Enarbolando la lucha
por empoderar a los ciudadanos, sin los “nefastos políticos” de los partidos y
sus “partiranías”, de estas organizaciones políticas reconocidas por el Estado,
como lo reiteran en sus perorata; asumiéndose, además como independientes del
gobierno, algunas de ellos preparados para disfrutar los puestos públicos, con
sus candidatos independientes, que les proporcionaron sus campañas electorales,
no dejaran de seguir cabalgando protagónicamente sus líderes, en sus asociaciones
denominadas como Organizaciones No gubernamentales (ONG´s), cuestionables en su
autonomía, libertad e independencia que dicen tener, no sólo de
los oligarcas gobernantes sino de los mismos partidos políticos existentes.
Las ONG´s, que supuestamente emergieron y proliferaron desde
la década de los setentas, del siglo pasado en México, considerados como los
“nuevos movimientos sociales”, por algunos politólogos y sociólogos,
constituyen una gran diversidad de agrupaciones y asociaciones de la sociedad
civil que se identifican como no dependientes del gobierno directa o
indirectamente y porque no tienen fines de lucro. Existen de diferentes tipos, según se dediquen a un objetivo
de lucha o de acción: usuarios de servicios, ecologistas, feministas,
movimiento lésbico-gay, liberación sexual, defensa de consumidores, derechos
humanos, minorías étnicas, movimientos contra cultura, salud y educación con
sus cientos de ejes temáticos, movimientos pacifistas, estudiantiles, académicos,
científicos, hasta empresariales, con cuestiones laborales y para hacer frentes
a los grupos políticos, religiosos, etc.,etc..
Considerados como nuevos movimientos sociales, constituyeron
una nueva red de interacciones y relaciones sociales, en los estados contemporáneos
que se distinguían por no contar con canales institucionales de captación de
sus propuestas y demandas, así como sus marcadas tendencias a provocar una
ruptura de los limites de compatibilidad del sistema establecido, ya sea en sus
normas de procedimientos, programas, distribución y apropiación de recursos en
su sistema organizativo.
Para su funcionamiento, en sus inicios, se caracterizaban por
la ausencia de mediaciones políticas partidarias, de consignas ideológicas,
inexistencia de alianzas cooptadoras, rechazan las estructuras jerárquicas, su
emergencia es bajo el status de “ciudadanos” frente a las estructuras
estatales, escapando de los mecanismos y exigencias de rendición de cuentas del
Estado.
En México, lamentablemente el ya basta de sus dirigentes, en
sus objetivos de lucha, ha sido una vez que fueron desplazados o excluidos de
los procesos administrativos, económicos y políticos de los partidos en que militaban
o simpatizaban; retoman, irónicamente, lo que no pudieron lograr al interior de
esas organizaciones. En su mayoría promueven los valores de lucha
tradicionales, la libertad, la defensa de la dignidad y autonomía de la
persona, su autenticidad, el respeto a la identidad individual y colectiva, la
búsqueda de igualdad económica, de género, la paz, la seguridad, la sustentabilidad
del desarrollo y la defensa de la soberanía.
Más lamentable ha sido que las
ONG’s toman el lugar de lo que deberían pertenecer a los movimientos populares,
que luchan contra la explotación, la desigualdad y la lacerante pobreza de
nuestras sociedades, peor que asuman dirigencias políticas de movimientos
electorales, simulando propuestas de cambios revolucionarios, ocultándose ser
origen del paradigma de dominación y control que el neoliberalismo impuso para
hegemonizar sus políticas imperialistas, dispersando a los activistas y
políticos opositores a los regímenes de oprobio.
Muchos olvidan, como con el
advenimiento de la ideología neoliberal de la globalización, que se consolido
con la caída de los principales gobiernos socialistas en el mundo, en el siglo
pasado, los imperios, impusieron su discurso de modernización, que debería transformarse
en nombre de la economía de mercado, así las relaciones sociales, económicas,
la política, la familia, la moral, la religión y la cultura debían adaptarse. Uno
de sus principales ejes fue lograr la
desarticulación del estado de bienestar en las políticas de los gobiernos,
donde integraron sus estrategias para
despolitizar, atacar y desprestigiar las organizaciones políticas partidistas,
sindicales, reducir los espacios de acciones colectivas, restar derechos
sociales, asumir el individualismo como motor de cambio, sustituyendo su
virulento discurso anticomunista, por el de contra el colectivismo, sobre todo
de los movimientos sociales organizados en la lucha por justicia y contra las
desigualdades.
La conciencia social del nosotros
y sus identidades regionales, nacionales y culturales, fue sustituida por el yo
del individualismo extremo, con su extremismo de la figura del consumidor,
dirigidas al hiperconsumo con las lacras del mercantilismo atroz, del valor del
tener, no del ser, donde todo puede consumirse desde la política, el
sexo, amor, educación, sanidad, cultura, ocio y dinero. Los gobernantes saben como integrarlas y hacerlas dependientes, financiándolas, cooptando a sus dirigentes, usando sus membretes, proporcionándoles cargos públicos y para dar esa imagen de ciudadanización del poder público contra los políticos de los partidos.
Así las políticas económicas y sociales de los gobernantes y
las oligarquías financieras en el poder abonaron por las ONG´s, su aumento
repentino son parte de un paradigma neoliberal más que de motivaciones
altruistas puras. Tan solo en México, actualmente, de acuerdo al directorio de
organizaciones inscritas en el registro federal de organizaciones de la
sociedad civil existen 16, 249, lo cual es una cifra elevada, si consideramos
que en los años noventa, del siglo pasado la Secretaría de Gobernación sólo
registraba en este mismo rubro 1300 organizaciones; sin embargo puede ser una
cifra baja si consideremos El número de ONG que operan en los Estados Unidos, se
estima que alcanza los 1,5 millones. Rusia cuenta con 277 000 ONG. India con 2
millones de ONG
Estas organizaciones no gubernamentales lo mismo adquieren
personalidades jurídicas como asociaciones civiles (AC), asociaciones de Beneficencia
Privada (ABP), hasta Fundaciones, fideicomisos y organismos empresariales. La
mayoría enarbola a las ciencias, para legitimarse, como la única herramienta
para tomar decisiones, donde el “conocimiento científico” es utilizado para
encubrir sus intereses políticos y comerciales, se blindan muy bien para la
rendición de sus cuentas y mantener la secrecía de los orígenes de su
financiación y algunas con gran poder económico.
Algunas han sido factores fundamentales en
los cambios de gobiernos, por la vía electoral, como ha sucedido en nuestro
estado de Nuevo León, México, donde finalmente veremos que nada cambiara de fondo, con su deslumbrante ciudadanización del poder, acabando con la partiranía como insisten en denominar a los dirigentes de los partidos políticos.
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