viernes, 30 de marzo de 2018

IGLESIA, PEDERASTIA COMO DESVIACION AFECTIVA


Semana santa, tiempos de reflexión sobre el legado de valores  y principios que nos ha  dejado el cristianismo en nuestra vida terrenal y en las expectativas de nuestra existencia, después de la muerte, en el ser para sí mismo y en el ser para los demás. Los prevalecientes rituales de oración, desde el domingo de pascua,  la visita a los siete templos, el lavatorio de pies, por los sacerdotes en las iglesias, el recordatorio de la crucifixión, luego el sábado de gloria, que recuerda el paso de Jesucristo entre la muerte y la resurrección, con sus quemas del judas, nos invaden con sus llamados a reintegrar los principales valores cristianos en nuestras vidas: la fe, la esperanza, la caridad y la justicia, con sus nutrientes del amor, la humildad, la bondad, la obediencia, solidaridad, unión, sinceridad, comprensión, fidelidad, comunicación, confianza, respeto y responsabilidad.

En eso estaba, hoy viernes santo, cuando me conmociona, un titular de prensa, redactado  en el periódico la Jornada “La crisis de la familia propicia casos de pederastia clerical, sostiene Aguiar Retes”( http://www.jornada.unam.mx/2018/03/30/politica/006n1pol1, el texto iniciaba así:  “La crisis de la familia es uno de los factores importantes por los que se ha presentado la pederastia clerical, sostuvo el arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes. Actualmente, los candidatos al sacerdocio vienen muy pocos ya de papás, son hijos de madres solteras, padres separados, “hasta de orfanatos donde crecieron… y está bien pero los condicionamientos de la madurez humana afectiva están muy débiles, están a veces muy frágiles“. La pederastia, dijo, es una desviación afectiva.” Al preguntársele – ¿Han detectado crisis de familia en los casos conocidos?, respondió: –No en todos los casos, pero sí, ya empieza, porque la pederastia, qué es, sino una desviación afectiva. Si hay madurez eso no pasa. Si hay heridas afectivas, por ejemplo, el gran daño que causa la violencia intrafamiliar es terrible, te deja heridas muy hondas que si no has tenido acompañamiento para sanarlas y superarlas te desvía con facilidad a pensar que simplemente la búsqueda del placer va a ser la satisfacción y la felicidad.” Luego aseguraba, “La falta de educación sexual, dijo, es el segundo factor que incide en este flagelo. Hoy no hay enseñanza sexual en la casa y a veces en la escuela es deficiente, entonces ¿dónde encuentro esa información?, en las redes. Y ¿qué encuentro con facilidad?, pornografía.”

Porque esta superficialidad o simpleza de los razonamientos?, dé quien es el máximo jerarca de la iglesia católica en México, al hablar de su grave problema que padecen, en sus instituciones, como es la pederastia clerical no sólo en nuestro país, sino en el mundo, más cuando el acceso al conocimiento científico, sobre este y muchos temas, están al libre acceso en las redes del internet, habría que señalarle, que no sólo hay enseñanza sexual seria en la red, además de lo fácil que es encontrar pornografía, sino además los avances de las neurociencias, ciencias de la conducta y especialmente de la sexología, sobre este y muchos temas, sin los prejuicios religiosos.

La pederastia no es ninguna desviación afectiva, esta correlacionada con la denominada pedofilia o paidofilia, donde ambas son denominadas como alteraciones en la inclinación sexual, donde el objeto del deseo o lo que provoca la excitación sexual son los niños, en la pederastia las fantasías del pedófilo han sido llevadas a la realidad, desarrollando le abuso sexual de menores, que además es un delito, se trata de una práctica delictiva penada por ley que puede provocar repercusiones graves en el desarrollo psicosocial y sexual del menor atacado, además de alteraciones en su salud mental, como el estrés postraumático, con sus síntomas depresivos y/o de ansiedad.

La pederastia y la pedofilia, son en todo caso, alteraciones generadas en el desarrollo psicosexual, ampliamente documentadas en los conocimientos que desde principios del siglo pasado, desde Freud a la fecha y la Sexología como ciencia, ha generado para desarrollar acciones preventivas, con detección oportuna, determinando factores de riesgo en todos los niveles, biológicos, psicológicos y sociales, así como procesos de intervención temprana, cuando emergen los comportamientos sexuales inadecuados, o en su caso se han desarrollado las conductas criminales del abuso sexual. Es un reduccionismo ubicar como uno de los principales factores de riesgo a las crisis de la familia y no ubicar a las instituciones formadoras como las escuelas, las propias iglesias y los medios de comunicación, que no han logrado armonizar sus objetivos y contenidos con las necesidades del desarrollo humano y social que requerimos para enaltecer los valores y principios, inmersos en el cristianismo, hoy precarizados por los intereses del neoliberalismo, inmersos en la sociedad mercantilizada y deshumanizante que vivimos globalmente.

Luego, la explicación simplista, sobre este flagelo, está fuera de lugar, según su expresión, de que “las heridas afectivas provocadas por la violencia familiar, superarlas te desvía con facilidad a pensar que simplemente la búsqueda del placer va a ser la satisfacción y la felicidad “. Si esto fuera cierto, entonces la mayoría de los mexicanos y mexicanas, seriamos potencialmente pederastas, ya que más del 70% de las familias padecen de la violencia intrafamiliar.

Por favor superemos el obscurantismo medieval, donde el conocimiento de las ciencias era un grave pecado, que llevaba a sus autores a ser sacrificados por la santa inquisición, la modernidad en la iglesia implica reconocer el desarrollo de las ciencias.


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