Inicia septiembre y Jaime Rodríguez Calderón (JRC), “El bronco”, gobernador de Nuevo León, está por cumplir un año de su mandato constitucional y sigue siendo caracterizado por sus conductas, conjuntamente con sus funcionarios, inmersas en ironías derivadas de sus ideologías y sistemas de creencias, formadas en sus desarrollo personal como integrantes de las castas priístas, panistas y empresariales. Así el gobierno de JRC, ha estado inmerso en situaciones en que aquello que ocurre, resulta contrario a lo supuesto o esperado de sus promesas políticas de campaña y sus posteriores posturas políticas como gobernante, construyendo situaciones paradójicas que también se las llama ironías de la vida.
Dice y reitera ser independiente, resulta que su autoridad ha sido dependiente de los grupos políticos y empresariales que le apoyaron y definieron su exitosa campaña electoral, una de las más históricas por los logros manipulatorios de los ciudadanos, hasta más bregados en la oposición política o los más cultivados en su desarrollo intelectual. Los empresarios, no sólo integraron, en los cargos públicos, a sus lacayos, sino hoy son los que definen las decisiones financieras, administrativas y políticas públicas trascendentes de su gobierno. Así impusieron el Plan Estatal de Desarrollo 2016-2020 y el Plan Estratégico 2015-2030 para Nuevo León, constituyéndose en marcos políticos- legales que dan el fundamento de las principales acciones de las políticas públicas que prevalecerán en su periodo de gobierno. Su propuesta de regirse por la meritocracia, sólo fue una perorata de su pésima plataforma electoral, prevaleciendo el compadrazgo, el amiguismo y el influyentismo en la integración de su gabinete.
Dice ser ciudadano con dos grandes paradojas, la mayoría de sus funcionarios de alto y medio nivel son o tienen un pasado de carrera partidista, prevaleciendo sus compañeros priistas y connotados panistas, el rostro ciudadano que integró en puestos de alto nivel, resulta que son mínimos y con antecedentes de haber sido hombres y mujeres, activistas de ONG apoyadas financieramente por empresarios, sólo usados para complementar la simulación de un gobierno ciudadano.
Han sido paradójicas sus políticas de combate a la corrupción, integrando tanto en la procuraduría de justicia como en su fiscalía anticorrupción personajes que no gozan del perfil de probidad cabal y han estado involucrados en procesos judiciales penales. Esta semana ante la persistente denuncia pública, de activistas de ONGs, de cesar a Roberto Russildi, Secretario de Desarrollo Sustentable de su gobierno, su socio de negocios inmobiliarios y depredador del medio ambiente, y las acusaciones de haber integrado en la Secretaria de Infraestructura, creada ex profeso, para el control de las decisiones en la asignación de contratos para la obra pública de este gobierno a un médico, Francisco Medellín, que ha sido denunciado ante la Auditoría Superior de la Federación, renunciando como oficial mayor del gobierno de la SEP, en el gobierno foxista, defraudando millones y enriqueciéndose ilícitamente, ante esta denuncia se burla y censura, calificándolos de "huevones", previo a su campaña algunos de ellos gozaban de su respeto y admiración por sus luchas ciudadanas. Seguimos esperando "que meta a la cárcel" a los funcionarios corruptos de su administración y de las anteriores. Tal parece que seguirán prevaleciendo las redes de corrupción, con sustitución de algunos personajes a contentillo de JRC , que desde hace décadas han diezmado las finanzas públicas de nuestro estado.
Ofreció un gobierno austero y resulta que siguen con los altos salarios sus funcionarios del gabinete, quienes emulando al autoritarismo del bronco, sólo han logrado ahorros despidiendo injustificadamente a personal, bajando salarios y prestaciones a los burócratas estatales, a quienes además ni siquiera se les valora para su asenso meritorio, menos en la planeación y el desarrollo de planes y programas de las políticas públicas de su gobierno, como lo han manifestado, los maestros en su movimiento contra la reforma educativa que están imponiendo, junto con EPN, de Nuevo León.
Denunció y rechazó enfáticamente las políticas administrativas dirigidas al endeudamiento de las finanzas del estado, y está como sus gobernantes antecesores, que juzgo como irresponsables, tratando de solicitar mas deuda pública, so pretexto de uso necesario para la obra pública. Debería adelgazar su aparato administrativo, acabar con las duplicidades de funciones en sus unidades, acabar con los sueldos estratosféricos de funcionarios de alto y mediano nivel, además de sus asesores, desmantelar las capacidad de seguir maniobrando en las asignaciones de contratos y adquisiciones del estado de los funcionarios responsables, acabar además con las asociaciones público-privadas (APP) que se usan para la usurera y opaca extracción de riqueza de lo público a lo privado, desmitificando la creencia que aumentan inversión, empleo, crecimiento, el ingreso familiar y dan más y mejores servicios públicos y bienestar.
Sus torpezas al discursar, sobre todo en problemas de seguridad, educación, salud, pobreza, siguen generando reacciones irrisorias por sus proyecciones de ignorancia, misoginia, discriminación y autoritarismo, ayer fue absurda su calificación del rol de madre en relación a las mujeres que se atienden por cesáreas que a las que tienen su parto natural, hace semanas decía a que a "las mujeres gorditas no los querían", atendiendo el problema de los embarazos no deseados, como problema de salud pública.
Sin duda Jaime Rodríguez Calderón, como gobernador, no es la persona que dignamente represente ni proyecte a nuestro estado de Nuevo León, ni en México, ni en el mundo, de conformidad no sólo con el nivel de desarrollo humano que tenemos, sino con el que aspiramos y que observamos en las sociedades de mas altos niveles de desarrollo, donde seguramente somos ironizados por estos personajes que nos gobiernan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario