viernes, 11 de abril de 2014

INTELIGENCIA Y LIBERTAD


Estamos inmersos en sociedades dirigidas por gobernantes que siguen desdeñando el conocimiento científico en la toma de decisiones para sus políticas públicas, sobre todo las inherentes al desarrollo social, sus decisiones han perdido hasta el sentido lógico para lograr el bien común, sin poder sacudirse las lacras de los modelos económicos del neoliberalismo, como la subordinación de sus decisiones a los intereses de la burguesía que nos vienen dominando, desde su emergencia posterior a la revolución industrial desde el siglo XVII, hoy integradas en la corporatocracia, que los estados, sobre todo imperialistas, les han transferido a nivel mundial.

Después de los grandes siglos, XV y XVI de la ilustración renacentista, con sus nuevos enfoques humanistas en los campos de las artes, la política, la filosofía y las ciencias, sustituyendo el teocentrismo medieval, que emergieron posterior a la obscuridad del razonamiento, inmersa en los perjuicios de las religiones, en el teocentrismo, las codicias ambiciosas por el poder de los imperios, siguieron con sus acciones militares para expandirse, sometiendo a grandes pueblos, alterando sus culturas y manteniendo la ignominiosa explotación con sus lacras de desigualdad, pobreza, hambrunas, pero sobre todo de ignorancia, inmersos en el analfabetismo formal o funcional, con bajos niveles educativos, donde la inteligencia no fuera mas allá de servir para lograr la sobrevivencia de los pueblos dominados, las religiones servirían para que sus rituales fortalecieran el servilismo y la pasividad de los ciudadanos ante el ejercicio del ignominioso poder de los oligarcas al servicio de los imperios.

El siglo XX inmerso en la primera y segunda guerra mundial, extendiendo las luchas imperialistas por sus expansiones territoriales, evoluciono hasta este siglo XXI, generando grandes desarrollos técnicos y científicos, capaces de solucionar con eficacia y eficiencia los grandes problemas de la humanidad, como el hambre, las enfermedades, el deterioro ambiental y las necesidades para el desarrollo urbano y rural de nuestras sociedades, soluciones que una y otra vez han sido pospuestas, por la prevalencia de la deshumanización, con sus lacras de corrupción de los gobernantes y oligarcas que se han sumado a lucha rabiosa por los dineros, emergiendo sus guerras silenciosas, modernas, sólo privilegiando las estrategias militares, cuando fallan sus aliados gobernantes y sus oligarcas; su militarismo es sustituido con sus estratégicas imposiciones de políticas económicas dirigidas a mantener su estatus quo y la extensión de su poder, subsumiendo a las poblaciones en desinformación, la ignorancia y los mas bajos niveles educativos, inhibiendo el desarrollo posible de la inteligencia humana e integrándola a los rituales del hiperconsumismo, que fortalece su mas valiosa forma moderna de esclavitud, los grilletes de las deudas, que los someten mas a la lucha por sus sobrevivencia. Los estados sometidos y la gran masa de las poblaciones se integran en el pensar sometido a la solución de estos problemas, como tener dinero para solucionarlos, cerrando el ciclo ignominioso del monetarismo prevaleciente de la economía del neoliberalismo.

Sus procesos educativos son dirigidos simuladamente a fortalecer las inteligencias de las persona en las instituciones, se diluyen en procesos de aprendizaje autoritarios dirigidos mas a lograr el desempeño profesional en una o varias técnicas de las ciencias, muy  lejos de la necesaria visión holística, mas lejos de sus reiterados objetivos y peroratas de “formación integral”, humanista, están más dirigidos a que permitan la incorporación al trabajo, a la productividad económica, donde las personas son integrdas a monótonas rutinas anquilosando, ausentes del pensar creativamente, que sumado a las necesidades de mayor ingreso económico, para mantener o alcanzar los mínimos del bienestar en sus familias, les limitan los tiempos para integrar no sólo los nuevos conocimientos emergentes de los ámbitos científicos relacionados con sus profesiones u oficios, sino el fundamental contacto humanista que deriva de la interacción con las artes, la música, la literatura y de la filosofia. El neoliberalismo ha integrado sus estrategias de “sociedad del conocimiento”, que están dirigidas a fortalecer sus engranes de la productividad económica, acorde a sus voracidades sin escrúpulos, de lograr más el enriquecimiento de unos cuantos, con la pobreza de millones de personas en el mundo, su interes mercantilista por el uso de las ciencias y la tecnología, no tiene limites.  Estúpidamente han llegado a conceptualizar a la inteligencia de las personas en razón proporcional al logro de sus exitosas vidas inmersas en su poder económico, no importándoles la calidad de las penosas existencias inmersas en la corrupción y los abusos del poder que reproducen en el seno de sus familias como la condición necesaria para extender su pregonada inteligencia.
 
Las personas viven entonces motivadas por ganar más y mas dinero, tener mas y mas cosas, bienes patrimoniales, se pierde la esencia del ser humano, el pensar, vive para sobrevivir, el trabajo le sirve para ganar dinero, existe poca motivación  para ser creativo, para innovar, para investigar, para cultivar su inteligencia, su desarrollo espiritual y con ello su desarrollo humano y social que le permita transformar su entorno y con ello vislumbrar la libertad, para dejar de vivir sometido, explotado, adaptándose para sobrevivir, y no para vivir plenamente la vida con todos sus satisfactores, lejos de los mínimos de bienestar que una y otra vez, los gobernantes insisten en alcanzar en sus demagógicos discursos y planes de desarrollo.

Lograr el desarrollo de la inteligencia, implica el predominio del razonamiento, en el contexto del conocimiento científico y técnico mas actual, que la humanidad ha generado, en lograr que pensemos mas los ciudadanos; los políticos seguirán desdeñándola, porque su desarrollo atenta contra su propio empoderamiento, que sigue la ecuación de que a mas ignorancia, mas fácil es la explotación y la manipulación de las personas.

Cultivar la inteligencia, integrando conocimientos, actualizando información, ejerciendo cotidianamente el pensar, reflexionando, analizando, comparando, juzgando y actuando, constituye uno de las estrategias fundamentales para alcanzar los mejores niveles de desarrollo humano y social de las personas, es el instrumento más poderoso para lograr la libertad y lograr el anhelado desarrollo sustentable de nuestro planeta.

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario