Uno de los días festivos mas celebrados, fuera de los días oficiales que rigen nuestro calendario mexicano, es sin duda el día de las madres, es cuando mas emerge el amor materno en todo su esplendor y todos los integrantes de la familia y de nuestra sociedad literalmente se vuelcan en proyectar conductas afectivas y de reconocimiento con sus serenatas y los poemas mas populares escritas en su honor que como gotas de agua en el desierto serán bebidas con desesperación por las figuras maternas (madres, abuelas, tías, etc..) con la esperanza de saciar la escasez que se padece el resto de los días de su cotidiana existencia por esa persistente desvalorización que nos deshumaniza y que afecta con crueldad a la mayoría de nuestras madres del mundo y especialmente de nuestro México.
La crueldad no sólo se expresa en el persistente llamado a demostrar ese amor y reconocimiento mediante objetos que como mercancías se promueven en regalos, algunos de ellos insultantes o denigrantes como los denominados aparatos domésticos perpetuadores de la explotación cotidiana de que son objeto en el impuesto rol domestico que la mayoría de los esposos, hijos y la sociedad persisten en imponer en esta sociedad patriarcal, machista y misógina. Esta crueldad también se expresa en las reuniones multitudinarias que los jefes sindicales, empresariales o gobernantes ordinariamente les organizan en forma de desayunos, porque son los más económicos, donde son objeto de pésimas atenciones con el trato indigno en el mal llamado banquete y las insultantes rifas con premios que intentan simular el interés generoso y solidario de los organizadores que debiera traducirse en un derecho incondicional que logre superar las inequidades existentes sobre todo en las madres trabajadoras que con sus dobles turnos se afanan en ayudar el desarrollo de su familia y nuestra sociedad. Ni que decir del nefasto acto clientelar político del denominado “Evento Magno” para festejar a las madres donde el gobernante utiliza los recursos de su respectiva Secretaría de Desarrollo Social ofreciendo actividades y servicios gratuitos que ordinariamente no están al alcance de las madres como las consultas médicas, los medicamentos, las mastografías, la atención odontológica, la atención del optometrista; la atención a la belleza física con los masajes, maquillajes, peinados, cortes de pelo y sin faltar la feria del trabajo y hasta el ofrecimiento de certificados de estudios de primaria y secundaria para que las madres puedan gozar de su derecho a la salud, la educación y a una vida digna que nuestra nación no ha sido capaz de proporcionarles cabalmente.
Si de mayor aprovechamiento se trata el usurpador presidente Fecal obliga a sus vasallos de su Secretaria de Desarrollo Social a que movilicen cuando menos a algunas de las miles de madres beneficiarias de sus programas y que sean trasladadas de los estados mas cercanos a su residencia en el Distrito Federal para el magno evento republicano que celebro en el Museo Nacional de Antropología y que denomino pomposamente como la ceremonia “Madres del Bicentenario”, logrando reunir casi tres mil madres que tuvieron que viajar en autobuses durante la noche desde los estados de Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Hidalgo y el estado de México a las que les discurso parte de sus problemas que padecen y los ofrecimientos habituales de todos los gobernantes para esta fecha, engendrados con la cultura política del asistencialismo y clientelismo derivada del priismo y hoy adoptada por los panistas en el poder
En tanto la prensa nacional y local no deja de publicar los informes de funcionarios y activistas de organizaciones no gubernamentales la trágica realidad de las cifras en salud, educación, trabajo y pobreza que prevalece en las mujeres mexicanas. La mayoría de las madres de familia se iniciaron en este rol al ingresar a las estadísticas de los embarazos no deseados, los medios informan por las declaraciones de funcionarios de salud que en el país del 20 al 30% del total de los embarazos se da en el grupo de edad de los 12 a los 19 y que anualmente se incorporan a la maternidad miles de adolescentes y cientos de niñas con los riesgos de salud inherentes los embarazos en adolescentes que son contraproducentes por cuestiones de salud. En ellas es mayor el riesgo de trastornos digestivos, abortos espontáneos, anemia, infecciones urinarias, hipertensión