Desde hace más de diez años la OMS, comenzó a considerar los desórdenes,
que generaban en la salud, los abusos en el uso de dispositivos electrónicos, sobre
todo de los juegos digitales y ha llegado a reconocer oficialmente este como uno
de los trastornos en el Manual Diagnostico ICD-11, que está próximo a
utilizarse mundialmente. El manual establece que “Este trastorno se caracteriza
por un patrón de comportamiento de juego "continuo o recurrente" y lo
vincula a tres condiciones negativas producidas por el abuso de las juegos
digitales: En primer lugar, está la pérdida de control de la conducta en cuanto
al inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en que se
juego. En segundo lugar, también produce un aumento de la prioridad que se
otorga a los juegos frente a otros intereses vitales y actividades diarias, finalmente. El tercer aspecto dice la relación con la escalada o mantención de esta
conducta, pese a la ocurrencia de las otras dos consecuencias negativas.”
Sin embargo, esta adicción a los juegos digitales, es sólo
uno de los problemas del comportamiento, con sus consecuencias sobre la salud
de las personas, en los usos del internet y las redes sociales, que en los
últimos meses ha estado alertando a la comunidad, por el incremento de casos, donde se convierten
en factores determinantes de problemas emocionales, de conducta, procesos de
aprendizaje de niños, adolescentes y hasta jóvenes, asociados a la prevaleciente
depresión, ansiedad y violencia que hoy amenaza nuestro bienestar, la paz y la
felicidad que anhelamos.
Un estudio de 2017 de la Royal Society of Public Health de
Reino Unido, con 1.500 jóvenes de 11 a 25 años, concluyó que el abuso de las redes
sociales, con mayor probabilidad inspiraban sentimientos de ansiedad y de ser
inadecuado. Las redes sociales ahora están "intrínsecamente vinculadas a
la salud mental". Los problemas son variados y complejos: van desde la
adicción a las plataformas de juego y a las redes sociales hasta el ciberacoso,
pasando por la incidencia de sentimientos de ser inadecuado, causados por el
bombardeo constante de imágenes de las vidas de otras personas.
Quien sufre adicción a las redes sociales, consulta de forma
compulsiva cualquier detalle, dejando en un segundo plano la realidad directa
del día a día, presenta alteración de los hábitos de sueño, descanso, alimentación
y excreción. La tendencia de vivir pegado a una pantalla, altera el ritmo de
vida en factores tan esenciales, por ejemplo, comer apresurado o la costumbre
de consultar el teléfono por la noche, que retrasa la hora del sueño o interrumpe
el descanso nocturno. La persona tiene distorsión de la realidad, se comporta
como si el teléfono móvil, fuese una prolongación de su ser tan importante como
una parte de su propio organismo, le produce una pérdida de intimidad, llega a
la conclusión de que un momento es más feliz, si lo comparte en la red con los
demás, pierde la privacidad. Como consecuencia de esta pérdida de la esfera de
la intimidad, quienes sufren adicción a Internet pierden el control de aquella
información que comparten de sí mismos, es decir, no se dan cuenta de la cantidad
de datos sobre su propia vida que facilitan a los demás, con personas que no
conoce, que falsamente etiqueta como amigos, Las redes sociales están marcadas
por la interacción constante inmersas en emociones, frivolidades, trivialidades
y mentiras, con sus pretensiones manipuladoras y de engaños, su exceso de actividad
queda en el plano de la superficialidad, que deja tras de sí, una inmensa
sensación de vacío ante la alta demanda emocional de reconocimiento ajeno.
Otro Estudio realizado
por las universidades de Stanford y de Nueva York denominado “The Walfare effects of Social Media”, realizado el año pasado en el que participaron
2844, usuarios de Facebook, fue
concluyente, en demostrar que cerrar esa
cuenta mejora el bienestar de las personas, encontró que la reducción del
tiempo de uso de las redes, incremento el tiempo para socializar con la familia, los amigos y aminoro el
conocimiento de noticias sobre las polarizaciones políticas. Las mejoras
subjetivas sobre el bienestar, en particular sobre la felicidad, la
satisfacción con la vida, disminuyendo depresión y ansiedades en las personas.
Los abusos de las redes de internet se seguirán incrementando
si no disminuimos el tiempo de uso, sólo
hoy el 67% dela población mundial son usuarios
de móviles en todo el mundo con un promedio de usos de redes de más del 42%,
cifras que sin duda seguirán aumentando
Evitar el
uso abusivo de las redes sociales, con sus adicciones y toxicidades que generan
daño no sólo en la salud mental, sino en el desarrollo humano y social de
nuestros países es uno de los grandes problemas que tenemos que solucionar.
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