miércoles, 24 de febrero de 2010

LA MALA EDUCACION EN MEXICO

Uno de los pilares del desarrollo humano ha sido el nivel educativo que las personas y las sociedades alcanzan en el marco de sus ciclos evolutivos, así los países desarrollados son los que alcanzan el mayor nivel educativo y los poco desarrollados se encuentran con los menores niveles de educación. Es tan importante que la ONU en su Programa para el Desarrollo (PNUD) ha integrado a la educación en el índice de desarrollo humano como uno de los indicadores que conjuntamente con otros indicadores como el PIB per capita y la esperanza de vida al nacer proporcionan un indicador estadístico social que le permite clasificar a los países en cuatro grandes categorías basadas en su IDH: Desarrollo Humano Muy alto, Alto, Medio, y Bajo, y en el que México ha venido ocupando el lugar 53 compartiendo, en un nivel clasificado como alto (cuestionable) con países como Costa Rica, a pesar de ser una de las 13 mas grandes economías del mundo. Este Índice de Desarrollo Humano ha estado tratando de medir la calidad de vida del ente humano en las diversas sociedades en que se desenvuelve en el mundo. La educación juega un papel muy importante para el desarrollo de una sociedad y existe el consenso mundial en los gobiernos del papel de la educación como uno de los principales motores que permite lograr que la humanidad pueda dirigir cabalmente su propio desarrollo.

En México constitucionalmente las decisiones políticas de educación pública son responsabilidad del gobierno federal y a pesar de tener un marco filosófico político bien definido en los objetivos que debe brindar le educación en los diferentes niveles plasmado en la constitución de 1917, posterior al movimiento revolucionario, todos los gobiernos establecidos sexenio, tras sexenio se han propuesto en alguna forma hacer su reforma educativa que han querido caracterizar tímidamente con las actualizaciones correspondientes a su momento a los avances de las ciencias de la educación y pedagógicas sin lograr lo esencial: erradicar el analfabetismo, lograr el incremento sustancial del grado promedio de escolaridad de toda nuestra población y no se diga el mejorar el desarrollo cognitivo en todos los niveles educativos que permite la integración del conocimiento y del saber como instrumento indispensable para estar en posibilidad de transformar las realidades y no ser rehén de la manipulación de las redes mediáticas que idiotizan con sus elaborados esquemas de información, entretenimiento y publicidad que hoy nos definen la realidad del estado educativo que prevalece en la mayoría de los mexicanos. En el sexenio actual esta vigente la denominada Alianza por la Calidad de la Educación, que contiene temas denominados cruciales para la educación pública y que en realidad incluye obligaciones centrales del Estado, ya contenidas en la Constitución y en la legislación internacional por lo que sólo se ha convertido en un mecanismo de pago de favores políticos a los lideres del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación por el apoyo brindado al gobierno espurio en el fraude electoral del 2006 y en la legitimación que han pretendido hacer de su rehén que les ha permitido toda la intromisión en el manejo de la política educativa del presente sexenio.

La carencia de integridad en el funcionamiento de las Ciencias de la Educación en sus diferentes categorías durante el proceso educativo en los diferentes niveles sumada a la deficiente coordinación interinstitucional ha provocado que los problemas de la educación actual giren en torno a los problemas de unidad e interdisciplinariedad, a relaciones entre filosofía y ciencias de la educación en el marco de las discusiones epistemológicas contemporáneas y en torno del significado de la pluralidad y positividad de las ciencias de la educación. Los cambios trascendentes de las Ciencias Pedagógicas que mejoran y cambian la realidad educativa, de los procesos formativos, del funcionamiento de las instituciones educativas, de las prácticas de enseñanza en los aspectos pedagógicos, didácticos, organizacionales poco han impactado en el medio educativo mexicano

Ni que decir de las novedosas influencias liberales y socialistas sobre las políticas educativas que no han logrado impactar sustancialmente nuestro proceso educativo porque las redes de intereses han sido mas poderosas que los principios y convicciones transformadoras en los políticos e intelectuales quienes terminan aliándose con el poder a cambio de seguir gozando del reconocimiento y de los sustanciales apoyos que gozosamente les suministran mientras mantengan su alianza y lealtad con el sistema.