arterial gravídica, parto prematuro, entre otros padecimientos y para el recién nacido se incrementan las posibilidades de ser concebido con bajo peso, mayor incidencia de muerte súbita y son más frecuentes las malformaciones congénitas. Las madres menores de edad sufren estigmatización social, les resulta más difícil continuar con estudios o trabajos y sus hijos padecen las consecuencias de estos obstáculos.En el 2009 del total de madres mexicanas, 1.7% tiene entre 12 y 19 años, lo que representa alrededor de 480 mil madres adolescentes, para este año se estima que habrá 59.6 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años. La misma SSA informa que el 95% de las adolescentes conoce algún método anticonceptivo, pero 9 de cada 10 tienen su primera relación sexual sin protección, uno de los indicadores más del fracaso de la educación sexual y las deficientes políticas de salud sexual y reproductiva.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2009, En el 2008 por cada 100 mil nacimientos, murieron 57.2 mujeres por complicaciones del embarazo, parto y puerperio. La principal causa de mortalidad es la materna, es decir, alrededor de mil 300 mujeres fallecen al tener un bebé y 80% tiene lugar en los hospitales. Las causas más comunes: hipertensión arterial (25.3%); hemorragia del embarazo, parto y puerperio (24.3%), causas obstétricas indirectas (22.1%) y aborto (7.4%). El número de mujeres muertas al dar a luz se incrementó casi al doble en Nuevo León, lo que generó preocupación a la Secretaría de Salud en el Estado, aunque la tasa de mortalidad materna es de alrededor de 26 defunciones por cada 100 mil mujeres muchas de ellas por preclampsia; según los funcionarios de salud la mortalidad materna es una tema de equidad y de justicia social, no es un problema de salud pública, el número es “muy pequeño aunque es inaceptable”. Nuevo León sigue siendo uno de los estados en el mundo donde se realizan más cesáreas como proceso de atención al nacimiento, lo cual es debido al mercantilismo atroz que prevalece en el ejercicio de la medicina en nuestra sociedad, porque se reditúan mas ganancias económicas en el proceso de atención que con el tradicional parto normal. El gobierno se había comprometido en las metas del Milenio ante la ONU, a lograr que se redujera en México la tasa de mortalidad materna para 2015, a 22.5 muertes por 100 mil habitantes, pero la meta está lejos de alcanzarse. Actualmente la tasa es de 59 muertes maternas cuando para estas fechas debería ubicarse en 40. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) deben registrase al menos cinco consultas prenatales y en México la mitad de las embarazadas no llegan ni a una, y la otra mitad llega a cumplir el requisito, pero con consultas de dudosa calidad, según reconocen funcionarios de salud.
Las madres mexicanas siguen siendo victimas mortales del cáncer de mama, quien desde el 2006 desplazó al cáncer cervicouterino como primera causa de muerte por neoplasias malignas en mujeres de 25 años y mas con tasas superiores al 16.5% por cada cien mil mujeres porque existe un subregistro de estos padecimientos, aceptados por las autoridades. Las estadísticas de hace tres años establecen que anualmente se registran casi 19 mil nuevos casos de cáncer de mama y sólo 10% se detecta en etapa uno, es decir, cuando es posible evitar tratamientos que pueden derivar en la amputación quirúrgica. Ha fallado el diagnostico oportuno y los programas de prevención que permitan detectar a tiempo el tumor maligno de las instituciones del sector salud, cada cinco mujeres tiene acceso a un diagnóstico adecuado de cáncer de mama, como consecuencia de la falta de mastógrafos suficientes en sus unidades de atención y a pesar de los esfuerzos de mejorar la atención a las madres con cáncer los procesos de atención son obstaculizados por los deficientes recursos operativos para su rehabilitación que adolecen además del modelo de atención médica interdisciplinaria que permita disminuir la mortalidad por estas causas. Por otra parte la mayoría de las mujeres cursan con el problema de la obesidad y sus consecuencias como factor de riesgo para el desarrollo de la diabetes, representando un atractivo mercado de la industria de la charlateneria medica con sus drogas, hierbas y brebajes milagrosos que gozan de la impunidad por las autoridades de salud siendo atrapados por la publicidad mercantilista imperante.
