sábado, 29 de marzo de 2014

MIS ANDANZAS CONTRA LA CORRUPCION


Les comparto mis vivencias mas significativas en mi existencia, inmersas en conductas corruptas, en mis actividades políticas y administrativas,  no registro los nombres de los actores responsables, con excepción de un gobernante del estado, por elemental congruencia con el objetivo que quiero compartir con ustedes. 

Sin duda la mejor protección contra la corrupción en la vida, sobre todo en el bregar en las administraciones públicas y la política, es vivir una vida austera y mantener la convicción de servir a los demás, lejos de los afanes de enriquecimiento económico y patrimonial, que no sea el derivado de la productividad en el desempeño del oficio profesional, además de resistir estoicamente los tentáculos del infestado mercantilismo presente en todas nuestras relaciones y en el alcance de nuestros objetivos exitosos del ser en nuestras vidas, cada vez más valorados por el indicador del estatus social, de conformidad  con  los ingresos económicos y el patrimonio que tenemos.

No robar, ni tomar lo que no nos pertenece, mucho menos aceptar dadivas tratando de usufructuar bienes que no se corresponden con nuestros productos del trabajo, son los valores, que al menos en nuestras familias de origen, inmersas en la pobreza económica, nos fueron integrados con sentido común y razonamiento lógico, por nuestros padres, quienes además, nos fortalecieron el sentido de la solidaridad con ese gran amor fraternal que prevalecía en nuestros barrios marginados.

 La escuela pública elemental, con su laicismo y los elementos informativos sobre la importancia de los valores integrados en la educación cívica, nos fortalecieron mas para el desempeño ético, que a finales de la adolescencia debemos de lograr integrar en el denominado juicio moral, que Piaget y Kohlberg determinaron como fundamental para el desempeño del razonamiento moral de la personalidad madura, asertiva y armónica en los seres humanos. Es durante la adolescencia cuando estamos inmersos en la hermosa rebeldía sedienta de necesidades de cambios y anhelos de libertad, sensibles a las injusticias del mundo que nos rodea.

 Ahí en plena adolescencia, nos conmociono el movimiento estudiantil de 1968, con la cruel matanza de Tlatelolco, y la lucha por la autonomía de la Universidad de Nuevo León, que pretendía además la reforma académica y acabar con su elitismo que obstaculizaba otorgar el derecho a la educación de todos los mexicanos, mas en nuestra sociedad nuevoleonesa; eran los tiempos donde el compañerismo con todos los activistas, se encontraba inmerso en la honestidad cabal y el amor fraternal solidario, que seguían desarrollando nuestros valores contra la corrupción imperante, durante el régimen priísta de la guerra sucia que acabo con la vida y la libertad de miles de compañeros en todo el país.

Nuestra lucha más trascendente, se desarrolló, en los setentas, del siglo pasado, contra el mercantilismo médico imperante que prevalecía deshumanizando a la medicina y que encabezaban un grupo médico en el estado conocido mafiosamente como la “Bata Blanca”, que fue muy apoyado y fortalecido por el régimen priísta, dándoles hasta el control político de la universidad del estado, por décadas; fueron nuestras primeras resistencias a la cooptación y las estrategias represivas de los gobernantes quienes, nos ofrecían abandonar principios sometiéndonos a sus intereses a cambio de los beneficios y comodidades de sus instituciones, que brindaban funciones educativas y asistenciales de la medicina. Una vez que egresamos como médicos sistemáticamente nos negaron el acceso al derecho de educación de postgrado, a nuestra integración laboral en las instituciones médicas del estado, que afortunadamente vencimos con estrategias de inteligencia, distracción y territoriales, fuera del alcance de sus abusos del poder.

De manera que, ahí estábamos, como médicos, inmersos en la sociedad y las instituciones del sector salud del estado, así fui designado por la junta directiva, para ser director de la Escuela de Medicina del Instituto de Ciencias de la Salud, a mis 28 años, donde se presentaron las primeras intervenciones de influencias de personajes referidos por funcionarios que solicitaban ser regularizados para lograr titularse como médicos, ya que ejercían la medicina sin titulo ni cedula profesional tanto en la medicina privada como en instituciones del sector salud; ofreciendo naturalmente aportaciones financieras importantes para mi persona y nuestra institución, lo único que recibían era mi respuesta iracunda  con la expulsión de mi oficina, ante el agravio. Así fui responsable directivo de la formación y calificación académica de los 213 médicos egresados de esa institución.  

