jueves, 29 de abril de 2010

VIOLENCIA INFANTIL: SUPEREMOS LA IGNORANCIA

Hace días nuestro Congreso del Estado acordó solicitar a las Secretarias de Educación y de Salud en Nuevo León investigar el fenómeno de violencia escolar conocido como Bullyng y determinar programas de intervención para la niñez, un día después menores de edad son sorprendidos en el interior de una cantina cuyas escenas transmitidas por un canal de televisión local son ampliamente difundidas a los integrantes de ese mismo congreso y reaccionan con indignación solicitando a la autoridad municipal que actué, según ellos con todo el rigor de la ley. En tanto a nivel nacional hace unas semanas fue encontrada muerta en su casa una menor que vivía con problemas de retardo en su desarrollo sin que a la fecha la turbiedad provocada por los padres, las autoridades y los medios de comunicación hayan esclarecido la estúpida muerte por asfixia de esta niña. Recuerdo además la trágica muerte de los niños de la guardería ABC del Estado de Sonora donde prevalece la impunidad, los niños asesinados en los Estados de Oaxaca, Sinaloa, Michoacán, Durango y Chihuahua en esa guerra declarada que FECAL tiene contra la delincuencia, hechos que sus jefes militares los declaran como daños colaterales.

Lo que une a estos hechos es la ignorancia y la inconciencia sobre la magnitud del problema de la violencia infantil en nuestra sociedad además de la frivolidad de los actores integrantes del poder gobernante al reducir el problema a la reactividad circunstancial según el caso perdiéndose ante el fenómeno global y los múltiples estudios y llamados de los organismos internacionales (OMS, ONU, UNESCO, OCDE, OIT) de actuar en forma integral y preventivamente contra todas las formas de violencia infantil.

En el marco de la lucha que desarrollamos por la construcción de una sociedad plenamente democrática y humanista donde la libertad, la justicia y la equidad trasciendan para disminuir la violencia social que prevalece, hablar de violencia infantil es referirse a un tema doloroso, es hablar coincidiendo con la mayoría de los estudiosos de este problema como una “lacra de la humanidad” que no ha podido ser erradicada en el mundo y que prevalece en todo tipo de sociedades, aunque claro con una expresión mayor en los países que tienen integrada estructuralmente la pobreza, como el nuestro.
Constituye la más perversa violación de los derechos humanos en el mundo actual, una lacra peor que las pestes y las epidemias que luego de más de 5000 años de civilización y más de 2000 años de la era cristiana nos han azotado, sigue incrementándose como desgracia originada y mantenida exclusivamente por los seres humanos, alimentándose con la estupidez de la ignorancia y el desinterés de los gobernantes pervertidos por el poder deshumanizante y enfermizo que padecemos en el mundo, cuyas acciones hacía el bienestar de los niños siguen los modelos desfasados del asistencialismo caritativo, filantrópico y clientelar que nada tienen que ver con las políticas integrales para el bienestar y el desarrollo infantil, mucho menos con la intención de erradicar la violencia contra los niños.
Comparto la reflexión de Pablo Sergio Piniero, brasileño experto en derechos humanos que coordino el primer estudio de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños proporcionando un panorama detallado a nivel mundial de la naturaleza, extensión y causas de la violencia contra los menores de edad, y que propone medidas concretas a fin de prevenir y reducir tal violencia en el mundo. Este investigador concluye que la democracia no ha llegado a la familia y a la escuela porque se continúa pegando a los niños legalmente en la casa y en la escuela sin que a la fecha proponga una prohibición universal legal del castigo corporal. Solo Suecia ha prohibido la violencia contra los niños desde 1979, es el primer país europeo que lo hizo y ha tenido un resultado magnífico.