Tenemos un sistema educativo que no sólo no facilita el acceso, la integración del educando, no cumple cabalmente con los objetivos curriculares de aprendizaje, impacta poco en la formación humanista y el desarrollo de la personalidad; la integración del conocimiento técnico y científico continua prevaleciendo con paradigmas reduccionistas que en el ejercicio profesional y técnico limitan las habilidades y destrezas para lograr trascender en el ámbito de sus competencias técnicas y profesionales; las innovadoras tecnologías para la enseñanza sólo han servido para el enriquecimiento ilícito de los funcionarios y los publicitados sistemas de calidad en la enseñanza sólo han sido espejismos para lograr el desarrollo educativo en las instituciones impuestos por el neoliberalismo y sus agentes financieros teniendo un mayor impacto en la calidad para simular durante sus procesos de certificación que han sido como ocultar la basura debajo de la alfombra.

Ni siquiera hemos sido capaces de lograr cobertura plena de educación preescolar y básica a todos los niños, de la educación secundaria y de bachillerato a todos los adolescentes y mucho menos de erradicar el lastre del analfabetismo prevaleciente en la población; no se ha podido dignificar los espacios con infraestructura digna que no sólo permita la satisfacción de las necesidades fisiológicas de los educandos, sino genere ambientes saludables, persisten los problemas de deserción, de reprobación y la poca eficiencia terminal sobre todo en la secundaria y los niveles educativos superiores; los planes y programas de estudio no tienen una estandarización en sus objetivos, estructura, contenidos y la duración del ciclo del bachillerato y difieren en principios y valores y están desvinculados de los programas de estudio de la educación secundaria y superior y la transversalidad de la equidad de genero sigue obstaculizada entrampada en la transgresión al laicismo educativo; persisten los problemas en la calidad, permanencia, responsabilidad y profesionalismo de los docentes; los educandos egresan sin lograr los objetivos de aprendizaje que los integre adecuadamente al nivel inmediato y lo mas grave ha sido la formación de egresdos de educacion básica, técnicos y profesionistas incultos con carencias básicas en el conocimiento de las artes, literatura y nuestra historia.

Las universidades públicas siguen siendo instituciones donde la libertad, la democracia y la transparencia no son la base de los cimientos de su funcionamiento académico, científico, cultural y administrativo. Sigue pendiente conceder un lugar prioritario a la educación superior en la política de desarrollo y asignar a la universidad pública el papel de centro orientador de la investigación científica nacional, experimentar nuevos modelos, apoyados en las nuevas tecnologías educativas y de comunicación, para crear redes universitarias inclusivas y amplias, flexibles, diversificantes y promotoras de altos niveles de calidad y excelencia; orientar sus objetivos hacia la solución de los problemas y perspectivas del desarrollo regional; responder a las demandas del mercado de trabajo y contribuir a modelar este mercado y la oferta y distribución nacional y regional de saberes, técnicas y profesionales; democratizar todas las relaciones de la comunidad universitaria y de sus órganos de gobierno y reconocer a las y los estudiantes como los sujetos del proceso educativo y a las y los académicos, como los ejes culturales y organizadores de ese proceso; respetar la pluralidad ideológica, identitaria, étnica y de credo tanto de maestros como de estudiantes. Uno de los graves obstáculos de los estudiantes universitarios para lograr sus metas no sólo ha sido ha sido la grave dificultad para ingresar, sino una vez que ingresa debe tolerar la mala educación y las cargas económicas forzadas de que son objeto y luego lograr la obtención de su titulo y grado correspondiente por las burocracias que imponen requisitos y cuotas económicas de prestación del servicio inalcanzables por la deteriorada economía familiar y la inaccesibilidad al mercado del empleo digno ante la carencia de esta documentación básica que acredite su formación profesional, que en tanto no lo logre navegara entre las filas de jóvenes desempleados u subempleados.

