La grave crisis económica que padecemos desde el año pasado y que se suma a la prevaleciente crisis de los valores humanos, que filósofos como el español Fernando Savater nos denuncian constantemente como el fondo sobre el que subyace la mayoría de los problemas de la humanidad, hace emerger la urgente solidaridad con nuestro pueblo donde una vez más las victimas son las clases medias bajas, los pobres y los marginados que lacerantemente tratan de sobrevivir satisfaciendo sus necesidades básicas de alimentación y protección contra la intemperie.
Si tu tienes la fortuna de no tener problemas para lograr alimentarte, tienes una vivienda donde vivir, si te enfermas y no tienes problemas para asistirte con un médico y adquirir las medicinas, estas logrando estudiar en una escuela pública o privada y tienes capacidad de adquirir dinero para acudir a divertirte, eres privilegiado en un mundo donde sólo existe un 15% de personas que pueden satisfacer cabalmente lo que Abraham Maslow denomino como necesidades básicas para el desarrollo humano en su teoría de la personalidad.
El desarrollo integral de los hombres, las mujeres y los pueblos es fruto no sólo de la justicia sino de la solidaridad, justicia y solidaridad son valores complementarios. La solidaridad no es simplemente un sentimiento de compasión para los males y sufrimientos de los demás, es más bien la definición de comprometerse en el bien común de todos y de cada uno, que parte del convencimiento de que todos debemos de ser responsables de todos.
La solidaridad implica luchar por las diferencias desde donde se mide a las personas: diferencias ideológicas, raciales, económicas, religiosas y políticas, es un compromiso serio y valiente a favor de la superación de la discriminación, la explotación y la opresión de personas o grupos. Los grandes problemas sociales que hoy tienen dimensiones universales como las guerras, el hambre, el terrorismo, los desastres ecológicos y la pobreza son producto de la ausencia ética del valor de la solidaridad.
Superar una cultura consumista es superar una cultura no solidaria que padecemos, la cual crece por el afán de tener, la ética de la solidaridad se centra en el ser, implica respetar la calidad y la jerarquía de los bienes subordinados a la maduración y el enriquecimiento del ser, practicando la austeridad, vivir y practicar el compartir, dejar atrás el posesionamiento del tener y consumir para dar paso al ser y al servir.
Celebrar la navidad, mas que caer en los juegos del mercantilismo consumista deshumanizante debe llevar a promover y fomentar la solidaridad que permita renacer la esperanza en lograr la solución de los problemas que nos agobian como la inflación, la carestía, la inseguridad y la creciente pobreza por los malos gobiernos que siguen mintiendo y tratan de manipular como si el pueblo no tuviera capacidad de sentir y entender lo que esta pasando; la envidia, la codicia y los afanes de enriquecimiento material sin importar los valores siguen siendo la gran fuente de a la infelicidad de quienes dicen soberbiamente tenerlo todo, la característica solidaria de los mexicanos tenemos que fomentarla para lograr superar esta crisis económica con gobernantes inmorales y empresarios deshumanizados.
Si tu tienes la fortuna de no tener problemas para lograr alimentarte, tienes una vivienda donde vivir, si te enfermas y no tienes problemas para asistirte con un médico y adquirir las medicinas, estas logrando estudiar en una escuela pública o privada y tienes capacidad de adquirir dinero para acudir a divertirte, eres privilegiado en un mundo donde sólo existe un 15% de personas que pueden satisfacer cabalmente lo que Abraham Maslow denomino como necesidades básicas para el desarrollo humano en su teoría de la personalidad.
El desarrollo integral de los hombres, las mujeres y los pueblos es fruto no sólo de la justicia sino de la solidaridad, justicia y solidaridad son valores complementarios. La solidaridad no es simplemente un sentimiento de compasión para los males y sufrimientos de los demás, es más bien la definición de comprometerse en el bien común de todos y de cada uno, que parte del convencimiento de que todos debemos de ser responsables de todos.
La solidaridad implica luchar por las diferencias desde donde se mide a las personas: diferencias ideológicas, raciales, económicas, religiosas y políticas, es un compromiso serio y valiente a favor de la superación de la discriminación, la explotación y la opresión de personas o grupos. Los grandes problemas sociales que hoy tienen dimensiones universales como las guerras, el hambre, el terrorismo, los desastres ecológicos y la pobreza son producto de la ausencia ética del valor de la solidaridad.
Superar una cultura consumista es superar una cultura no solidaria que padecemos, la cual crece por el afán de tener, la ética de la solidaridad se centra en el ser, implica respetar la calidad y la jerarquía de los bienes subordinados a la maduración y el enriquecimiento del ser, practicando la austeridad, vivir y practicar el compartir, dejar atrás el posesionamiento del tener y consumir para dar paso al ser y al servir.
Celebrar la navidad, mas que caer en los juegos del mercantilismo consumista deshumanizante debe llevar a promover y fomentar la solidaridad que permita renacer la esperanza en lograr la solución de los problemas que nos agobian como la inflación, la carestía, la inseguridad y la creciente pobreza por los malos gobiernos que siguen mintiendo y tratan de manipular como si el pueblo no tuviera capacidad de sentir y entender lo que esta pasando; la envidia, la codicia y los afanes de enriquecimiento material sin importar los valores siguen siendo la gran fuente de a la infelicidad de quienes dicen soberbiamente tenerlo todo, la característica solidaria de los mexicanos tenemos que fomentarla para lograr superar esta crisis económica con gobernantes inmorales y empresarios deshumanizados.