La Violencia infantil y sus barbaries expresiones que van desde el infanticidio, la esclavitud, la explotación y hasta el maltrato físico, emocional, sexual y el abandono no es un problema reciente, ha sido un problema que ha estado inmerso en la estructura y la cultura de las sociedades durante siglos y que sólo ha sido objeto de atención a partir del siglo pasado al iniciar los estudios y denuncias relacionados con los niños que acudían a los hospitales por lesiones físicas inexplicables y que dieron origen el síndrome del niño golpeado que fue descrito por primera vez en 1868 por Ambrosie Tardieu, catedrático de medicina legal en París, luego de realizar las autopsias de 32 niños golpeados y quemados. Posteriormente, en 1946 Caffey describió la presencia de hematomas subdurales asociados con alteraciones radiológicas de los huesos largos en los pequeños. Henry Kempe y Silverman, en 1962, crearon la expresión síndrome del niño golpeado, con base en las características clínicas presentadas por los casos que ingresaban al servicio de pediatría del Hospital General de Denver, en Colorado. Este concepto fue ampliado por Vincent J. Fontana en su libro; “En Defensa del niño maltratado” publicado en 1973 por la Editorial Pax, al indicar que estos niños podían ser agredidos no sólo en forma física sino también emocionalmente o por negligencia, de modo que sustituyó el término golpeado por el de maltratado desde entonces se ha publicado una serie de artículos sobre el concepto, que trata de abarcar las diferentes modalidades que existen en cuanto a la acción de lesionar a un niño.
Su alta prevalencia y el marco de pacificación y de promoción de los derechos humanos que concluyeron en la declaración universal de los derechos humanos en 1948 por la ONU convocaron a los expertos para evaluar y proponer alternativas de solución que logran en 1959 al establecer la Declaración de los Derechos del niño, y luego en La Convención sobre los Derechos de la Niñez fue aprobada por la Asamblea de las Naciones Unidas en 1989 como el primer instrumento internacional jurídicamente vinculante que incorpora toda la gama de derechos humanos: civiles, culturales, económicos, políticos y sociales que recogen los principios mínimos que deben ser garantizados a las personas menores de 18 años. El notable aumento en la incidencia de lesiones intencionales que afectan a personas de todos los grupos de edad y de ambos sexos, pero especialmente a mujeres y niños, por lo que en la 49 Asamblea Mundial de la Salud, en mayo de 1.996, la Organización Mundial de la Salud adoptó una Resolución (WHO 49.25), declarando “la violencia como un problema prioritario de Salud Pública y reconociendo las graves consecuencias inmediatas y futuras que la violencia tiene para la salud y el desarrollo psicológico y social de las personas, las familias, las comunidades y los países”.
En México el estado mexicano inicio sus políticas de atención a los niños en 1961 al crear el Instituto Nacional de Protección a la Infancia, continuando en 1968 con el Instituto Mexicano de Asistencia a la Niñez y posteriormente en la formación del Desarrollo Integral de la Familia (DIF) el proceso de atención a la violencia infantil se inicio incipientemente en los setentas y es hasta los ochentas que se iniciaron algunas propuestas para investigar y solucionar este problema, fue hasta esa Convención sobre los Derechos de la Niñez aprobada por la Asamblea de las Naciones Unidas en 1989 que al ser ratificada por México en septiembre de 1990 se iniciaron programas de atención e investigación sobre la violencia infantil que dieron sustento a la Ley para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes - publicada y promulgada en el Diario Oficial de la Federación el 29 de mayo del 2000 - complementando la reforma del Artículo 4 de la Constitución, al reconocer y garantizar los derechos de los niños a la salud, la nutrición, la educación y la recreación, entre otros. La Ley para la Protección obliga a los padres de familia a que respeten los derechos de la niñez y al Estado a que garantice el cumplimiento de estos derechosa partir de 1977 constituyéndose en la dependencia pública responsable para la atención del fenómeno de la Violencia en los niños.
En México, los estados están en proceso de adecuación de sus legislaciones para garantizar los derechos de la niñez y en estados como el nuestro Nuevo León en 1981, hace 25, años el DIF inicio actividades dirigidas a la prevención y atención del maltrato infantil y no fue sino hasta 1997 que las reformas al código civil prohibieron el maltrato hacia los menores explícitamente en su artículo 423, así como penalizaron las lesiones a los hijos maltratados en el código penal (art. 306). En el año 2000 se estableció el delito de violencia familiar y no fue sino hasta iniciado este año del 2006 que se decreta la Ley de Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes para el estado de Nuevo León.
