Les comparto mis vivencias mas significativas en mi existencia, inmersas
en conductas corruptas, en mis actividades políticas y administrativas, no registro los nombres de los actores
responsables, con excepción de un gobernante del estado, por elemental
congruencia con el objetivo que quiero compartir con ustedes.
Sin duda la mejor protección contra la corrupción en la vida, sobre todo
en el bregar en las administraciones públicas y la política, es vivir una vida
austera y mantener la convicción de servir a los demás, lejos de los afanes de
enriquecimiento económico y patrimonial, que no sea el derivado de la
productividad en el desempeño del oficio profesional, además de resistir
estoicamente los tentáculos del infestado mercantilismo presente en todas
nuestras relaciones y en el alcance de nuestros objetivos exitosos del ser en
nuestras vidas, cada vez más valorados por el indicador del estatus social, de
conformidad con los ingresos económicos y el patrimonio que tenemos.
No robar, ni tomar lo que no nos pertenece, mucho menos aceptar dadivas
tratando de usufructuar bienes que no se corresponden con nuestros productos
del trabajo, son los valores, que al menos en nuestras familias de origen,
inmersas en la pobreza económica, nos fueron integrados con sentido común y
razonamiento lógico, por nuestros padres, quienes además, nos fortalecieron el
sentido de la solidaridad con ese gran amor fraternal que prevalecía en
nuestros barrios marginados.
Nuestra lucha más trascendente, se desarrolló, en los setentas, del
siglo pasado, contra el mercantilismo médico imperante que prevalecía
deshumanizando a la medicina y que encabezaban un grupo médico en el estado
conocido mafiosamente como la “Bata Blanca”, que fue muy apoyado y fortalecido
por el régimen priísta, dándoles hasta el control político de la universidad
del estado, por décadas; fueron nuestras primeras resistencias a la cooptación
y las estrategias represivas de los gobernantes quienes, nos ofrecían abandonar
principios sometiéndonos a sus intereses a cambio de los beneficios y
comodidades de sus instituciones, que brindaban funciones educativas y
asistenciales de la medicina. Una vez que egresamos como médicos sistemáticamente
nos negaron el acceso al derecho de educación de postgrado, a nuestra
integración laboral en las instituciones médicas del estado, que
afortunadamente vencimos con estrategias de inteligencia, distracción y
territoriales, fuera del alcance de sus abusos del poder.
De manera que, ahí estábamos, como médicos, inmersos en la sociedad y
las instituciones del sector salud del estado, así fui designado por la junta
directiva, para ser director de la Escuela de Medicina del Instituto de
Ciencias de la Salud, a mis 28 años, donde se presentaron las primeras
intervenciones de influencias de personajes referidos por funcionarios que
solicitaban ser regularizados para lograr titularse como médicos, ya que
ejercían la medicina sin titulo ni cedula profesional tanto en la medicina
privada como en instituciones del sector salud; ofreciendo naturalmente
aportaciones financieras importantes para mi persona y nuestra institución, lo
único que recibían era mi respuesta iracunda
con la expulsión de mi oficina, ante el agravio. Así fui responsable
directivo de la formación y calificación académica de los 213 médicos egresados
de esa institución.
Tratando de mantener la congruencia y mi integridad con los principios y
convicciones, sin influyentismos, después de todo el proceso burocrático de
selección, logre una plaza federal de médico en la Secretaría de Salud,
puesto que ejercí, sólo seis meses, ya que fui invitado por el Secretario
Estatal de Salud para ejercer la dirección de la Clínica Tierra y Libertad, con
la tarea fundamental de lograr el desarrollo eficaz de los programas de
atención médica y corregir desviaciones administrativas, inmersas en conflictos
políticos de los líderes. Los compañeros dirigentes y los colonos, me conocían
desde la fundación de esa colonia, por mi participación solidaria desde el
inicio. Durante dos años logre sanear la dirección y administración de los
recursos y el desarrollo de los programas en esa unidad, hasta que llego
designado como Secretario de Salud en el estado, uno de los principales
dirigentes de la Bata
Blanca , quien rencorosamente buscó como expulsarme de esa
institución y al no encontrar causas administrativas o del desempeño
profesional, recurre a cesarme inventando responsabilidades “de un gran robo de
materiales e insumos médicos que yo hice en esa clínica”, su rabia política
hacía mi persona le hizo cometer grandes errores en su proceder que luego
fueron la sustancia para que demandara laboralmente ante el Tribunal Federal Laboral
y ganara plenamente ese juicio, que sobre todo lo hice por dignidad en defensa
de mi honor.
Resulta. que cuando fui cesado por ese funcionario, alguno de mis amigos
me llevo directamente con el gobernador del estado, Alfonso Martínez Domínguez,
quien inmediatamente me ofreció
colocarme en otro puesto de director en otra de las clínicas existentes del
IMSS, ISSSTE, no de la secretaria de salud, por sus consideraciones políticas
del caso, atractiva oferta que deseche con una frase “no vine a buscar trabajo
sino justicia”, el gobernador ironizo mi demanda, dejando vigente su propuesta,
que jamás acepte.
En fin, durante el proceso demandante de justicia ante el tribunal
federal de conciliación y arbitraje que inicié en 1984, fui invitado a
integrarme con un grupo profesional de trabajo en salud mental y logramos
desarrollar una Unidad de Psiquiatría en apoyo al entonces Consejo Tutelar para
Menores del estado de Nuevo león, en ella hacíamos investigación científica y
atención profesional en los procesos de rehabilitación en los menores
infractores, así participe en la dirección del trabajo profesional, resulta que
al finalizar 1986, detecte y denuncie malos manejos administrativos, luego se
nos quiso obligar a afiliarnos al partido político gobernante, el nefasto PRI,
para poder continuar con el proyecto, fui violentamente cesado, luego los
resultados de las investigaciones en las que participé fueron fraudulentamente
utilizadas por su director, suscribiéndose exclusivamente la autoría
intelectual y utilizándolos en sus publicaciones.
En 1989, una vez que fui reinstalado en mi plaza de la SSA , fui invitado por el
Secretario de Salud, a la dirección del
Centro de Salud No.1, de la ciudad de Monterrey, una unidad con mas de cien
trabajadores de la salud, destinada
brindar servicios de primero y segundo nivel de atención medica
ambulatoria, donde prevalecían conflictos laborales y administrativos que
impedían el desempeño de los programas básicos de salud, habían tenido 4
directores en un periodo de 2 años y los trabajadores estaban apostando a que
no duraría ni seis meses, desempeñe la función de director por seis años, una
vez que tuve que solicitar licencia para ejercer el cargo de regidor de la
ciudad de Monterrey. En todo ese periodo fui objeto de acoso, por las
instancias superiores que elucubraban con la posibilidad de que los desplazara,
una y otra vez los afronte sin resultados, hasta que torpemente la c. Jefa de
Jurisdicción Sanitaria No1., de quien estaba subordinada, trato de utilizar al
administrador para que me acusara de malos manejos económicos, que incluía el
robo de recursos financieros, como suelo hacerlo, lo afronte personalmente con
la presencia del administrador y su conmoción emocional fue impregnada de
negación cobarde y zalamería hacia mi persona, ante la evidencia; lo único que
le exigí es que ni se le ocurriera sancionar la conducta leal y honesta del
administrador. Los cargos de dirección que acepte, fueron sin recibir las
remuneraciones complementarias, por el desempeño de esa función, dada la
precarizada economía institucional que existía.
En ese mismo periodo (1989-1995), resulta que fui invitado por los
dirigentes del PT a fundar y construir ese partido, que gozaba de todo el apoyo
presidencial del salinismo, siempre había rechazado militar en los partidos
políticos en México, por su inmersión en la corrupción, estos compañeros me
insistieron, como “amigos”, hablaban de sus revolucionarias transformaciones en
la política y que me necesitaban como cuadro profesional y político, en sus
proyectos de gestión para el desarrollo de una Preparatoria, un Hospital
general y los centros de Desarrollo Infantil; acepte con gran motivación y los
apoye, resistiendo los primeros años, sus desviaciones y perversiones que
corrompieron a sus instituciones y que me llevaron finalmente a abandonarlos en
mi participación de sus demandantes necesidades políticas y profesionales,
sujetas a practicas ignominiosas en sus ambientes, mas cuando en sus luchas
intestinas del poder los llevaron a la presunción de responsabilidades en la
muerte de un distinguido compañero. Nunca acepte integrarme a los beneficios de
sus gestorías, que las dependencias públicas les concedían en proyectos de
vivienda, terrenos, ejidales, mercados, transporte y en los servicios públicos,
con excepción de unas placas para operar un taxi para un hermano desempleado.