Si tan sólo los gobernantes recordaran y operaran cotidianamente el objetivo 5 que se refiere al mejoramiento de la salud materna en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio consensados en el año 2000 por los 192 países miembros de las Naciones Unidas que acordaron conseguir para el año 2015 tendrían un excelente marco de referencia para invertir en salud mas allá de sus festejos clientelares o asistencialistas que nos encadena al subdesarrollo: Disminuir la Tasa de Mortalidad Materna, Lograr la asistencia con el personal de salud especializado de todos los partos; Mejorar la Tasa de uso de anticonceptivos; Disminuir la Tasa de natalidad entre las adolescentes; Lograr la Cobertura de Atención Prenatal (al menos una consulta y al menos cuatro consultas) plena y Solucionar las necesidades insatisfechas en materia de planificación familiar de toda la población.
Por otra parte en el marco de su situación educativa en Nuevo León, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2009, las mujeres de 12 años y más con al menos un hijo tenían en promedio una escolaridad equivalente al tercer año de secundaria, es decir 8.6 años, de cada 100 mujeres que son madres, cuatro no tienen escolaridad, es decir son casi analfabetas, y 62 tienen al menos un grado aprobado en primaria o secundaria, los niveles básicos de educación en nuestro país. Otras 19, explicó, cuentan con algún grado de educación media superior y 12 registran al menos un año aprobado en estudios superiores. En el ramo laboral, 41.5% de las madres trabajan en la actividad económica. La tasa de participación económica para la población de madres de 12 años y más difirió, en 2009, según el número de hijos/as: mientras que para las madres con uno a dos hijos es de 48.5 por ciento, para aquellas que tienen seis o más hijos es de 24.4 por ciento. Del total de las madres ocupadas en la actividad económica, 60.1 por ciento cuenta con un trabajo remunerado; 28.8 por ciento trabaja por cuenta propia; 8.2 por ciento son trabajadoras en negocios familiares sin paga; y 2.8 por ciento se desempeña como empleadora. 5.7 millones de hogares mexicanos son sostenidos por madres solteras o separadas
En el contexto de la violencia, según estadísticas del INEGI, 47.4 por ciento de las mujeres casadas o unidas con al menos un hijo/a, en México, ha sufrido violencia por parte de su compañero o cónyuge. De acuerdo con el tipo de violencia, 40 por ciento sufrió violencia emocional; 28.8 por ciento económica; 21.4 por ciento física y 8.7 por ciento sexual. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al cuarto trimestre de 2009, en Nuevo León existen un millón 806 mil 67 mujeres de 12 años y más, de las cuales 66.6 por ciento han tenido al menos un hijo. El 37.6 por ciento de las mujeres declararon haber padecido eventos violentos en su contra por parte de su compañero, es decir la tercera parte de las mujeres nuevoleonesas con al menos un hijo han enfrentado episodios de violencia por parte de su esposo o pareja conviviente. De acuerdo con el tipo de violencia infligida, tres de cada 10 mujeres que son madres fueron sometidas a violencia emocional, 22.9 por ciento económica, 15.3 por ciento física y 5.4 por ciento sexual
Por si fuera poco la organización civil Save the Children acaba de publicar su decimoprimero reporte anual sobre la condicion mundial de las madre publicado en su pagina electronica: www.savethechildren.org/newsroom/2010/the-best-and-worst-places.html, donde coloca a México en un lugar nada honroso, no figura en la lista de los países en que mejor trato reciben la madre y sus hijos, es relegado a la categoría de los grupos tercermundistas, donde ocupa la posición 21. El honroso primer lugar lo tiene Noruega, seguida por Australia, Islandia, Suecia y Dinamarca. Son países donde las madres reciben lo que se les niega a la mayoría de las mujeres en México: una vida sin violencia, con atención médica de primera clase, acceso a la educación, oportunidades de trabajo y desarrollo personal, tanto para ellas como para sus hijos y desde luego sin las ignominiosas políticas asistencialistas y clientelares de sus gobernantes.