Tratando de mantener la congruencia y mi integridad con los principios y convicciones, sin influyentismos, después de todo el proceso burocrático de selección, logre una plaza federal de médico en la Secretaría de Salud, puesto que ejercí, sólo seis meses, ya que fui invitado por el Secretario Estatal de Salud para ejercer la dirección de la Clínica Tierra y Libertad, con la tarea fundamental de lograr el desarrollo eficaz de los programas de atención médica y corregir desviaciones administrativas, inmersas en conflictos políticos de los líderes. Los compañeros dirigentes y los colonos, me conocían desde la fundación de esa colonia, por mi participación solidaria desde el inicio. Durante dos años logre sanear la dirección y administración de los recursos y el desarrollo de los programas en esa unidad, hasta que llego designado como Secretario de Salud en el estado, uno de los principales dirigentes de la Bata Blanca, quien rencorosamente buscó como expulsarme de esa institución y al no encontrar causas administrativas o del desempeño profesional, recurre a cesarme inventando responsabilidades “de un gran robo de materiales e insumos médicos que yo hice en esa clínica”, su rabia política hacía mi persona le hizo cometer grandes errores en su proceder que luego fueron la sustancia para que demandara laboralmente ante el Tribunal Federal Laboral y ganara plenamente ese juicio, que sobre todo lo hice por dignidad en defensa de mi honor.

Resulta. que cuando fui cesado por ese funcionario, alguno de mis amigos me llevo directamente con el gobernador del estado, Alfonso Martínez Domínguez, quien  inmediatamente me ofreció colocarme en otro puesto de director en otra de las clínicas existentes del IMSS, ISSSTE, no de la secretaria de salud, por sus consideraciones políticas del caso, atractiva oferta que deseche con una frase “no vine a buscar trabajo sino justicia”, el gobernador ironizo mi demanda, dejando vigente su propuesta, que jamás acepte.

En fin, durante el proceso demandante de justicia ante el tribunal federal de conciliación y arbitraje que inicié en 1984, fui invitado a integrarme con un grupo profesional de trabajo en salud mental y logramos desarrollar una Unidad de Psiquiatría en apoyo al entonces Consejo Tutelar para Menores del estado de Nuevo león, en ella hacíamos investigación científica y atención profesional en los procesos de rehabilitación en los menores infractores, así participe en la dirección del trabajo profesional, resulta que al finalizar 1986, detecte y denuncie malos manejos administrativos, luego se nos quiso obligar a afiliarnos al partido político gobernante, el nefasto PRI, para poder continuar con el proyecto, fui violentamente cesado, luego los resultados de las investigaciones en las que participé fueron fraudulentamente utilizadas por su director, suscribiéndose exclusivamente la autoría intelectual y utilizándolos en sus publicaciones.

En 1989, una vez que fui reinstalado en mi plaza de la SSA, fui invitado por el Secretario de Salud,  a la dirección del Centro de Salud No.1, de la ciudad de Monterrey, una unidad con mas de cien trabajadores de la salud, destinada  brindar servicios de primero y segundo nivel de atención medica ambulatoria, donde prevalecían conflictos laborales y administrativos que impedían el desempeño de los programas básicos de salud, habían tenido 4 directores en un periodo de 2 años y los trabajadores estaban apostando a que no duraría ni seis meses, desempeñe la función de director por seis años, una vez que tuve que solicitar licencia para ejercer el cargo de regidor de la ciudad de Monterrey. En todo ese periodo fui objeto de acoso, por las instancias superiores que elucubraban con la posibilidad de que los desplazara, una y otra vez los afronte sin resultados, hasta que torpemente la c. Jefa de Jurisdicción Sanitaria No1., de quien estaba subordinada, trato de utilizar al administrador para que me acusara de malos manejos económicos, que incluía el robo de recursos financieros, como suelo hacerlo, lo afronte personalmente con la presencia del administrador y su conmoción emocional fue impregnada de negación cobarde y zalamería hacia mi persona, ante la evidencia; lo único que le exigí es que ni se le ocurriera sancionar la conducta leal y honesta del administrador. Los cargos de dirección que acepte, fueron sin recibir las remuneraciones complementarias, por el desempeño de esa función, dada la precarizada economía institucional que existía.