Menos les exigí el pago de honorarios profesionales correspondientes a sus
demandantes atenciones y solicitudes de asesoría, por el inmerso amor fraternal
y solidario que les tenía a ellos y a las comunidades beneficiarias. Las
influencias políticas del dirigente nacional, de quien gozaba de su confianza,
hasta para la atención de sus asuntos personales y familiares, sin duda
lograban que mi persona fuera objeto de atenciones especiales en los
funcionarios y en el medio político, que
siempre trate de no abusar, rechazando así la lacra del influyentismo y la
impunidad. Nunca estuve motivado por la ambición vulgar de los cargos, siempre
les manifesté mi voluntad de asumir las tareas que me asignaran, así como les
protestaba sus injusticias en esas asignaciones, que llegaron recurrentemente a
reproducir el nepotismo, que hoy los ha infestado letalmente en sus
instituciones.
Al ejercer el cargo de regidor, en 1996 en virtud de mi formación
profesional fui designado como presidente de la Comisión de Salud del R.
Ayuntamiento de Monterrey, donde bregamos contra la gran corrupción que
imperaba, investigando y denunciando públicamente las atrocidades que las
administraciones pripanistas hicieron en sus ejercicios con sus tráficos de
influencias, cobro de cuotas, fraudes en las adquisiciones, en el desarrollo de
obras públicas, otorgamiento de permisos, licencias, sobre todo en relación a
los denominados giros negros (centros nocturnos, prostíbulos, table dances,
salas de masajes, casinos, bares, cantinas), donde existe toda una red mafiosa
integrada por delincuentes, empresarios y funcionarios que a la fecha han
generado el incremento de los problemas de inseguridad, violencia, de salud
pública y psicosocial deteriorando la calidad de vida de los nuevoleoneses.
Resistimos todas las estrategias de cooptación, desde las dadivas, los moches,
las cuotas y ser beneficiarios de sus atenciones serviciales, que se
acostumbran por los pervertidores, hasta las amenazas explicitas sobre nuestra
integridad física y sus simulados robos en nuestras oficinas. El alcalde en
turno llego a ofrecer financiar el funcionamiento, con recursos municipales
seguros y programados anualmente, el CEIMASC,
una asociación civil sin fines de lucro, que dirigíamos, además de ser
recurrente su propuesta de seguir disfrutando mi salario laboral como
profesionista de la SSA ,
que la ley impedía; ya que una vez que inicie el ejercicio de mi función como
regidor, solicite mis licencias sin goce de sueldo, de conformidad con la ley,
que en ese entonces desarrollaba como empleado público, tanto en la SSA , como médico así como en la Secretaría de Educación, como docente y
directivo.
Una vez que termine esa función en el 2000, me reintegre a mi plaza de
médico de la SSA
y en la plaza de la SE ,
resulta que por mis posturas, en defensa de mi honor y dignidad, contra algunos
de los dirigentes de la familia del PT, fui cesado, después de no haberles
aceptado retirarme “un tiempo” en el marco de un acuerdo ignominioso de no
ejercer funciones laborales y recibir las compensaciones salariales que me
correspondían, sin trabajar, además de los beneficios políticos por
disciplinado, en los puestos políticos
del partido que aseguraban mi futura designación en otros cargos de elección
popular como diputado local, federal y quizás senador. Paradójicamente mi
trayectoria política en el PT había sido reconocida por los compañeros, como de
alta honorabilidad y probidad que les llevo a designarme, un año atrás, como
integrante de la Comisión
nacional de Garantías y Controversias, que era el órgano interno encargado de
la impartición de justicia en el seno de esa organización, de conformidad con
las leyes.
