y sin duda es el principio de la felicidad y el bienestar que debemos gozar y al mismo tiempo convertirla en escudo contra algunos de los trastornos psiquiátricos como la depresión y las psicopatías.

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