En medio de la violencia que estamos padeciendo los mexicanos y mexicanas con los hechos trágicos de los feminicidios y la abominable prevalencia de la violencia contra las mujeres, que sigue ensañándose hasta con las mujeres ejemplares como lo sucedido a nuestra olimpista y senadora de nuestro país, Ana Guevara, se impone exigirnos la paz y fomentar las relaciones amorosas, fraternales y solidarias, en todos los ambientes donde interactuamos, desde la familia, la escuela, nuestro centros de trabajo hasta en la comunidad y en las mismas calles donde transitamos, sólo así estaremos haciendo honor y siendo congruentes con el espíritu navideño, sus valores y principios que enaltecen el significado cristiano de estas fechas.
Se trata de vivenciar un año mas, el renacimiento y con ello la esperanza para que los principales valores cristianos prevalezcan en el seno de nuestras sociedades, para luchar contra la despiadada deshumanización que amenaza desintegrarnos socialmente, como ya lo refería en este blog, en un articulo sobre este tema. Son valores que deben estar integradas en las posadas, en la cena navideña y demás convivencias festivas de esta época, donde no deben existir las envidias, los enojos, el miedo, las angustias, menos los insultos, las ofensas, sino el sentimiento gozoso del amor con sus afluentes de bondad y generosidad, ejerciendo la virtud del perdón, generando la felicidad del ser, del estar con nuestras familias, compañeros, amigas, amigos, extendiendo la acción solidaria y compasiva, hacia quienes en estos momentos, transitan por tragedias que les impiden esa paz y felicidad que todos quisiéramos que prevaleciera en esta época del año.
2016 ha sido un año mas de crisis económica, política y social que nos ha dañado en nuestro bienestar, donde gobernantes y funcionarios, han sido los principales transgresores de esos valores cristianos que sólo han usado en sus peroratas y rituales publicitarios, haciendo que se incremente no sólo la violencia que padecemos, con los miles de muertos y desaparecidos, sino la corrupción con sus lacras de abuso de poder, robos de los recursos públicos, las mentiras, sus engaños, impidiendo que nuestras familias logren la anhelada paz con prosperidad, sin hambre, pobreza, con vida digna, donde solucionemos los problemas de salud, educación, vivienda y empleo bien remunerado.
No permitamos que estos ejemplares de políticos deshonestos e incongruentes amarguen nuestras convivencias navideñas, menos que logren obstaculizar nuestros sentimientos amorosos para que desborden con el don de la gratitud, de la gracia y el perdón, y así estar en paz consigo mismo y con los demás, enalteciendo la esperanza de un futuro promisorio para nuestras vidas y nuestra sociedad.
Feliz Navidad, vivamos en paz y con amor, promoviendo la felicidad, la solidaridad y el bienestar con los demás.
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