La crueldad no sólo se expresa en el persistente llamado a demostrar ese amor y reconocimiento mediante objetos que como mercancías se promueven en regalos, algunos de ellos insultantes o denigrantes como los denominados aparatos domésticos perpetuadores de la explotación cotidiana de que son objeto en el impuesto rol domestico que la mayoría de los esposos, hijos y la sociedad persisten en imponer en esta sociedad patriarcal, machista y misógina. Esta crueldad también se expresa en las reuniones multitudinarias que los jefes sindicales, empresariales o gobernantes ordinariamente les organizan en forma de desayunos, porque son los más económicos, donde son objeto de pésimas atenciones con el trato indigno en el mal llamado banquete y las insultantes rifas con premios que intentan simular el interés generoso y solidario de los organizadores que debiera traducirse en un derecho incondicional que logre superar las inequidades existentes sobre todo en las madres trabajadoras que con sus dobles turnos se afanan en ayudar el desarrollo de su familia y nuestra sociedad. Ni que decir del nefasto acto clientelar político del denominado “Evento Magno” para festejar a las madres donde el gobernante utiliza los recursos de su respectiva Secretaría de Desarrollo Social ofreciendo actividades y servicios gratuitos que ordinariamente no están al alcance de las madres como las consultas médicas, los medicamentos, las mastografías, la atención odontológica, la atención del optometrista; la atención a la belleza física con los masajes, maquillajes, peinados, cortes de pelo y sin faltar la feria del trabajo y hasta el ofrecimiento de certificados de estudios de primaria y secundaria para que las madres puedan gozar de su derecho a la salud, la educación y a una vida digna que nuestra nación no ha sido capaz de proporcionarles cabalmente.
Si de mayor aprovechamiento se trata el usurpador presidente Fecal obliga a sus vasallos de su Secretaria de Desarrollo Social a que movilicen cuando menos a algunas de las miles de madres beneficiarias de sus programas y que sean trasladadas de los estados mas cercanos a su residencia en el Distrito Federal para el magno evento republicano que celebro en el Museo Nacional de Antropología y que denomino pomposamente como la ceremonia “Madres del Bicentenario”, logrando reunir casi tres mil madres que tuvieron que viajar en autobuses durante la noche desde los estados de Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Hidalgo y el estado de México a las que les discurso parte de sus problemas que padecen y los ofrecimientos habituales de todos los gobernantes para esta fecha, engendrados con la cultura política del asistencialismo y clientelismo derivada del priismo y hoy adoptada por los panistas en el poder
En tanto la prensa nacional y local no deja de publicar los informes de funcionarios y activistas de organizaciones no gubernamentales la trágica realidad de las cifras en salud, educación, trabajo y pobreza que prevalece en las mujeres mexicanas. La mayoría de las madres de familia se iniciaron en este rol al ingresar a las estadísticas de los embarazos no deseados, los medios informan por las declaraciones de funcionarios de salud que en el país del 20 al 30% del total de los embarazos se da en el grupo de edad de los 12 a los 19 y que anualmente se incorporan a la maternidad miles de adolescentes y cientos de niñas con los riesgos de salud inherentes los embarazos en adolescentes que son contraproducentes por cuestiones de salud. En ellas es mayor el riesgo de trastornos digestivos, abortos espontáneos, anemia, infecciones urinarias, hipertensión arterial gravídica, parto prematuro, entre otros padecimientos y para el recién nacido se incrementan las posibilidades de ser concebido con bajo peso, mayor incidencia de muerte súbita y son más frecuentes las malformaciones congénitas. Las madres menores de edad sufren estigmatización social, les resulta más difícil continuar con estudios o trabajos y sus hijos padecen las consecuencias de estos obstáculos.En el 2009 del total de madres mexicanas, 1.7% tiene entre 12 y 19 años, lo que representa alrededor de 480 mil madres adolescentes, para este año se estima que habrá 59.6 nacimientos por cada mil mujeres de 15 a 19 años. La misma SSA informa que el 95% de las adolescentes conoce algún método anticonceptivo, pero 9 de cada 10 tienen su primera relación sexual sin protección, uno de los indicadores más del fracaso de la educación sexual y las deficientes políticas de salud sexual y reproductiva.