miércoles, 8 de julio de 2015

ENTRE LA IGNORANCIA Y LA POBREZA


Los bajos niveles de escolaridad, derivados de la educación formal que ofrece el estado, sumados a los niveles bajos de calidad académica en sus escuelas, con modelos de enseñanza, verticales y autoritarios, generadores del analfabetismo funcional operativo, aun de los mas educados, que impacta el desarrollo de las funciones cognitivas del cerebro, sobre todo el aprendizaje sustentado en el razonamiento, el pensar creativo; luego sumemos la desmotivación por el autoaprendizaje, de los educandos, buscando la información, cultivando el saber, sobre todo la relacionada con las ciencias, las artes y la cultura, en el infinito mundo del conocimiento existente, que hoy como nunca, esta al acceso inmediato en las redes de internet. Esa mala educación, generadora del no saber, sigue siendo el gran obstáculo en la mayoría de las personas, para lograr los más altos niveles de desarrollo social y humano de los habitantes de nuestras sociedades, sobre todo en países como el nuestro, México, considerados en vías de desarrollo, desde el siglo pasado.
Luego tenemos, la existencia de grandes desigualdades, que generan las políticas económicas de los gobiernos, subsumiendo a la mayoría de nuestra población en la lacerante pobreza que va desde los extremos donde prevalece el hambre, donde se da la  insatisfacción de los nutrientes básicos para el desarrollo de las funciones corporales, hasta la insatisfacción de integrar mínimos de bienestar en insumos para su hogar, que coadyuven a la salud y el bienestar necesario para su desarrollo personal y familiar, en eso que los economistas han denominado como pobreza patrimonial.

La suma de Ignorancia y pobreza que prevalece en nuestras sociedades, han permitido que las oligarquías financieras y sus políticos serviles, logren magistralmente la manipulación de las conductas en sus posturas políticas, sobre todo las que requieren su participación democrática en las decisiones,  de la mayoría de los ciudadanos, con sus estrategias mediáticas, mercantilistas, perversas y corruptas, orientadas a seguir explotando y obstaculizando el desarrollo humano integral de nuestros habitantes. Extienda la suma, al rol educativo mediocre, que subsume a la subcultura a las mayorías en el seno de sus familias, de las televisoras y la radio con sus barras de entretenimiento, telenovelas y espacios informativos que viven de los abusos de las notas rojas, envileciéndose con las víctimas de las tragedias y desviando la atención de los problemas de fondo, que generen el pensar y las libertades.
Son perversas, porque están conscientes de la pobreza e ignorancia que mantienen a contentillo, con sus voraces ambiciones en el mantenimiento del poder económico y político que usufructúan impunemente, alejados del amor fraternal y solidario en sus peroratas del “bien común”, donde no cabe el pleno goce de las libertades y la justicia para todos los habitantes, dados a compensarse en sus alabanzas cristianas mediante la “caridad” en sus amores limitados al prójimo; se suma además su persistencia en reproducir las lacras del clientelismo, el asistencialismo y el corporativismo en la política para los “jodidos” y sus empleados, derivada de la pobreza en que mantienen a las comunidades y sus familias.

Son corruptas porque transgreden letalmente los valores elementales de la honestidad, la integridad, congruencia, lejos de enaltecer la verdad, prefieren seguir inmersos en la mentira, el engaño y la manipulación para seguir siendo beneficiarios de los regímenes de gobierno, corruptos, atrapándolos en sus redes de intereses económicos, sin escrúpulos e impunemente, en esa corrupción en la que sólo ellos, han sido los beneficiarios en sus negocios y no han sido dañados, en tanto la mayoría de los que vivimos de nuestro trabajo,  pagamos su costo, que según los expertos equivaldría en los últimos treinta años, a un total de recursos económicos suficientes, para haber logrado acabar, no sólo con la lacerante  pobreza y disminuir la ignorancia, sino gozar de una infraestructura de servicios públicos como la vialidad, el transporte público, escuelas dignas, hospitales y unidades de salud suficientes que garantice el derecho a la educación y a la salud de todos los habitantes, proporcionando servicios de calidad a toda la población actual de nuestras sociedades.

Esta reflexión se generó cuando una compañera activista, adulta mayor, fundadora de la colonia Tierra y Libertad, me consultó por cursar con depresión y me preguntaba: ¿Estaría mal si voy con el “Bronco”, a la vecina le dio mil pesos  por su apoyo y le aseguraron dos mil pesos mensuales, por el apoyo político que le dieron?, expresando luego su coraje porque los dirigentes del PT (Partido del Trabajo), les echaban la culpa de sus malos resultados electorales y del riesgo que tenían si perdían el registro, empezar a pagar, impuestos, la luz , el agua, los apoyos para mejorar sus viviendas, medicinas, entregas de despensas y demás apoyos de los programas sociales que los regímenes han utilizado para usarlos electoralmente.
Replicaba en mi mente, la frase reiterada de su dirigente Beto Anaya, cuando a finales del siglo pasado, me enfrentaba a sus mediocres estrategias clientelares de la política revolucionaria, línea de masas, que pregonaban, me decía: “tu quieres resolverles todas sus necesidades, y luego con que los movemos”, replicaba yo “con su conciencia política, Beto”, contestaba Beto, eso está bien para el año tres mil, ahorita no. No tarde en renunciar a sus organizaciones políticas clientelares y a su revolucionario partido.
 
Por eso es imperativo acabar con la ignorancia y la pobreza que prevalece en nuestras sociedades, sólo cambiando los regímenes de gobierno lo lograremos, este es el cambio verdadero, así lo haremos en MORENA,  lo demás es cambiar personas en los gobiernos, como ha sucedido con los candidatos independientes que novedosamente han logrado imponer los empresarios y políticos pripanistas en algunas sociedades, como la de nuestro estado de Nuevo León, donde tenemos la certeza de que nada va a cambiar de fondo.

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