Afrontar la inseguridad y la barbarie de la violencia que tormentosamente pulula en nuestra sociedad es cada vez mas difícil, nadie esta exento de padecerla y paradójicamente nadie quiere organizarse eficientemente por el temor persistente hacía las organizaciones criminales y las redes de corrupción que sus tentáculos han integrado en todos los niveles de gobierno donde sus conductas les empodera mas por la prevalencia de sus simulaciones en sus funciones de prevención del delito, la procuración de justicia y el proporcionar la seguridad de los habitantes.
Tan sólo en este mes hemos trascendido porque en nuestro estado se han incrementado estrepitosamente los homicidios, los robos de vehículos y casas habitación, tan solo en el caso de los homicidios en este año ya alcanzan la cifra de mas de 700 cometidos, hubo en este mes el hecho que en un sólo existieron 38 victimas de este delito. En la década de los noventa nos distinguía la prevalencia de homicidios en promedio no mas de 12 al mes, llegando a configurar situaciones atípicas como en 1998 cuando el promedio mensual de 14 suicidios superó a los homicidios que se presentaron en promedio de 12 casos, por mes. Durante los siguientes años el número de suicidios se fue presentado en promedio de 13 a 14 casos por mes y mas o menos se mantuvieron los promedios de homicidios no menos de 200 al año, el incremento a mas de 700 tan sólo en lo que va del año es ejemplificante de la regresión atroz en los niveles de delincuencia en nuestra sociedad.
En tanto también se han incrementado los problemas socioeconómicos incrementándose la pobreza, el desempleo, los bajos salarios que no sólo deterioran el nivel de vida sino se convierten además en factores de riesgo en la producción de familias disfuncionales que crean ambientes inadecuados para el desarrollo humano de sus miembros con sus impactos en la salud física, mental, emocional y espiritual creándose las condiciones para los problemas emergentes que nos acechan por el incremento en el abuso de drogas, alcohol y tabaco; estos dos últimos para la buena gracia de las empresas embrutecedoras que se enorgullecen sólo de sus idearios éticos pero que poco les importan las problemáticas sociales que generan.
En tanto la industria de la comunicación siguen explotando a todo lo que da estos marcos de desarrollo promoviendo sus estúpidos programas telé novelescos, deportivos y de entretenimiento que fortalecen conductas y emociones retrogradas promotoras de violencia, misoginia, homofobia y adicciones al consumismo; aderezados con labores sociales de disfrazado altruismo que sólo son extensiones del clientelismo asistencialista que necesitan para mantenerse en el raiting necesario para mantener su estatus que le definen su bienestar y prosperidad institucional y personal. A pesar del reciente acuerdo nacional para el manejo adecuado de la información sobre las conductas delincuentes no han podido ni lograr sus objetivos planteados. El gremio periodístico sólo se escucha en sus quejas solidarias y fraternales sobre sus compañeros asesinados o secuestrados, se ausenta de la necesaria solidaridad cotidiana de las multiples victimas de la violencia generada por la delincuencia y el gobierno que nos agobia.
Por si fuera poco los políticos poderosos siguen sin dar signos de incipiente transformación de sus conductas ambiciosas proyectando su enfermiza codicia como el único fin en sus luchas por el poder, la mentira, la simulación, el cinismo y la desvergüenza parecen ser los antivalores imprescindibles en su ser para mantenerse como los non plus ultra en sus cotos del poder que ostentan en las instituciones de gobierno de los diferentes niveles y en la partidocracia que como cáncer enferma el quehacer político de nuestra patria. El político exitoso sigue siendo producto de los antivalores en sus comportamientos políticos, la incongruencia y su ausente integridad siguen siendo elementos necesarios de su personalidad cada vez inmersa en las conductas deshonestas y corruptas que prevalecen agobiándonos en el sistema gobernante desde hace muchas décadas.
Las clases empresariales y sus personajes mas destacados ni se inmutan, en tanto no sean victimas de hechos delincuentiles que les afecten seriamente sus intereses, que es cuando se conmocionan temporalmente echando las culpas a la clase política gobernante, perdiéndose en visiones reduccionistas de estos fenómenos inherentes a sus intereses mercantilistas deshumanizantes, terminan por utilizar su poder económico para proteger a sus familias mas cercanas trasladándolas a residencias mas seguras fuera del país en el menor de los casos, cuando no se llevan sus capitales al extranjero para su mayor seguridad.