Pues bien a pesar de todos estos avances el problema se ha incrementado por la desatención que ha sido objeto a nivel mundial y en los diferentes niveles de gobierno en nuestro país. El Informe de las Naciones Unidas presentado por Pablo Sergio Piniero para el estudio de la violencia contra los niños en el mes de agosto del 2006 fue esclarecedor al referir cifras conmocionantes del problema a nivel mundial como:
Alrededor de 53.000 niños murieron en todo el mundo como consecuencia de homicidios en el año 2002.
Entre un 80% y un 98% de los niños sufren castigos corporales en el hogar y un tercio o más de ellos recibe castigos corporales muy graves aplicados con utensilios.
En países en vías de desarrollo, entre el 20% y el 65% de niños en edad escolar han sufrido acoso físico o verbal.
150 millones de chicas y 73 millones de chicos menores de 18 años tuvieron relaciones sexuales forzosas o sufrieron otras formas de violencia sexual con contacto físico en 2002
Entre 100 y 140 millones de chicas han sufrido algún tipo de mutilación/corte genital. Tan sólo en el África subsahariana, Egipto y el Sudán cada año 3 millones de muchachas y mujeres son sometidas a mutilaciones/cortes genitales.
La OIT (Organización Internacional del Trabajo) informo que en el año 2004, 218 millones de niños trabajaban y 126 millones realizaban trabajos peligrosos
5,7 millones de niños realizaban trabajo forzoso o trabajo en condiciones de servidumbre.
1,8 millones trabajaban en la prostitución y la pornografía
1,2 millones eran víctimas de la trata de niños. Se calcula que un millón de niños se incorpora a estos sectores cada año.
Se calcula que entre 133 y 275 millones de niños de todo el mundo son testigos de la violencia doméstica cada año.
Carol Bellamy, Directora Ejecutiva del UNICEF, ha agregado en el informe sobre el Estado Mundial de la Infancia 2008, mas cifras que cifras que reflejan la situación de la infancia cruda y brutalmente diferente del ideal al que todos aspiramos de acabar con la violencia infantil,
Que 275 millones de niños padecen violencia familiar cada año
40 millones de niños menores de 15 años sufren de abuso y negligencia
130 millones no van a la escuela
100 millones viven en la calle
10 millones de niños son refugiados
Más de cinco millones de niños estarán infectados por el virus del SIDA en el año 2.000
15 millones son huérfanos del SIDA
55 por ciento de los recién nacidos no son registrados al nacer.
Más de un millón de niños y niñas son detenidos en todo el mundo por las autoridades policiales violentando sus derechos.
Todavía más de 12 millones y medio de niños de niños menores de 5 años mueren en los países en desarrollo.
La desnutrición provoca la mayoría de las causas de mortalidad infantil y uno de cada tres niños está desnutrido en el mundo.
1 de cada 5 niñas, y 1 de cada 7 mujeres son víctimas de violación a lo largo de su vida.
La violencia de género, contra las niñas, es una práctica común en determinadas “tradiciones culturales” que van desde infanticidios de los padres para no pagar la dote cuando las niñas sean mayores y se casen, hasta horribles mutilaciones genitales (en algunos países de África). Esta predilección por los hijos varones se traduce en algunos países asiáticos en la producción de abortos si el feto es de sexo femenino.
Nuevos problemas acechan a la infancia debido al impacto de la caída de precios de los productos básicos, la deuda del tercer mundo, el aumento de las familias pobres, la disminución globalizada de la inversión pública en enseñanza en las dos terceras partes del mundo dejando millones de niños del mundo en desarrollo sin la esperanza de la educación.