A los problemas de acceso a las universidades e instituciones educativas públicas se ha a respondido con la autorización del funcionamiento de instituciones privadas en las que prevalecen los intereses mercantilistas sobre sus proceso educativos, la mayoría con graves carencias en los recursos humanos y materiales que impactan en su funcionamiento académico donde prevalece la simulación y la improvisación que les define como escuelas patito, donde los anhelados grados, títulos y reconocimientos nobiliarios son conseguidos con el menor esfuerzo académico y el mayor esfuerzo económico. Los que hemos bregado en la docencia y las direcciones académicas administrativas hemos vivenciado la corrupción imperante en la obtención de esos títulos que con fines nobiliarios obtienen personas que distan mucho de dominar el conocimiento, las habilidades y destrezas para el ejercicio profesional derivadas del buen desempeño académico y del cumplimiento de las normas administrativas mas que de su empoderamiento económico o político que todo lo puede hasta alcanzar grados académicos.

En fin ni los proyectados parches que intentan solucionar estadísticas para solucionar el analfabetismo y la ausente educación básica como el INEA han servido para solucionar de fondo el grave rezago educativo de nuestra población, el sistema se ha encargado de estigmatizar y expulsar todo intento de renovación profunda que paradójicamente lograría alguna de las pretendidas transformaciones revolucionarias que no se cansan de enarbolar políticos y dirigentes magisteriales que persisten usar cínica y desvergonzadamente para no perder sus míseros priviliegios que les ha permitido mantener un estatus privilegiado socioeconimacment en nuestra sociedad.

Las declaraciones de Vernor Muñoz relator especial sobre el derecho de la educación de la ONU para México, registradas en los diarios mexicanos la semana pasada, al presentar las conclusiones de su análisis oficial no debieran de conmocionar a los funcionarios responsables de la educación en nuestro país al señalar lo conocido: el grave obstáculo que a representado el SNTE para el avance educativo y los dos grandes retos en materia de educación que prevalecen: abatir la exclusión que genera el propio sistema educativo y elevar la calidad educativa para todos los niveles y grupos de la población.

Durante la cumbre del Milenio del año 2000, 189 países, entre ellos México se comprometieron a crear, a nivel nacional y mundial, un entorno propicio para el desarrollo y la eliminación de la pobreza, y así alcanzar unos con sus metas específicas para el 2015 donde en el marco de la educación se intentara lograr la educación básica universal y eliminar las desigualdades entre géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente en 2005 (que ya no sucedió) y en todos los niveles de enseñanza antes de finales de 2015.

En nuestro país el bajo nivel educativo de los ciudadanos ha sido uno de los grandes obstáculos para la construcción de una sociedad democrática y el consecuente desarrollo humano integral, fundamental para el desarrollo social sustentable por el que hemos estado luchando; nuestra aspiración no basta en lograr ya la cobertura universal de la educación básica Todo mexicano y mexicana, por el hecho de serlo, tiene derecho a una educación pública gratuita, laica, democrática y humanista, sustentada en principios sociales, científicos y éticos en todos sus niveles: desde preescolar hasta postgrado, sólo así será posible dar el salto a niveles de desarrollo correspondientes con el desarrollo económico que las riqueza de nuestro país generan.

Tarea difícil si persistimos en seguir con esta mala educación que lacera nuestro desarrollo humano y social y que los políticos insisten en negar realidades repitiendo su perorata de que nuestro país “no sólo ha respondido a las necesidades sino que ha cosechado grandes logros en todos los ámbitos y modalidades educativas” o bien sus discursos electoreros de que brindaran una educación de calidad, equitativa porque “han pretendido que la educación constituya la base fundamental del desarrollo sustentable económico, científico, tecnológico, social y cultural del estado” como lo repiten incansablemente en sus campañas electorales y sus discursos protagónicos ya como funcionarios.

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