Las clases intelectuales, artísticas, académicas y científicas brillan por su ausencia de muestras problemáticas sociales, escuchamos su voz y protesta muy temporalmente sobre todo cuando se enmarcan en el peligro de las posibilidades del sufrimiento por ser victimas de la violencia, la perdida o disminución de sus ingresos, apoyos o prebendas en sus estatus institucionales vitales para el desarrollo y difusión de sus actividades y obras imprescindibles para su bienestar y prosperidad. Hay filósofos y escritores como Savater que les gusta filosofar sobre los valores y la libertad, pero cuando se necesita su congruencia en el ser se pierden en ese mezquino interés deformando realidades como sucedió en sus declaraciones ignominiosas que hizo esta semana, sobre el movimiento de los indignados en Barcelona España.
Y los jóvenes estudiantes, vivenciando las tragedias y resistiéndose a los tentáculos del poder de la delincuencia organizada, que siempre esta presta a integrarlos a sus redes de adicciones desde el alcohol, hasta las drogas mayores y los juegos de azar así como a sus organizaciones donde ofrecen prosperidad económica, muy alejada de los visionarios empleos tradicionales de los oficios y profesiones que ofertan las clases gobernantes y empresariales. ¿donde esta el movimiento estudiantil que en otros países conmociona y ha derrumbado regimenes autoritarios violentos? y que en el pasado han sido actores revolucionarios de nuestra sociedad, lastima que sólo emergen como actores interesados solo como victimas y en solidaridad con las victimas de esta guerra colateral atroz, acotados por las instituciones educativas y los temores de la familia y lamentablemente desensibilizados de los problemas sociales por los procesos educativos que fácilmente los alinean y enajenan de las antivalores de la libertad, la justicia y la democracia.
Estamos conmocionados socialmente muy lejos del bienestar, la prosperidad, la seguridad y la paz que los mexicanos nos merecemos en el marco de la riqueza de nuestra nación que hoy es desangrada por la violencia atroz de la guerra estúpida que el presidente espurio inicio y que se resiste a cambiar de estrategia a pesar de los pésimos resultados.
Tan sólo en este mes hemos trascendido porque en nuestro estado se han incrementado estrepitosamente los homicidios, los robos de vehículos y casas habitación, tan solo en el caso de los homicidios en este año ya alcanzan la cifra de mas de 700 cometidos, hubo en este mes el hecho que en un sólo existieron 38 victimas de este delito. En la década de los noventa nos distinguía la prevalencia de homicidios en promedio no mas de 12 al mes, llegando a configurar situaciones atípicas como en 1998 cuando el promedio mensual de 14 suicidios superó a los homicidios que se presentaron en promedio de 12 casos, por mes. Durante los siguientes años el número de suicidios se fue presentado en promedio de 13 a 14 casos por mes y mas o menos se mantuvieron los promedios de homicidios no menos de 200 al año, el incremento a mas de 700 tan sólo en lo que va del año es ejemplificante de la regresión atroz en los niveles de delincuencia en nuestra sociedad.
En tanto también se han incrementado los problemas socioeconómicos incrementándose la pobreza, el desempleo, los bajos salarios que no sólo deterioran el nivel de vida sino se convierten además en factores de riesgo en la producción de familias disfuncionales que crean ambientes inadecuados para el desarrollo humano de sus miembros con sus impactos en la salud física, mental, emocional y espiritual creándose las condiciones para los problemas emergentes que nos acechan por el incremento en el abuso de drogas, alcohol y tabaco; estos dos últimos para la buena gracia de las empresas embrutecedoras que se enorgullecen sólo de sus idearios éticos pero que poco les importan las problemáticas sociales que generan.