Diciembre es uno de los meses del año que es considerado de los más calidos afectivamente, lleno de emociones, deseos y esperanzas donde todos buscamos estar felices con la correspondiente alegría, paz y tranquilidad con todos, desde los familiares hasta los amigos y compañeros del trabajo y la escuela. La felicidad como sentimiento de bienestar no es posible si no existe la solidaridad.
En nuestra cultura judeocristiana es deber promover y fomentar los sentimientos fraternales, solidarios y amorosos en el marco de las celebraciones festivas religiosas que se presentan en este mes por lo que la paz y la felicidad nos envuelven con plenitud y gozo fortaleciendo nuestro estado de bienestar y salud; siendo este último el deseo más reiterado que se transmite durante las celebraciones de la navidad y año nuevo; es con toda razón puesto que constituyen los elementos vitales de la existencia humana y desde nuestra perspectiva indispensables en la salud mental de las personas.
Integrar la solidaridad como valor requiere de un proceso que desarrolla actitudes solidarias y se abre a un espacio amplio de conocimiento y acción que comprende:
1.El conocimiento de los diversos tipos de necesidades humanas y sociales. Conocer las necesidades personales (Físicas, psíquicas, emocionales y sociales) y sus aspiraciones más relevantes.
2. Establecer el perfil de persona solidaria en la forma de ser y de proceder sobre la base de las actitudes y de los principios de ayuda mutua, con conocimiento y valoración de si mismo y del otro.
3. Saber escuchar y atender a los demás estando conciente de las barreras y distorsiones en la escucha.
4. Detectar la jerarquía de necesidades, programar acciones, definir pequeños objetivos realistas fomentando la creatividad en la solución de problemas propios y ajenos.
5. Ser concientes de la desigualdad social, tomando posturas frente a esta desigualdad con acciones concretas, lo cual lleva a conocer las formas de marginación social, sus causas, tipos y aceptación en condiciones de igualdad a estos segmentos de población.
6. Participar en programas voluntarios de las distintas áreas de necesidad, fomentando la colaboración con ancianos, niños abandonados, enfermos mentales, discapacitados, alcohólicos, drogadictos, pensionados, asociaciones de jóvenes, asociaciones y organizaciones sociales de ayuda social.
7. Ayudar, ofrecer apoyo, unir esfuerzos, responsabilizarse, hacer causa común en el apoyo y defensa de los derechos humanos, civiles y políticos de los ciudadanos.
Así que en estas celebraciones de la navidad, más allá de los regalos y los ejercicios rituales que profesamos es imprescindible ser solidarios mediante acciones que con urgencia se necesitan en nuestra sociedad que se debate en una de las más graves crisis económica, social y política de los últimos lustros obstaculizando el anhelado desarrollo humano al que aspiramos.
En nuestra cultura judeocristiana es deber promover y fomentar los sentimientos fraternales, solidarios y amorosos en el marco de las celebraciones festivas religiosas que se presentan en este mes por lo que la paz y la felicidad nos envuelven con plenitud y gozo fortaleciendo nuestro estado de bienestar y salud; siendo este último el deseo más reiterado que se transmite durante las celebraciones de la navidad y año nuevo; es con toda razón puesto que constituyen los elementos vitales de la existencia humana y desde nuestra perspectiva indispensables en la salud mental de las personas.
Integrar la solidaridad como valor requiere de un proceso que desarrolla actitudes solidarias y se abre a un espacio amplio de conocimiento y acción que comprende:
1.El conocimiento de los diversos tipos de necesidades humanas y sociales. Conocer las necesidades personales (Físicas, psíquicas, emocionales y sociales) y sus aspiraciones más relevantes.
2. Establecer el perfil de persona solidaria en la forma de ser y de proceder sobre la base de las actitudes y de los principios de ayuda mutua, con conocimiento y valoración de si mismo y del otro.
3. Saber escuchar y atender a los demás estando conciente de las barreras y distorsiones en la escucha.
4. Detectar la jerarquía de necesidades, programar acciones, definir pequeños objetivos realistas fomentando la creatividad en la solución de problemas propios y ajenos.
5. Ser concientes de la desigualdad social, tomando posturas frente a esta desigualdad con acciones concretas, lo cual lleva a conocer las formas de marginación social, sus causas, tipos y aceptación en condiciones de igualdad a estos segmentos de población.
6. Participar en programas voluntarios de las distintas áreas de necesidad, fomentando la colaboración con ancianos, niños abandonados, enfermos mentales, discapacitados, alcohólicos, drogadictos, pensionados, asociaciones de jóvenes, asociaciones y organizaciones sociales de ayuda social.
7. Ayudar, ofrecer apoyo, unir esfuerzos, responsabilizarse, hacer causa común en el apoyo y defensa de los derechos humanos, civiles y políticos de los ciudadanos.
Así que en estas celebraciones de la navidad, más allá de los regalos y los ejercicios rituales que profesamos es imprescindible ser solidarios mediante acciones que con urgencia se necesitan en nuestra sociedad que se debate en una de las más graves crisis económica, social y política de los últimos lustros obstaculizando el anhelado desarrollo humano al que aspiramos.
Que en esta navidad 2009 prevalezca el amor y la felicidad con todas las personas de tu vida donde la solidaridad constituya el eje central de tus interacciones.
Feliz Navidad y Año Nuevo, esperemos se consolide en nuestros corazones, los ideales de respeto, tolerancia, compasión, humilidad y se fortalezca la unión y consideración hacia los demás, gracias por compartir con nosotros parte de su vida, de su experiencia con todo mi respeto y admiración. Que Dios derrame sus bendiciones a todos los seres humanos.
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