En ese mismo periodo (1989-1995), resulta que fui invitado por los dirigentes del PT a fundar y construir ese partido, que gozaba de todo el apoyo presidencial del salinismo, siempre había rechazado militar en los partidos políticos en México, por su inmersión en la corrupción, estos compañeros me insistieron, como “amigos”, hablaban de sus revolucionarias transformaciones en la política y que me necesitaban como cuadro profesional y político, en sus proyectos de gestión para el desarrollo de una Preparatoria, un Hospital general y los centros de Desarrollo Infantil; acepte con gran motivación y los apoye, resistiendo los primeros años, sus desviaciones y perversiones que corrompieron a sus instituciones y que me llevaron finalmente a abandonarlos en mi participación de sus demandantes necesidades políticas y profesionales, sujetas a practicas ignominiosas en sus ambientes, mas cuando en sus luchas intestinas del poder los llevaron a la presunción de responsabilidades en la muerte de un distinguido compañero. Nunca acepte integrarme a los beneficios de sus gestorías, que las dependencias públicas les concedían en proyectos de vivienda, terrenos, ejidales, mercados, transporte y en los servicios públicos, con excepción de unas placas para operar un taxi para un hermano desempleado. Menos les exigí el pago de honorarios profesionales correspondientes a sus demandantes atenciones y solicitudes de asesoría, por el inmerso amor fraternal y solidario que les tenía a ellos y a las comunidades beneficiarias. Las influencias políticas del dirigente nacional, de quien gozaba de su confianza, hasta para la atención de sus asuntos personales y familiares, sin duda lograban que mi persona fuera objeto de atenciones especiales en los funcionarios y en  el medio político, que siempre trate de no abusar, rechazando así la lacra del influyentismo y la impunidad. Nunca estuve motivado por la ambición vulgar de los cargos, siempre les manifesté mi voluntad de asumir las tareas que me asignaran, así como les protestaba sus injusticias en esas asignaciones, que llegaron recurrentemente a reproducir el nepotismo, que hoy los ha infestado letalmente en sus instituciones.

Al ejercer el cargo de regidor, en 1996 en virtud de mi formación profesional fui designado como presidente de la Comisión de Salud del R. Ayuntamiento de Monterrey, donde bregamos contra la gran corrupción que imperaba, investigando y denunciando públicamente las atrocidades que las administraciones pripanistas hicieron en sus ejercicios con sus tráficos de influencias, cobro de cuotas, fraudes en las adquisiciones, en el desarrollo de obras públicas, otorgamiento de permisos, licencias, sobre todo en relación a los denominados giros negros (centros nocturnos, prostíbulos, table dances, salas de masajes, casinos, bares, cantinas), donde existe toda una red mafiosa integrada por delincuentes, empresarios y funcionarios que a la fecha han generado el incremento de los problemas de inseguridad, violencia, de salud pública y psicosocial deteriorando la calidad de vida de los nuevoleoneses. Resistimos todas las estrategias de cooptación, desde las dadivas, los moches, las cuotas y ser beneficiarios de sus atenciones serviciales, que se acostumbran por los pervertidores, hasta las amenazas explicitas sobre nuestra integridad física y sus simulados robos en nuestras oficinas. El alcalde en turno llego a ofrecer financiar el funcionamiento, con recursos municipales seguros y programados anualmente, el CEIMASC,  una asociación civil sin fines de lucro, que dirigíamos, además de ser recurrente su propuesta de seguir disfrutando mi salario laboral como profesionista de la SSA, que la ley impedía; ya que una vez que inicie el ejercicio de mi función como regidor, solicite mis licencias sin goce de sueldo, de conformidad con la ley, que en ese entonces desarrollaba como empleado público, tanto en la SSA, como médico así como en la Secretaría de Educación, como docente y directivo.

Una vez que termine esa función en el 2000, me reintegre a mi plaza de médico de la SSA y en la plaza de la SE, resulta que por mis posturas, en defensa de mi honor y dignidad, contra algunos de los dirigentes de la familia del PT, fui cesado, después de no haberles aceptado retirarme “un tiempo” en el marco de un acuerdo ignominioso de no ejercer funciones laborales y recibir las compensaciones salariales que me correspondían, sin trabajar, además de los beneficios políticos por disciplinado,  en los puestos políticos del partido que aseguraban mi futura designación en otros cargos de elección popular como diputado local, federal y quizás senador. Paradójicamente mi trayectoria política en el PT había sido reconocida por los compañeros, como de alta honorabilidad y probidad que les llevo a designarme, un año atrás, como integrante de la Comisión nacional de Garantías y Controversias, que era el órgano interno encargado de la impartición de justicia en el seno de esa organización, de conformidad con las leyes.

