sábado, 23 de marzo de 2013

LA ABOMINABLE HIPOCRESIA

A propósito de esta semana santa 2013, me resulta abominable que Enrique Nieto Peña Nieto (EPN), comunicara a los medios de comunicación, esta semana, sus grandes coincidencias con el Papa Francisco, Jorge Mario Bergogliom después de participar en la ceremonia de unción del pontífice, que según él tiene “grandes coincidencias” entre los postulados del papa Francisco con aquello “que desde el gobierno de la República esta trabajando”, “a los más pobres, a los más necesitados; a la niñez, a la infancia, que fue parte de su mensaje hoy”, porque su gobierno busca “un México alejado de la pobreza, de la marginación y fortalecer la capacidad de las instituciones del Estado mexicano, precisamente para brindar mayor atención a quienes más lo necesitan.

EPN fue inspirado en la homilía del nuevo líder mundial de los católicos, donde el papa Francisco expuso “para sí mismo el deber de poner sus ojos al servicio humilde, concreto, rico en fe, de San José y, como él, abrir los brazos para custodiar a todo el pueblo de Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad, especialmente los más pobres, los más débiles, los más pequeños,  donde custodiar, no sólo atañe a los cristianos y consiste en preocuparse por todos, por cada uno, con amor, especialmente por los niños, los ancianos, quienes son más frágiles y que a menudo quedan en la periferia de nuestro corazón. solicito a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político o social, así como a los hombres de buena voluntad:, que seamos custodios de la creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente; no dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro. El odio, la envidia, la soberbia, puntualizó el líder de los católicos, ensucian la vida y por eso hizo un llamado a no tener miedo de la bondad, de la ternura.

Imagine si EPN, dijera que el es un virtuoso católico, que enaltece los valores cristianos, inmersos en esta homilia, con sus antecedentes de conductas de fidelidad al matrimonio, presunciones de homicida, desfalcador, de no ser soberbio, de vivir con humildad, con pobreza franciscana, a propósito del santo san Francisco de Asís, idealizado en el nombre asumido por el papa, y que además, EPN expresara ser rechazante de la lujuria, la avaricia y de la envidia.

Pero en fin, no es que su vida personal ignominiosa deba ser objeto de atención, debería de ser su derecho a mantenerla en la intimidad, Lo que nos interesa es su vida pública transgresora, flagrante de derechos y muy alejados de las virtudes cristianas, que dice compartir, donde contrario a sus coincidencias referidas, sigue promoviendo sus políticas generadoras de más pobreza y esa marginación, que dicen querer alejar. Con cinismo y desvergüenza siguen promoviendo el incremento de los costos de los energéticos, gasolinas, gas natural y la luz, y están por extender e incrementar el IVA a todos los alimentos y medicamentos, que consumaran después del mes de julio, para no ser afectados en sus resultados electorales en los estados que tienen elecciones este año.

Estamos muy lejos de sus deseos, expresados con la posible visita del papa a nuestro país cuando EPN, refiere “todo lo que aliente, lo que fomente, apoye y respalde este ánimo de optimismo, de solidaridad, de unidad y de fraternidad, sin duda es positivo y favorable”. Simplemente esta ausente en su ser el amor fraternal y solidario por nuestra patria, que debería desbordar en políticas que logren acabar con la injusticia y las graves desigualdades sociales y económicas, y dejen de seguir medrando con la ignorancia y la pobreza que la mayoría de los mexicanos padecen.
Hoy como nunca los políticos y gobernantes, no sólo en México sino en todo el mundo, están recurriendo a la hipocresía como estrategia para fortalecer su empoderamiento posesionándose y exhibiéndose con virtudes, sentimientos y valores contrarios a los que verdaderamente tienen, a su falta de honestidad suman la hipocresía incrementando el oprobio de nuestras sociedades y con ello contribuyendo a extender las injusticias y las desigualdades sociales que nos agobian.

EPN y sus discípulos deberían de integrar en estos días el mensaje de Jesucristo, condenando en numerosas ocasiones la hipocresía de los líderes religiosos y políticos, sobre todo cuando les instruye a sus discípulos advirtiéndoles que no sean prolijos hipócritas, que no hagan "repeticiones vanas" ni "palabrerías" al orar, y que no sean como los hipócritas que quieren ser vistos por los hombres al hacer sus buenas obras. Deberían de conocer algunos de los múltiples estudios teológicos que catalogan a la hipocresía como un pecado y que sin arrepentimiento, lleva a la condenación eterna de aun aquellos que dicen creer en Dios, pero no le sirven verdaderamente con el corazón y siguen pecando deliberadamente.

La hipocresía seguirá desvirtuando los valores trascendentales de las relaciones humanas, porqué integra la mentira, el engaño, la simulación, el fingimiento, la inconsistencia, la incongruencia dañando la integridad y la honorabilidad de las personas. El hecho contundente es que la hipocresía prevalece como una conducta reprobable en la mayoría de las sociedades y culturas, inmersas en sus diversidades políticas y religiosas, que con sus sistemas de creencias condenan los comportamientos relacionados a la hipocresía. Lamentablemente sigue siendo, parafraseando a Noam Chomsky, “uno de los males centrales de nuestra sociedad, que promueve injusticias como la guerra y las desigualdades sociales en un marco de autoengaño.

Ya nada más falta que por decreto, los gobernantes y los oligarcas impongan la noción de que la hipocresía por sí misma es una parte necesaria o benéfica del comportamiento humano y la sociedad, que algunos teóricos, principalmente de los negocios, de la sociología y de las ciencias políticas, han tratado así de posicionarla, en el marco de sus funciones alienantes al sistema capitalista neoliberal y depredador que nos domina.







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