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2009, En el 2008 por cada 100 mil nacimientos, murieron 57.2 mujeres por complicaciones del embarazo, parto y puerperio. La principal causa de mortalidad es la materna, es decir, alrededor de mil 300 mujeres fallecen al tener un bebé y 80% tiene lugar en los hospitales. Las causas más comunes: hipertensión arterial (25.3%); hemorragia del embarazo, parto y puerperio (24.3%), causas obstétricas indirectas (22.1%) y aborto (7.4%). El número de mujeres muertas al dar a luz se incrementó casi al doble en Nuevo León, lo que generó preocupación a la Secretaría de Salud en el Estado, aunque la tasa de mortalidad materna es de alrededor de 26 defunciones por cada 100 mil mujeres muchas de ellas por preclampsia; según los funcionarios de salud la mortalidad materna es una tema de equidad y de justicia social, no es un problema de salud pública, el número es “muy pequeño aunque es inaceptable”. Nuevo León sigue siendo uno de los estados en el mundo donde se realizan más cesáreas como proceso de atención al nacimiento, lo cual es debido al mercantilismo atroz que prevalece en el ejercicio de la medicina en nuestra sociedad, porque se reditúan mas ganancias económicas en el proceso de atención que con el tradicional parto normal. El gobierno se había comprometido en las metas del Milenio ante la ONU, a lograr que se redujera en México la tasa de mortalidad materna para 2015, a 22.5 muertes por 100 mil habitantes, pero la meta está lejos de alcanzarse. Actualmente la tasa es de 59 muertes maternas cuando para estas fechas debería ubicarse en 40. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) deben registrase al menos cinco consultas prenatales y en México la mitad de las embarazadas no llegan ni a una, y la otra mitad llega a cumplir el requisito, pero con consultas de dudosa calidad, según reconocen funcionarios de salud.
Las madres mexicanas siguen siendo victimas mortales del cáncer de mama, quien desde el 2006 desplazó al cáncer cervicouterino como primera causa de muerte por neoplasias malignas en mujeres de 25 años y mas con tasas superiores al 16.5% por cada cien mil mujeres porque existe un subregistro de estos padecimientos, aceptados por las autoridades. Las estadísticas de hace tres años establecen que anualmente se registran casi 19 mil nuevos casos de cáncer de mama y sólo 10% se detecta en etapa uno, es decir, cuando es posible evitar tratamientos que pueden derivar en la amputación quirúrgica. Ha fallado el diagnostico oportuno y los programas de prevención que permitan detectar a tiempo el tumor maligno de las instituciones del sector salud, cada cinco mujeres tiene acceso a un diagnóstico adecuado de cáncer de mama, como consecuencia de la falta de mastógrafos suficientes en sus unidades de atención y a pesar de los esfuerzos de mejorar la atención a las madres con cáncer los procesos de atención son obstaculizados por los deficientes recursos operativos para su rehabilitación que adolecen además del modelo de atención médica interdisciplinaria que permita disminuir la mortalidad por estas causas. Por otra parte la mayoría de las mujeres cursan con el problema de la obesidad y sus consecuencias como factor de riesgo para el desarrollo de la diabetes, representando un atractivo mercado de la industria de la charlateneria medica con sus drogas, hierbas y brebajes milagrosos que gozan de la impunidad por las autoridades de salud siendo atrapados por la publicidad mercantilista imperante.