En tanto la industria de la comunicación siguen explotando a todo lo que da estos marcos de desarrollo promoviendo sus estúpidos programas telé novelescos, deportivos y de entretenimiento que fortalecen conductas y emociones retrogradas promotoras de violencia, misoginia, homofobia y adicciones al consumismo; aderezados con labores sociales de disfrazado altruismo que sólo son extensiones del clientelismo asistencialista que necesitan para mantenerse en el raiting necesario para mantener su estatus que le definen su bienestar y prosperidad institucional y personal. A pesar del reciente acuerdo nacional para el manejo adecuado de la información sobre las conductas delincuentes no han podido ni lograr sus objetivos planteados. El gremio periodístico sólo se escucha en sus quejas solidarias y fraternales sobre sus compañeros asesinados o secuestrados, se ausenta de la necesaria solidaridad cotidiana de las multiples victimas de la violencia generada por la delincuencia y el gobierno que nos agobia.
Por si fuera poco los políticos poderosos siguen sin dar signos de incipiente transformación de sus conductas ambiciosas proyectando su enfermiza codicia como el único fin en sus luchas por el poder, la mentira, la simulación, el cinismo y la desvergüenza parecen ser los antivalores imprescindibles en su ser para mantenerse como los non plus ultra en sus cotos del poder que ostentan en las instituciones de gobierno de los diferentes niveles y en la partidocracia que como cáncer enferma el quehacer político de nuestra patria. El político exitoso sigue siendo producto de los antivalores en sus comportamientos políticos, la incongruencia y su ausente integridad siguen siendo elementos necesarios de su personalidad cada vez inmersa en las conductas deshonestas y corruptas que prevalecen agobiándonos en el sistema gobernante desde hace muchas décadas.
Las clases empresariales y sus personajes mas destacados ni se inmutan, en tanto no sean victimas de hechos delincuentiles que les afecten seriamente sus intereses, que es cuando se conmocionan temporalmente echando las culpas a la clase política gobernante, perdiéndose en visiones reduccionistas de estos fenómenos inherentes a sus intereses mercantilistas deshumanizantes, terminan por utilizar su poder económico para proteger a sus familias mas cercanas trasladándolas a residencias mas seguras fuera del país en el menor de los casos, cuando no se llevan sus capitales al extranjero para su mayor seguridad.
Las clases intelectuales, artísticas, académicas y científicas brillan por su ausencia de muestras problemáticas sociales, escuchamos su voz y protesta muy temporalmente sobre todo cuando se enmarcan en el peligro de las posibilidades del sufrimiento por ser victimas de la violencia, la perdida o disminución de sus ingresos, apoyos o prebendas en sus estatus institucionales vitales para el desarrollo y difusión de sus actividades y obras imprescindibles para su bienestar y prosperidad. Hay filósofos y escritores como Savater que les gusta filosofar sobre los valores y la libertad, pero cuando se necesita su congruencia en el ser se pierden en ese mezquino interés deformando realidades como sucedió en sus declaraciones ignominiosas que hizo esta semana, sobre el movimiento de los indignados en Barcelona España.
Y los jóvenes estudiantes, vivenciando las tragedias y resistiéndose a los tentáculos del poder de la delincuencia organizada, que siempre esta presta a integrarlos a sus redes de adicciones desde el alcohol, hasta las drogas mayores y los juegos de azar así como a sus organizaciones donde ofrecen prosperidad económica, muy alejada de los visionarios empleos tradicionales de los oficios y profesiones que ofertan las clases gobernantes y empresariales. ¿donde esta el movimiento estudiantil que en otros países conmociona y ha derrumbado regimenes autoritarios violentos? y que en el pasado han sido actores revolucionarios de nuestra sociedad, lastima que sólo emergen como actores interesados solo como victimas y en solidaridad con las victimas de esta guerra colateral atroz, acotados por las instituciones educativas y los temores de la familia y lamentablemente desensibilizados de los problemas sociales por los procesos educativos que fácilmente los alinean y enajenan de las antivalores de la libertad, la justicia y la democracia.
Estamos conmocionados socialmente muy lejos del bienestar, la prosperidad, la seguridad y la paz que los mexicanos nos merecemos en el marco de la riqueza de nuestra nación que hoy es desangrada por la violencia atroz de la guerra estúpida que el presidente espurio inicio y que se resiste a cambiar de estrategia a pesar de los pésimos resultados.
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