Según la OMS, en América Latina y el Caribe se dan todas las formas de violencia contra los niños, en los diversos escenarios en que se presenta, la mayoría de los menores sometidos a castigos corporales tienen entre 2 y 7 años de edad y las edades más afectadas por el castigo corporal son entre los 3 y los 5 años. El 85% de las muertes por maltrato son clasificadas como accidentales o indeterminadas. Por cada muerte se estiman 9 incapacitados, 71 niños con lesiones graves, e innumerables víctimas con secuelas psicológicas. Las tasas de crímenes y violencia en la región son 6 veces superior a la de otros continentes. Entre el 30 y 75 % de las mujeres sufren Violencia Psicológica y entre el 10 y 30 % de las mujeres sufren Violencia Física. Más del 10% de los niños y niñas latinoamericanos padecen de Violencia Física, más del 20% Violencia Psicológica, cerca del 30% Negligencia, más de 300.000 jóvenes murieron en disputas violentas en las pandillas de “adolescentes”, en las que los jóvenes son las principales víctimas y autores de la violencia en las grandes ciudades.La violencia es un problema prioritario de Salud Pública, que afecta a la infancia y la mujer, y que es preciso prevenir.
En México de acuerdo con las proyecciones de población del Consejo Nacional de Población (CONAPO), en 2004 existían en el país 33 000 000 de menores de 14 años de edad que representaban 31% de la población total, el 60% vive por debajo de la línea de pobreza, 2 100 000 niños de entre 5 a 14 años de edad no asisten a la escuela y sólo 1 de cada 3 menores de 14 años de edad es derechohabiente de los servicios de salud. Asimismo de acuerdo a datos proporcionados por el Programa de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), 2004, 18% de los niños menores de cinco años de edad (1 500 000 niños) presentan retraso en su crecimiento y 29 niños de cada 1 000 mueren antes de cumplir los cinco años de edad1. El 6,4% de los nacidos vivos padecía bajo peso al nacer, los niños continuaban siendo victimas de una tasa de mortalidad en menores de 5 años de 28, lejos de paises como Chile, Cuba, España, EU y los países nórdicos que tienen una tasa menor de 10.

En el aspecto educativo, 4.5% de los niños que tienen entre 8 y 14 años de edad no saben leer ni escribir y aunque 92% de los menores de 6 a 14 años asisten a la escuela, 20% de los que ingresaron a la educación básica en el ciclo escolar 1999-2000, no lograron completarla y sólo 87% de los que concluyeron la primaria ingresaron a la secundaria. De estos últimos, 22% desertaron antes de poder concluir la secundaria (INEGI 2000; SEP 2000). Por otra parte, se calcula que en el país trabajan aproximadamente 4000 000 de menores de entre 12 a 18 años de edad que representan 25% del total de este grupo de la población; de ellos, 42% trabaja en actividades agrícolas, 23% en el sector de servicios, 17% en el comercio y 14% en la construcción. Aproximadamente la mitad no recibe ingresos porque trabaja en unidades familiares de producción (INEGI 1999). Esta situación empeora para las mujeres jóvenes que trabajan en actividades agrícolas, entre las cuales 3 de cada 4 no reciben ninguna remuneración. La Secretaría de Educación reconoce que existe "un alto nivel de tolerancia" para la violencia que se ejerce contra la población infantil, ya que los castigos físicos y el maltrato verbal "son prácticas cotidianas que gozan de niveles altos de aceptación" y en las escuelas son prácticas que no se han prohibido.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) reporta que México, Estados Unidos y Portugal "tienen el número más alto de niños muertos por maltrato" entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), integrado por 30 naciones. En lo que se refiere a muertes intencionales en niños de entre 1 a 14 años de edad, México también ocupó el primer lugar entre los países de la OECD, (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) con una tasa de 2.9 por 100 000 durante el periodo 1991-1995. México es uno de los países más violentos del mundo, situación que tiene un impacto negativo entre los niños, niñas y adolescentes, pues desde hace casi 30 años, mueren asesinados a diario dos menores de 14 años a causa de la violencia familiar y la delincuencia común, alerta el Informe Nacional sobre Violencia y Salud elaborado por la Secretaría de Salud y auspiciado por la ONU. la Secretaría de Salud a partir de 2004 y señala que en ese año la tasa de homicidios entre la población general era de 17.4 por cada 100 mil habitantes -ocho veces superior a la de Europa y 16 veces más alta que la de Japón y Corea. Este informe nacional constata "un incremento considerable en el número de suicidios intencionados y finalizados" de niños, niñas y adolescentes. Cita, por ejemplo, que a nivel nacional, el número de suicidios de menores de 15 años aumentó de 118 en el 2000 a 166 en el 2002. El informe agrega que hay un "incremento considerable" de suicidios en este sector de la población En el Distrito Federal en el 2001 se presentaron 11 casos y la cifra se incrementó a 36 en el 2002. La capital del país, junto con Baja California y Colima son los estados con las tasas de suicidio más altas. La dependencia agrega que el problema puede ser mayor, ya que hay un subregistro "muy alto" de casos de maltrato infantil, cuyas lesiones son etiquetadas como accidentales en los centros de salud, sin que se inicien investigaciones al respecto.