De manera que ahí estaba otra vez, ante un tribunal de justicia laboral,
en defensa del honor y mi dignidad, ese tribunal decidió la injusticia total
sobre mis derechos laborales, ordeno mi reinstalación, la cual se dio y una vez
reiterada la autoridad ejecutante sus violentas conductas me expulsaban de la
institución, lo que hacía nuevamente demandar la intervención de la autoridad,
que al repetir el acto se genero la necesidad de recurrir a aceptar la
indemnización que por ley me correspondía en esa Prepa que me toco fundar,
integrando todas las bases académicas y administrativas, era entonces el único
con el perfil y la experiencia académica y directiva para cimentar esta
institución con excelencia educativa donde predominara la cultura de la ética,
hoy subsumida en la inmoralidad del nepotismo, inmersa en una autonomía, por el
poder político de sus dirigentes, que les hace impune en las transgresiones del
manejo normativo que sobre su desempeño académico, administrativo y los
derechos laborales de los trabajadores persiste.
Luego políticamente fui invitado en el 2001, por distinguidos activistas
de la sociedad civil, intelectuales y feministas, de las denominadas ONG´S,
para bregar en un Foro Democrático, libre, ciudadano, alejados de los corruptos
partidos políticos, que trascendiera en la lucha por la democracia y las
libertades en nuestra sociedad, con mis resistencias por la prevaleciente integración
de muchos de estos organismos a los recursos financieros provenientes de los
diferentes niveles de gobierno, que sin duda les limita sus libertades, les
apoye y una de las primeras trascendentes tareas sería la participación en la
organización del Foro Global de la Sociedad Civil Financiación para el Derecho
al Desarrollo Sustentable con Equidad de las Naciones Unidas, que celebraría en
nuestra ciudad de Monterrey los días 11 y 12 de marzo del 2002, resulta que
luego de finalizar ese evento, nuestro foro, fue permeado por acusaciones de
haber recibido, las dirigentes feministas, apoyos financieros en miles de
dollares que nunca informaron ni transparentaron, convirtiéndose en el factor fundamental
de desintegración de esta organización.
Finalmente, en el 2003 un grupo de compañeros que pretendían sanear la
corrupción prevaleciente en el seno del PRD, con las lacras del influyentismo,
clientelismo político, desvío y mal uso de recursos, en el marco del
pragmatismo ramplón de los intereses facciosos de los grupos denominadas
internamente como tribus, me invitaron en la víspera de sus elecciones internas
para renovar los órganos de dirección, logramos la victoria en todos los
órganos de dirección, principalmente en el Comité Ejecutivo Estatal, con tan
mala fortuna que los compañeros dirigentes que apoyamos se integraron a las
redes de corrupción política que prevalecía en ese partido, fui marginado desde
el inicio de sus actividades, sin embargo como integrante del Consejo Estatal
de ese partido fui designado como presidente de una Comisión Especial, en el
2005, que auditara las acusaciones persistentes de sus conductas corruptas, la
cual evidencio y dictamino las graves transgresiones realizadas, que luego
protegieron los intereses de las tribus a nivel nacional, para gozar de su
impunidad.
En el 2006, en la víspera de la elección interna nuevamente acudieron
conmigo los líderes de los grupos que disputaban la dirigencia del PRD en el
estado, que seguían inmersos en la subcultura de la ética política,
corrompiéndose, deslegitimados en su probidad, llegaron a ofrecer que
encabezáramos la propuesta para la dirigencia estatal, aseguraban la victoria
con sus votos cautivos de sus militantes dependientes y aclientelados,
condicionando el control de los órganos de dirección estatal, sobre todo el
manejo financiero y las ambicionadas secretarias que influyen en las decisiones de los candidatos de elección
popular sobre todo de las posiciones plurinominales, los rechazamos
contundentemente, decidimos perseverar como movimiento de renovación,
rechazando afiliarnos a sus tribus y mas a sus corruptas concepciones del
quehacer político.
Desde entonces bregamos con Andrés Manuel López Obrador, nos integramos
al Movimiento Nacional de Regeneración Nacional y seguimos demandando
responsabilidad, honestidad, congruencia e integridad de todos los compañeros y
compañeras, mas con la tarea que me han encomendado como integrante de la Comisión Estatal
de Honestidad y Justicia en Nuevo León.