Si tan sólo los gobernantes recordaran y operaran cotidianamente el objetivo 5 que se refiere al mejoramiento de la salud materna en el marco de los Objetivos de Desarrollo del Milenio consensados en el año 2000 por los 192 países miembros de las Naciones Unidas que acordaron conseguir para el año 2015 tendrían un excelente marco de referencia para invertir en salud mas allá de sus festejos clientelares o asistencialistas que nos encadena al subdesarrollo: Disminuir la Tasa de Mortalidad Materna, Lograr la asistencia con el personal de salud especializado de todos los partos; Mejorar la Tasa de uso de anticonceptivos; Disminuir la Tasa de natalidad entre las adolescentes; Lograr la Cobertura de Atención Prenatal (al menos una consulta y al menos cuatro consultas) plena y Solucionar las necesidades insatisfechas en materia de planificación familiar de toda la población.
Por otra parte en el marco de su situación educativa en Nuevo León, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2009, las mujeres de 12 años y más con al menos un hijo tenían en promedio una escolaridad equivalente al tercer año de secundaria, es decir 8.6 años, de cada 100 mujeres que son madres, cuatro no tienen escolaridad, es decir son casi analfabetas, y 62 tienen al menos un grado aprobado en primaria o secundaria, los niveles básicos de educación en nuestro país. Otras 19, explicó, cuentan con algún grado de educación media superior y 12 registran al menos un año aprobado en estudios superiores. En el ramo laboral, 41.5% de las madres trabajan en la actividad económica. La tasa de participación económica para la población de madres de 12 años y más difirió, en 2009, según el número de hijos/as: mientras que para las madres con uno a dos hijos es de 48.5 por ciento, para aquellas que tienen seis o más hijos es de 24.4 por ciento. Del total de las madres ocupadas en la actividad económica, 60.1 por ciento cuenta con un trabajo remunerado; 28.8 por ciento trabaja por cuenta propia; 8.2 por ciento son trabajadoras en negocios familiares sin paga; y 2.8 por ciento se desempeña como empleadora. 5.7 millones de hogares mexicanos son sostenidos por madres solteras o separadas
En el contexto de la violencia, según estadísticas del INEGI, 47.4 por ciento de las mujeres casadas o unidas con al menos un hijo/a, en México, ha sufrido violencia por parte de su compañero o cónyuge. De acuerdo con el tipo de violencia, 40 por ciento sufrió violencia emocional; 28.8 por ciento económica; 21.4 por ciento física y 8.7 por ciento sexual. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al cuarto trimestre de 2009, en Nuevo León existen un millón 806 mil 67 mujeres de 12 años y más, de las cuales 66.6 por ciento han tenido al menos un hijo. El 37.6 por ciento de las mujeres declararon haber padecido eventos violentos en su contra por parte de su compañero, es decir la tercera parte de las mujeres nuevoleonesas con al menos un hijo han enfrentado episodios de violencia por parte de su esposo o pareja conviviente. De acuerdo con el tipo de violencia infligida, tres de cada 10 mujeres que son madres fueron sometidas a violencia emocional, 22.9 por ciento económica, 15.3 por ciento física y 5.4 por ciento sexual
Por si fuera poco la organización civil Save the Children acaba de publicar su decimoprimero reporte anual sobre la condicion mundial de las madre publicado en su pagina electronica: www.savethechildren.org/newsroom/2010/the-best-and-worst-places.html, donde coloca a México en un lugar nada honroso, no figura en la lista de los países en que mejor trato reciben la madre y sus hijos, es relegado a la categoría de los grupos tercermundistas, donde ocupa la posición 21. El honroso primer lugar lo tiene Noruega, seguida por Australia, Islandia, Suecia y Dinamarca. Son países donde las madres reciben lo que se les niega a la mayoría de las mujeres en México: una vida sin violencia, con atención médica de primera clase, acceso a la educación, oportunidades de trabajo y desarrollo personal, tanto para ellas como para sus hijos y desde luego sin las ignominiosas políticas asistencialistas y clientelares de sus gobernantes.
HERMOSO MAESTRO,
ResponderEliminarGRACIAS