miércoles, 7 de febrero de 2018

PRAGMATISMOS POLITICOS Y DESVIACIONES PERVERSAS

Militantes y simpatizantes de nuestro partido, algunos de ellos líderes y activistas con férreas convicciones en la izquierda, sobre todo en la lucha socialista, que han soportado las más feroces estrategias represivas y coercitivas de los regímenes pripanistas, me han expresado su repudio a las decisiones pragmáticas que nuestros dirigentes han estado haciendo con personajes conservadores, del priismo, panismo, del Partido Encuentro Social y del PANAL, integrándolos en una alianza, como precandidatos y en las propuestas del gabinete que AMLO, ha hecho para el gobierno de MORENA que encabezaría. Sin duda tienen razón, no se puede defender lo indefendible, algunos de ellos, no cumplen cabalmente con el perfil, que exige nuestro estatuto y los principios fundamentales, que enarbolamos en MORENA y que constituyen nuestra esencia del ser político, que pretendemos revolucionar en nuestra sociedad, lo cual nos muestra como incongruentes, transgresores de nuestro máximo valor que es la honestidad, sí, esa que nos ha llevado a expresar que nosotros tenemos tres principios fundamentales, no mentir, no robar y no engañar al pueblo.
Sin embargo en la estrategia electoral existe un principio pragmático fundamental que consiste en la necesidad de sumar voluntades políticas de las mayorías de ciudadanos y ciudadanas, con o sin partidos, en apoyo a nuestro candidato AMLO y a nuestro partido MORENA para asegurar la victoria holgada, en las próximas elecciones del 1 de julio del 2018, que no deje duda y donde no logren implementar sus estrategias de fraude y compra de votos, que en el pasado nos ha llevado al fracaso en nuestros intentos por lograr el poder político, económico y social que nos lleve a los máximos niveles de desarrollo de nuestra patria, con nuestro programa político y sometidos al ejercicio de los principios fundamentales que enarbolamos en nuestro partido-movimiento.

Hay y habrá los militantes que han promovido el pragmatismo hasta los extremos de pervertirlo, promoviendo personajes con claros antecedentes de corrupción, inoculando los gérmenes del influyentismo,  el clientelismo político y sus visiones patrimonialistas y del dominio del poder económico para hacer política, mandando al carajo la ética política, y los valores básicos inmersos en la democracia y nuestras libertades, con el riesgo de infestarnos letalmente en el futuro como organización política, lo cual naturalmente tenemos que seguir rechazando y blindarnos, para seguir fortaleciendo a nuestro partido-movimiento en todo el país y mas en nuestro estado de Nuevo León, como garante de que se cumplan en las tareas de todos y todas los funcionarios públicos electos, nuestro Proyecto Alternativo de Nación, inmersos en nuestro programa político y nuestros principios fundamentales que aspiran a que logremos la cuarta transformación revolucionaria de la historia de México.
Recordemos que MORENA, si bien iniciamos como organización en asociación civil en el 2011, tiene apenas 4 años como partido político nacional, su construcción y organización no ha estado exenta de los comportamientos de la subcultura política, que por casi un siglo han prevalecido denigrando el quehacer político y degradando a los partidos. Hemos padecido dirigentes nacionales y estatales, precarizadas ideológicamente, algunos dogmaticos y fundamentalistas, indisciplinados, desorganizados, sin planes, estrategias ni acciones unitarias, timoratos, imprudentes, inmersos en sus conflictos relacionales pueriles, a grupos facciosos, a los poderes económicos, elitistas, desinformados, subsumidos en el pragmatismo perverso, privilegiando sus intereses voraces, en los cargos y posiciones electorales, que para sí o para otros habían estado anhelando,  muy lejos de ese principio de que en MORENA no estamos por los cargos, mas lejos de sus responsabilidades dirigentes, para haber dirigido en esta etapa de nuestras tareas partidistas con eficiencia y eficacia, dejando los graves vacios que han dado pie a que nuestros dirigentes nacionales asuman esas tareas.
A pesar de todo esto, avanzamos, MORENA y AMLO están en el primer lugar de las preferencias electorales, el problema central en este momento no está en nuestras diferencias internas, menos en integrarnos a los conflictos por las candidaturas, ni sumarnos a los usos que los corifeos de la mafia del poder le dan a esta estrategia pragmática, descalificando y denostando contra nuestro movimiento y contra AMLO, sino en comprender como podemos lograr que nuestro partido aliado con la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas, logre la victoria para ser la clase dirigente y ejercitar desde ahí todo el poder político, económico y social, que necesitamos para hacer realidad el derrumbe del régimen de oprobio y la anhelada transformación social por la que venimos luchando desde el siglo pasado en México.      

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