viernes, 3 de febrero de 2012

DAVOS Y EL DESARROLLO SOCIAL Y HUMANO

La semana pasada terminó la reunión del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, que desde los noventa convocan a los principales líderes empresariales, políticos internacionales y periodistas e intelectuales selectos para evaluar y acordar estrategias para mejorar el estado del mundo tratando de impactar en cinco ámbitos básicos: desarrollo económico, medio ambiente sustentable, los sistemas financieros, salud para todos y el desarrollo social. En sus reuniones la audiencia que prevalece corresponde en su gran mayoría a directores ejecutivos, presidentes de “empresas mundiales”, líderes y en proporciones menores personalidades públicas desde jefes de estado, ministros de economía, embajadores hasta destacados periodistas, académicos, religiosos y lideres sindicales. Constituyen la elite económica defensora y promotora del sistema capitalista en el mundo, defensores acérrimos de su dios el libre mercado; simulando interés en los problemas del desarrollo social y humano nos tratan de animar a que todos nos comprometamos en su concepción del merecimiento económico sostenido, la mitigación de los riesgos globales, la promoción de la salud para todos, mejorar el bienestar social y el fomento de la sostenibilidad ambiental.
Así sus abordajes temáticos de sus intereses y negocios del sistema capitalista que predominaba en los foros iniciados en las décadas de los noventa del siglo pasado, excluían profundizar estrategias para acabar con sus características dominantes de explotador, perjudicial para el medio ambiente y su desarrollo a costa del hemisferio sur y de las futuras generaciones, que hoy son expresivas en el movimiento social mundial de los indignados. Hoy en este siglo sus elites financieras se centran en cuestionar la eficacia del capitalismo para lograr el bienestar, la prosperidad y el crecimiento de las naciones sin las lacerantes desigualdades en sus desarrollos, al menos en sus exposiciones en este foro, porque las realidades que vivimos en el mundo los desbordan con sus mismas lacerantes cifras que les enmarcan sus magistrales exposiciones. Su modelo económico sigue siendo generador de pobreza, hambrunas, desempleo, empleos mal remunerados con bajos salarios, sin prestaciones, con malos sistemas de salud que no logran la cobertura universal ni la solución de los problemas sanitarios infecciosos que diezman grupos de población ni logran afrontar las tasas de enfermedades crónicas y de enfermedades no transmisibles (cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, cáncer y diabetes) que siguen aumentando, no se diga los desastres de la naturaleza por los daños ambientales que generan sus voracidades empresariales, la deshumanización de la sociedad por la destrucción de los valores fraternales y solidarios que son infestados por sus valores mercantiles y nos ha generado que la corrupción se haya constituido en una pandemia que ha infestado hasta los países denominados socialistas. En suma las políticas económicas que ha impuesto y siguen imponiendo estos aduladores y críticos alienados de el capitalismo neoliberal ha generado no sólo en sus países sino en nuestros países mal llamados por ellos como de desarrollo bajo o medio solo han logrado estancamiento económico, mas pobreza y exclusiones de las políticas del bienestar que los estados deberían lograr en el cumplimiento de los derechos sociales e individuales de todos sus ciudadanos que dicen garantizar sus constituciones federales.
Sus recetas para tratar simplemente las crisis económicas mundiales recurrentes que generan sus modelos de desarrollo siguen exigiendo a los países austeridad en el gasto público, reducción de la inversión del estado en los programas sociales, el fomento del endeudamiento de sus capitales y el apoyo de los subsidios de los gobernantes en la atención a sus descapitalizaciones para la solución de sus inestabilidades económicas, la libertad en sus transacciones financieras especulativas derivadas de las transacciones monetarias, sus discrecionales incrementos de las tasas de intereses, privilegiar la falta de transparencia en sus mercados financieros, tolerancia a la anarquía en que se desenvuelven sus capitales especulativos que les permite mover grandes cantidades de dinero de un país a otro en forma casi instantánea, sin que ello se vea reflejado en inversiones productivas y duraderas, así como el privilegiado fortalecimiento del sistema monetario y financiero internacional. Sobre todas las cosas, como dicen sus aduladores defensores del sistema capitalista, no ven la incertidumbre e inestabilidad económicas y la amenaza de catástrofe siempre inherentes y latentes en estas recetas que hoy hasta su mismo fundador Klaus Schwab y premios Nóbel de economía como Joseph Stiglitz que cuestionan y exigen repensar sus propuestas modificando sus conductas, lamentablemente sin afectar su modelo capitalista deshumanizante que esta agobiando el desarrollo de toda la humanidad. Demostrado esta su incapacidad para generar progreso económico, articularlo con el desarrollo social sustentable y lograr que en la humanidad globalmente se integren los mas altos niveles de desarrollo humano que hagan prevalecer las condiciones de prosperidad, felicidad y paz en el marco del multiculturalismo y la pluralidad ideológica de las naciones.
Afortunadamente ha existido y se ha mantenido otro foro alternativo: El Foro Social de Porto Alegre, Brasil que hoy ha integrado en su seno a los movimientos sociales de Occupy Wall Street, los indignados de España, los estudiantes de Chile y de la Primavera Árabe, donde activistas sociales de todo el mundo, intelectuales, académicos, ambientalistas, militantes de izquierda y dirigentes sindicales, que mantienen la lucha contra el neoliberalismo depredador de la fase actual de desarrollo de este sistema capitalista que siguen manteniendo los países imperialistas del mundo con su aberrante principio de privilegiar el desarrollo económico sobre el desarrollo humano y social de nuestras sociedades. Este foro, donde nos planteamos que Otro mundo es posible, se desarrollo este año paralelamente al foro de Davos, bajo el lema Crisis capitalista, justicia social y ambiental donde se ha analizado como los países de América Latina fueron llevados a este modelo conservador del desarrollo debido a prejuicios políticos e ideológicos de las sociedades y sus gobernantes, se ha destacado la experiencia Brasileña al desalinearse de esas recetas neoliberales y como los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff han colocado a este páis entre las primeras economías del mundo y con más de 8 millones de personas que han salido de la pobreza. Muy lejos esta nuestro País, donde tan sólo en los gobiernos de Zedillo, Fox y Calderón más de 20 millones de personas han caído en la pobreza, y México perdió la posición sobresaliente que tenía entre las primeras economías del mundo.
En suma las recetas de los capitalistas reunidos en Davos no han servido ni servirán para tratar los graves problemas del desarrollo social y humano que nuestro mundo padece.

No hay comentarios:

Publicar un comentario