lunes, 26 de marzo de 2018

SOBRE LOS CONSEJEROS Y CONSEJERAS DE MORENA NUEVO LEÓN

En el marco del proceso electoral actual, cuyas tareas en MORENA, iniciamos desde el mes de marzo del año pasado, a la fecha, se han definido con claridad dos grandes grupos de consejeros y consejeras, uno integrado por militantes que hemos privilegiado la defensa de nuestra institucionalidad, intentando que las decisiones políticas, vengan de donde vengan, ya sea órganos de dirección nacional o estatal, se subordinen al respeto incondicional de nuestras normas, principios y valores enmarcadas en el estatuto, los principios, el programa político, a las convocatorias de las asambleas y los reglamentos correspondientes, anteponiendo una postura de servir a nuestro partido y no de servirse de él, sin la postura incongruente de andar buscando, satisfacer los intereses personales, esos, del querer ser o imponer candidatos, de obtener un cargo o algún beneficio o privilegio, que compense los enfermizos narcisismos que infestan a la mayoría de los políticos.

El otro grupo, es el que prevalece con sus conductas y posturas políticas, que han ido, desde negarse a cumplir con sus responsabilidades, asistiendo como consejero a las asambleas, promoviendo incluso el ausentismo de consejeros y consejeras, prestándose a reventar las reuniones, llegando a extremos de cooptación, amenazas y violencia de compañeros, como estrategia obstaculizante, para no manifestarse contra toda transgresión a nuestros principios. La mayoría, de  ellos, subordinando sus posturas a sus intereses personales y/o facciosos de su grupo, intentando lograr candidaturas en sus territorios, sobre todo las mezquinas plurinominales, como las regidurías en las elecciones municipales, o peor aun esperando que sus protestas sean consoladas con la ambiciosa nominación de sus personas o sus interesados o hasta aquellos, que haciendo gala de su “influyentismo”, aseguraron lograr candidaturas en lo federal, estatal o municipal.
En el momento actual, no les importa cómo, aun se subordinen a personajes externos de la política sin perfil, sin virtudes, con un negro historial, que los manipulan, deslumbrándolos con los apoyos materiales y económicos, para satisfacer sus conflictos, en sus anhelos de lograr empoderarse, ganar unos pesos, prebendas, no importa cómo, engañándolos, con sus peroratas de su gran posicionamiento, sus miles de gentes y la segura victoria, que no alcanzaran. Son los que llegan a ser nuestros detractores, cuando sus intereses personales no se satisfacen, como está sucediendo con algunos personajes que no lograron sus aspiraciones de ser designados como candidatos o candidatas.  

Lo más triste e indignante, es que en este grupo, están los consejeros y consejeras, que simple y llanamente fueron electas en sus asambleas, por el influyentismo de compañeros con habilidades de liderazgo, inmersos en el faccionismo, el clientelismo y el patrimonialismo político, son los compañeros que no dejan de usar su lenguaje “tengo”, o “tenemos” tantos consejeros, de usarlos como monedas de cambio, no les informan, ni les dejan asistir libremente a las sesiones del consejo, cuando los necesitan para hacer quórum y así lograr sus inmorales victorias, como fue en julio del año pasado, en la elección de responsables territoriales o en las asambleas electivas, hasta recurren al acarreo y la compra de su voto, son los que no saben ni a que van, son los de mayor pobreza económica, ideológica y política.    
En este grupo, están algunos que se asumen como grandes intelectuales y/o políticos, históricos, muy bregados en las luchas progresistas y hasta revolucionarias, que no asisten porque no estamos, además de su nivel político-ideológico, con sus interpretaciones y percepciones de los problemas o realidades coyunturales que estamos abordando y que en las reuniones del Consejo Estatal, han dependido de cada uno de los tiempos, conforme a las convocatorias, luego cuando llegan a asistir, emerge su personalidad antidemocrática, donde las mayorías acuerdan y las minorías deben mandatarse, no asumen entonces los acuerdos del consejo.

Por último, en este grupo, no faltan los que están inmersos en conflictos interpersonales, los que se enojaron tanto, en alguna de las circunstancias coyunturales políticas, donde la ira puede desbordar, que permanecen anclados a ese conflicto pasado, es tanto el prejuicio, que en los temas de debate, sin venir a lugar, no solo llegan a descalificar, a desmotivar, sino integran el objeto de su agresión, con esa ira desbordada en sus posturas, que inhibe toda racionalidad, que sólo contribuye a obstaculizar el debate democrático fundamental en toda reunión de protagonistas.

MORENA necesita consejeros y consejeras, hombres y mujeres libres, demócratas, libertarios, pluralistas, con virtudes inmersas en la ética política. NO MENTIR, NO ROBAR  NI ENGAÑAR AL PUEBLO, no es una simple consigna, es toda una construcción de nuestros principios, normas, valores y de nuestro programa político.      
El Consejo Estatal debe funcionar como máximo órgano de conducción en el estado,  donde debe prevalecer la información y el debate, para analizar y en su caso consensar las posturas políticas que definan el futuro de nuestro partido en Nuevo León.

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