Los bajos niveles de escolaridad, derivados de la educación
formal que ofrece el estado, sumados a los niveles bajos de calidad académica
en sus escuelas, con modelos de enseñanza, verticales y autoritarios, generadores
del analfabetismo funcional operativo, aun de los mas educados, que impacta el
desarrollo de las funciones cognitivas del cerebro, sobre todo el aprendizaje
sustentado en el razonamiento, el pensar creativo; luego sumemos la
desmotivación por el autoaprendizaje, de los educandos, buscando la información,
cultivando el saber, sobre todo la relacionada con las ciencias, las artes y la
cultura, en el infinito mundo del conocimiento existente, que hoy como nunca,
esta al acceso inmediato en las redes de internet. Esa mala educación,
generadora del no saber, sigue siendo el gran obstáculo en la mayoría de las
personas, para lograr los más altos niveles de desarrollo social y humano de
los habitantes de nuestras sociedades, sobre todo en países como el nuestro,
México, considerados en vías de desarrollo, desde el siglo pasado.
Luego tenemos, la existencia de grandes desigualdades, que
generan las políticas económicas de los gobiernos, subsumiendo a la mayoría de
nuestra población en la lacerante pobreza que va desde los extremos donde
prevalece el hambre, donde se da la insatisfacción de los nutrientes básicos para
el desarrollo de las funciones corporales, hasta la insatisfacción de integrar
mínimos de bienestar en insumos para su hogar, que coadyuven a la salud y el
bienestar necesario para su desarrollo personal y familiar, en eso que los
economistas han denominado como pobreza patrimonial.
La suma de Ignorancia y pobreza que prevalece en nuestras
sociedades, han permitido que las oligarquías financieras y sus políticos
serviles, logren magistralmente la manipulación de las conductas en sus
posturas políticas, sobre todo las que requieren su participación democrática
en las decisiones, de la mayoría de los
ciudadanos, con sus estrategias mediáticas, mercantilistas, perversas y
corruptas, orientadas a seguir explotando y obstaculizando el desarrollo humano
integral de nuestros habitantes. Extienda la suma, al rol educativo mediocre,
que subsume a la subcultura a las mayorías en el seno de sus familias, de las
televisoras y la radio con sus barras de entretenimiento, telenovelas y
espacios informativos que viven de los abusos de las notas rojas, envileciéndose
con las víctimas de las tragedias y desviando la atención de los problemas de
fondo, que generen el pensar y las libertades.
Son perversas, porque están conscientes de la pobreza e
ignorancia que mantienen a contentillo, con sus voraces ambiciones en el
mantenimiento del poder económico y político que usufructúan impunemente,
alejados del amor fraternal y solidario en sus peroratas del “bien común”,
donde no cabe el pleno goce de las libertades y la justicia para todos los
habitantes, dados a compensarse en sus alabanzas cristianas mediante la “caridad”
en sus amores limitados al prójimo; se suma además su persistencia en
reproducir las lacras del clientelismo, el asistencialismo y el corporativismo
en la política para los “jodidos” y sus empleados, derivada de la pobreza en
que mantienen a las comunidades y sus familias.
Son corruptas porque transgreden letalmente los valores
elementales de la honestidad, la integridad, congruencia, lejos de enaltecer la
verdad, prefieren seguir inmersos en la mentira, el engaño y la manipulación
para seguir siendo beneficiarios de los regímenes de gobierno, corruptos,
atrapándolos en sus redes de intereses económicos, sin escrúpulos e
impunemente, en esa corrupción en la que sólo ellos, han sido los beneficiarios
en sus negocios y no han sido dañados, en tanto la mayoría de los que vivimos
de nuestro trabajo, pagamos su costo,
que según los expertos equivaldría en los últimos treinta años, a un total de
recursos económicos suficientes, para haber logrado acabar, no sólo con la
lacerante pobreza y disminuir la
ignorancia, sino gozar de una infraestructura de servicios públicos como la
vialidad, el transporte público, escuelas dignas, hospitales y unidades de
salud suficientes que garantice el derecho a la educación y a la salud de todos
los habitantes, proporcionando servicios de calidad a toda la población actual
de nuestras sociedades.
Esta reflexión se generó cuando una compañera activista,
adulta mayor, fundadora de la colonia Tierra y Libertad, me consultó por cursar
con depresión y me preguntaba: ¿Estaría mal si voy con el “Bronco”, a la vecina
le dio mil pesos por su apoyo y le
aseguraron dos mil pesos mensuales, por el apoyo político que le dieron?,
expresando luego su coraje porque los dirigentes del PT (Partido del Trabajo),
les echaban la culpa de sus malos resultados electorales y del riesgo que tenían
si perdían el registro, empezar a pagar, impuestos, la luz , el agua, los
apoyos para mejorar sus viviendas, medicinas, entregas de despensas y demás apoyos
de los programas sociales que los regímenes han utilizado para usarlos
electoralmente.
Replicaba en mi mente, la frase reiterada de su dirigente Beto
Anaya, cuando a finales del siglo pasado, me enfrentaba a sus mediocres
estrategias clientelares de la política revolucionaria, línea de masas, que
pregonaban, me decía: “tu quieres resolverles todas sus necesidades, y luego
con que los movemos”, replicaba yo “con su conciencia política, Beto”,
contestaba Beto, eso está bien para el año tres mil, ahorita no. No tarde en
renunciar a sus organizaciones políticas clientelares y a su revolucionario partido.
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