Hace 206 años iniciamos en México, la lucha por nuestra
independencia para acabar con el colonialismo español que nos gobernaba usando
las mas ignominiosas estrategias de dominación, explotación, el saqueo de
nuestras riquezas naturales y el trato deshumanizante y cruel de nuestros
habitantes, que incluía la esclavitud y las más feroces formas de servidumbre
de los habitantes, más en los indígenas y mestizos que llegaban a ser objeto de
torturas ante sus posturas de oposición a la injusticia de los mandones de las
castas, que se habían posesionado de las grandes extensiones de territorios,
construyendo sus feudos y reproduciendo las conductas monárquicas, cual señores
feudales.
Esta fue la primera revolución social que nos legó el México
independiente, generada por militares y sacerdotes católicos, encabezados por
don Miguel Hidalgo y José María Morelos y Pavón, la mayoría de la orden de los
jesuitas y dominicos, todos inmersos en la ideología liberal, influidos por los
políticos y filósofos de la Ilustración francesa, que décadas atrás habrían
logrado en su revolución el establecimiento del poder republicano sobre el
poder de las monarquías, además de su histórica legislación que garantizaba los
derechos fundamentales de los ciudadanos, sentando las bases de su
transformación social para la construcción del Estado Laico.
Obtenida la independencia, en 1821, después de millones de
muertos, con la constitución de un gobierno independiente imperial mexicano, de
carácter monárquico republicano, fue hasta 1824, cuando se inicia el sistema
republicano federal, dando inicio de la Primera República Federal de los
Estados Unidos Mexicanos amparada en la Constitución Federal de los Estados
Unidos Mexicanos de 1824, que abolió la figura monárquica y luego dio origen al
sistema presidencialista con Guadalupe Victoria, como primer presidente de
México, quedando pendiente los derechos de igualdad de los ciudadanos y el
laicismo del estado.
El conservadurismo prevaleciente, persistió con sus
aspiraciones monárquicas, busco apoyos de la monarquía francesa y de los más
fundamentalistas jerarcas de la iglesia católica, cuando, otro grupo de
liberales, encabezado por el presidente Benito Juárez, dirige la segunda gran
revolución de nuestra patria, luchando por la reformas a las leyes que seguían
obstaculizando no sólo nuestra independencia y soberanía, sino además nuestra
organización republicana y federal, oprimiendo y negando libertades y derechos
humanos y sociales fundamentales de nuestra población iniciando así la
construcción del estado laico en nuestra patria. Así se consolido en la nueva constitución
de 1857, donde se le dio fin a las aspiraciones monárquicas, prohibiendo los títulos
de nobleza y estableció las garantías individuales a los ciudadanos
mexicanos, la libertad de expresión, la libertad de asamblea, fortaleció los derechos
civiles, prohibió la enajenación de bienes de la iglesia católica y la
enseñanza laica, pero sobre todo se fortaleció nuestra independencia y soberanía,
ubicándola en el pueblo; así el imperialismo, sobre todo del francés, fue
eliminado de nuestra patria.
La incipiente soberanía e
independencia de nuestra patria continuó tratando de fortalecer la democracia y
legalidad del estado mexicano para mejorar el desarrollo económico, social y político,
lamentablemente siguió siendo acosada por el conservadurismo y los usos del
poder de políticos incongruentes, otrora liberales, sin escrúpulos, ambiciosos como Porfirio Díaz que llego a la
presidencia, conformando una dictadura sangrienta que gobernó del año 1884 a 1911,
coopto e integró a su gabinete hasta académicos
e intelectuales, formando el llamado grupo de los científicos, quienes así se
convirtieron en cómplices de la violencia, represión y asesinatos de millones
de campesinos, indígenas y obreros que luchaban contra la explotación e
injusticia de los emergentes empresarios del capital internacional, los hacendados
y terratenientes protegidos del régimen, así la mayoría de los derechos
alcanzados por la constitución de 1857 fueron letra muerta, creando las
condiciones para que emergiera el movimiento revolucionario en 1910.
Luego, nuevamente los políticos liberales,
donde destacaban los hermanos Ricardo y Jesús Flores Magon así como Francisco I
Madero, promovieron la lucha contra esa dictadura, enarbolando la no reelección
y así terminar con el régimen dictatorial que prevalecía, inician la tercera gran revolución mexicana
mediante un movimiento armado destacando las tropas encabezadas por Emiliano Zapata,
Pascual Orozco y Francisco Villa, además de las Maderistas y los Carrancistas,
proceso revolucionario que culmino con la proclamación de la Constitución Política
de los estados Unidos Mexicanos de 1917, que nos lego la primera constitución en
la historia con muchos de los derechos humanos y sociales de nuestros ciudadanos, además de
prohibir la reelección, estableció además las bases jurídicas del funcionamiento
de las instituciones y el ejercicio de los poderes ejecutivo, judicial y
legislativo. Las pugnas por el poder continuaron, con traiciones, asesinatos y
hasta golpes militares por la presidencia, por lo que algunos historiadores
ubican el fin de este periodo hasta 1940 con la presidencia del General Lázaro
Cárdenas.
Han pasado 14 presidentes
sexenales, 70 años de régimen priísta, 12 años con presidentes panistas, y
seguimos sin garantizar cabalmente no sólo nuestra soberanía e independencia,
hoy seriamente amenazada por los gobernantes y capitalistas dominantes del
neoliberalismo mundial y sus organismos financieros: el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, nos esclavizan con el endeudamiento y sus políticas
financieras; sus cómplices siguen siendo los integrantes del conservadurismo en
México, que se han enriquecido mediante la corrupción con los gobiernos
pripanistas, son el poder factico, esos que Andrés Manuel López Obrador ha
denominado como la “Mafia del Poder”. Hoy, al igual que en el porfiriato, usufructúan
la explotación de la tierra, sobre todo en las minas, casi la cuarta parte de nuestro
territorio nacional, nos están despojando de nuestro petróleo, nuestras fuentes
energéticas, dominan las comunicaciones, el transporte público, sus banqueros
siguen siendo los protegidos por el gobernante, usando las finanzas del estado
en sus rescates y el fomento de sus actividades bancarias, en tanto el estado
ayuda con migajas a la inmensa mayoría que vive en alguna condición de pobreza
y persiste en negar el cabal cumplimiento de los derechos sociales y humanos,
garantes en nuestra constitución, sobre todo a la salud, la educación, alimentación,
vivienda, y no se diga de la procuración de justicia donde los privilegiados de
la elites, siguen siendo gala de su influyentismo, gozando de impunidades y los
mas grave formando parte de las redes delincuenciales de los criminales que nos
tienen victimizados por la inseguridad, los miles de asesinados, desaparecidos
y secuestrados, incrementados desde que inicio este milenio.
México necesita otra gran revolución,
la cuarta transformación que le permita lograr cabalmente su soberanía e
independencia, donde logremos el pleno goce de las virtudes de la democracia y
el ejercicio pleno de los derechos humanos y sociales, en MORENA ya estamos
preparados.
VIVA MEXICO!
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