A finales del mes pasado se desplegaron informaciones que daban cuenta
de la grave corrupción prevaleciente en el sistema político mexicano, se
aceptaba por fin, los pésimos manejos administrativos y el lavado de dinero de
que fue objeto Mexicana de Aviación; se acusó por La Procuraduría General de la
República (PGR) a Gastón Azcárraga, ex presidente del consejo de administración
de Mexicana, de haber lavado 198 millones de pesos de la venta de acciones de la
empresa, esto ocasionó daño y perjuicio a la Asociación Sindical de Pilotos
Aviadores (ASPA), hasta este momento
Azcárraga está prófugo.
Luego en la administración pública de los recursos
económicos de nuestra nación, el titular de la Auditoría Superior de la
Federación (ASF), Juan Manuel Portal, informo el desvío de recursos públicos, por
irregularidades detectadas en la Cuenta Pública 2012, además informaba que Felipe
Calderón Hinojosa (FECAL), en el último año de su sexenio (2006-2012), incurrió en un
notable subejercicio de recursos en el ámbito del gasto federalizado, éste
corresponde a los fondos destinados a servicios sociales como educación, salud
y desarrollo. Fue un informe que evidenciaba los malos manejos, la inexistencia
de documentos comprobatorios del uso de los recursos, pagos indebidos por
remuneraciones a personal y las desviaciones en los presupuestos federales
otorgados para el financiamiento de programas en los estados, que
paradójicamente eran jerarquizados como prioridad del régimen calderonista,
como su estrategia de cobertura universal en salud a través del seguro popular,
así como las acciones sobre seguridad pública en su obsesiva guerra contra la
delincuencia. La auditoría también demostró que en el año 2012 el gobierno de
Fecal, dejó de percibir por recaudación fiscal 769 mil 448 millones de pesos;
de ellos, 235 mil 177 correspondieron a IVA; 176 mil 890 a impuestos
especiales; 143 mil 318 al ISR empresarial; 128 mil 786 al ISR a personas físicas;
73 mil 15 millones al IETU, y 12 mil 262 a estímulos fiscales.
En estas semanas, se ha dado
cuenta también, del gran fraude que la empresa oceanografía ha hecho por lavado de dinero y defraudación fiscal, por cientos de millones de
pesos, afectando a Pemex y la hacienda pública, además de organismos bancarios
y empresas extranjeras, con la complicidad de los hermanos Bribiesca, Manuel y
Jorge Alberto, hijos de Marta Sahagún y esposa del ex-presidente Fox Quesada, quien cínicamente
ha deslindado de las responsabilidades documentadas del tráfico de influencias,
hechas por una comisión del congreso,
que les permitió beneficios millonarios al involucrarse en este y otros
negocios al amparo del poder de esa familia presidencial.
Fecal sólo extendió la ineficacia
y corrupción de los regímenes del fracasado panismo, que primero las cúpulas
panistas, habían apoyado desde Salinas hasta Zedillo y que luego con Fox
simplemente armonizaron sus gobiernos ineptos, corruptos y depredadores en
beneficio de los oligarcas, empresariales y partidistas que integran el poder
factico, al que hoy han sumado a los perredistas de los Chuchos, con su nueva
izquierda, que sin duda se ha modernizado en sus estrategias de corromperse,
volviendo a orbitar con satélite nuevo, con su pacto con los pripanistas, como
lo hicieron con el Echeverrismo, dirigidos por su líder Rafael Aguilar
Talamantes en el Partido Socialista de los Trabajadores. Hoy se siguen informando
de hechos ilícitos de políticos de los principales partidos: PRI, PAN y PRD, en
los territorios donde han gobernado, este último en sus gobiernos de la ciudad
de México, Michoacán, Zacatecas y Baja California Sur.
El Hecho es claro, México no ha
crecido, no sólo en términos económicos, que no ha pasado del 3% porcentual
anual, sino en el desarrollo social, cultural y político que le corresponde,
porque la clase político-empresarial que dice gobernar al país se dedica a
desaparecer, discrecionalmente y sin consecuencia legal alguna,
multimillonarias cantidades de dinero del erario, generados internamente,
muchos de esos recursos económicos se envían al extranjero integrándose a las
especulaciones de los capitales internacionales de inversión, sobre todo en las
bolsas del mercado.
La corrupción en México, sigue
prevaleciendo, con gran impunidad, dirigida por los poderes facticos y
atentando no sólo contra el desarrollo humano y social sino contra los derechos
fundamentales de todos los ciudadanos, principalmente de los más pobres. Siguen
con el saqueo y el despilfarro de recursos públicos, con sus quebrantos y desvíos,
que una y otra vez ha sido documentado, denunciando las desviaciones de
presupuestos, el inflamiento de precios, el pago de obras o servicios
inexistentes, la devolución de multimillonarias
cantidades en impuestos, sin que trasciendan indicadores objetivos, como los de
recuperación de activos, y sanciones penales y administrativas ejemplares, que
junto con una estrategia de prevención permitan avanzar hacia una cultura de la
honestidad e integridad de los gobiernos, de las empresas y de la sociedad,
bajo escrutinio y cooperación internacional.
Descaradamente se roba en todos
los sectores como el desarrollo urbano, el cultural, el
educativo, el de salud, la energía, vivienda, en comunicaciones y transportes, en
el sector financiero, en el agro, en el sector económico, los políticos
responsables, más los de la elite gobernantes,
como los ex – presidentes, ex – gobernadores, ex – ministros y ex – alcaldes, no son objeto ni siquiera de
una denuncia penal, en su contra, y las que se intentan y logran procesarse,
terminan desechadas por falta de pruebas por los jueces integrados a sus redes
delincuenciales del poder. Actualmente es el Ministerio público federal, la
única instancia que decide si se aplica una penalidad, por eso ante el hartazgo
de las irregularidades que terminan en la impunidad el propio titular de la
Auditoria Superior de la Federación propone la creación de un tribunal autónomo
que logre sancionar los desvíos de los recursos públicos, cuando menos, lo cual
sólo sería paliativo.
Lo que nunca aceptaran, estos
poderes facticos que generan y viven de la corrupción, es extirpar, radicalmente,
este cáncer, que ha invadido no sólo el entramado institucional de todos los
niveles de gobierno, sino a todo el tejido social, para luego evitar su
reinserción mediante la prevención, que sólo se logra integrando plenamente la
ética a la política.
La corrupción es la causa
fundamental de la deshumanización que vivimos en nuestras sociedades, sigamos
combatiéndola.
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