De manera que ahí estaba otra vez, ante un tribunal de justicia laboral, en defensa del honor y mi dignidad, ese tribunal decidió la injusticia total sobre mis derechos laborales, ordeno mi reinstalación, la cual se dio y una vez reiterada la autoridad ejecutante sus violentas conductas me expulsaban de la institución, lo que hacía nuevamente demandar la intervención de la autoridad, que al repetir el acto se genero la necesidad de recurrir a aceptar la indemnización que por ley me correspondía en esa Prepa que me toco fundar, integrando todas las bases académicas y administrativas, era entonces el único con el perfil y la experiencia académica y directiva para cimentar esta institución con excelencia educativa donde predominara la cultura de la ética, hoy subsumida en la inmoralidad del nepotismo, inmersa en una autonomía, por el poder político de sus dirigentes, que les hace impune en las transgresiones del manejo normativo que sobre su desempeño académico, administrativo y los derechos laborales de los trabajadores persiste. 

Luego políticamente fui invitado en el 2001, por distinguidos activistas de la sociedad civil, intelectuales y feministas, de las denominadas ONG´S, para bregar en un Foro Democrático, libre, ciudadano, alejados de los corruptos partidos políticos, que trascendiera en la lucha por la democracia y las libertades en nuestra sociedad, con mis resistencias por la prevaleciente integración de muchos de estos organismos a los recursos financieros provenientes de los diferentes niveles de gobierno, que sin duda les limita sus libertades, les apoye y una de las primeras trascendentes tareas sería la participación en la organización del Foro Global de la Sociedad Civil Financiación para el Derecho al Desarrollo Sustentable con Equidad de las Naciones Unidas, que celebraría en nuestra ciudad de Monterrey los días 11 y 12 de marzo del 2002, resulta que luego de finalizar ese evento, nuestro foro, fue permeado por acusaciones de haber recibido, las dirigentes feministas, apoyos financieros en miles de dollares que nunca informaron ni transparentaron, convirtiéndose en el factor fundamental de desintegración de esta organización.

Finalmente, en el 2003 un grupo de compañeros que pretendían sanear la corrupción prevaleciente en el seno del PRD, con las lacras del influyentismo, clientelismo político, desvío y mal uso de recursos, en el marco del pragmatismo ramplón de los intereses facciosos de los grupos denominadas internamente como tribus, me invitaron en la víspera de sus elecciones internas para renovar los órganos de dirección, logramos la victoria en todos los órganos de dirección, principalmente en el Comité Ejecutivo Estatal, con tan mala fortuna que los compañeros dirigentes que apoyamos se integraron a las redes de corrupción política que prevalecía en ese partido, fui marginado desde el inicio de sus actividades, sin embargo como integrante del Consejo Estatal de ese partido fui designado como presidente de una Comisión Especial, en el 2005, que auditara las acusaciones persistentes de sus conductas corruptas, la cual evidencio y dictamino las graves transgresiones realizadas, que luego protegieron los intereses de las tribus a nivel nacional, para gozar de su impunidad.

En el 2006, en la víspera de la elección interna nuevamente acudieron conmigo los líderes de los grupos que disputaban la dirigencia del PRD en el estado, que seguían inmersos en la subcultura de la ética política, corrompiéndose, deslegitimados en su probidad, llegaron a ofrecer que encabezáramos la propuesta para la dirigencia estatal, aseguraban la victoria con sus votos cautivos de sus militantes dependientes y aclientelados, condicionando el control de los órganos de dirección estatal, sobre todo el manejo financiero y las ambicionadas secretarias que influyen en  las decisiones de los candidatos de elección popular sobre todo de las posiciones plurinominales, los rechazamos contundentemente, decidimos perseverar como movimiento de renovación, rechazando afiliarnos a sus tribus y mas a sus corruptas concepciones del quehacer político.

Desde entonces bregamos con Andrés Manuel López Obrador, nos integramos al Movimiento Nacional de Regeneración Nacional y seguimos demandando responsabilidad, honestidad, congruencia e integridad de todos los compañeros y compañeras, mas con la tarea que me han encomendado como integrante de la Comisión Estatal de Honestidad y Justicia en Nuevo León.

1 comentario:

  1. no cabe duda la probidad y honestidad que tienes,
    me siento orgulloso de que seas esa persona que no tiene precio y que no esta en venta.

    si algo me has dejado como legado.

    se tu palabra, honestidad, congruencia y leal.

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