Hace unos días María Josefina Menéndez Carbajal, directora en México de la organización Save the Children, declaro que el ochenta por ciento de niños mexicanos padece problemas de violencia, tanto en el seno familiar y el ámbito escolar como debido a sucesos relacionados con el crimen organizado y la ocupación militar en algunas regiones del país. Manifestó que, de acuerdo con cifras oficiales, sólo el año pasado más de 5 mil niños murieron por acciones relacionadas contra el crimen organizado y en operativos del Ejército.
En Nuevo León desde el 2003, el número de casos de violencia en el hogar casi se ha triplicado. Sin embargo, la curva de las denuncias ha ido hacia arriba: hasta agosto de este año, se habían acumulado siete mil 820 casos.De acuerdo con las cifras que presenta el gobierno, de 2005 al 2006 el número de denuncias recibidas se ha mantenido más o menos estable, pues el año pasado se registraron 11 mil 62 casos en total. Estadísticas del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) muestran que Nuevo León no está en los mejores lugares en cuanto a maltrato infantil. Con 24.9 por ciento, el estado supera la media nacional en cuanto a porcentaje de niños maltratados por negligencia, la cual es de 0.2Además, 13 de cada 100 niños nuevoleoneses padecen de abandono y 19 de cada 100 son sometidos a abusos físicos.
La prevención de la violencia ocupa así un primer plano en nuestra actividad socio-sanitaria con la población infantil, tenemos las leyes y las instituciones para hacerlo, lo que falta es superar los obstáculos de la inconciencia motivando a los gobiernos por invertir los recursos financieros necesarios pero sobre todo exigir que superen la ignorancia integrando el conocimiento de las ciencias de la conducta y de la salud pública en el marco de la programación interdisciplinaria de acciones contra este problema. Aunque en nuestra sociedad el futuro de la violencia contra los niños es sombrío, porque eliminar los factores de riesgo esenciales que señalan los expertos como la miseria, la marginación, la ignorancia y la injusticia se han incrementado por esa actitud de los políticos de no integrar las herramientas de la ciencia para el desempeño de sus funciones satisfaciendo sólo sus intereses mezquinos al servicio de la deshumanización de nuestra sociedad. Bastaría que el gobierno actual integrara las recomendaciones hechas por Pablo Sergio Piniero, como resultado del primer estudio de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños en su informe del 2006, donde propone medidas concretas a fin de prevenir y reducir tal violencia en el mundo para lograr que esta lacra de la humanidad inicie su proceso de degradación hasta lograr su extinción en el seno de nuestras sociedad.
La historia nos muestra que la niñez, desde siempre, fue avasallada y sus derechos conculcados o ignorados, temas que a veces desde la actividad física el deporte y la recreación, se ven como lejanos. Desinterés, abandono, miseria e ignorancia colaboraron para sostener este estado de cosas, además de pautas culturales permisivas o decididamente crueles, por lo menos vistas desde nuestro punto de vista latinoamericano con fuerte raíz europea. En tanto debatimos no sólo en México sino en América la necesidad de atender la violencia infantil en Europa se promueve la inclusión expresa de la lucha contra la violencia infantil en el periodo prenatal, son sociedades que tienen claro que la violencia es una conducta aprendida, que puede modificarse e incidir en los factores de riesgo desde el embarazo mismo y las etapas cruciales en que se está modelando la personalidad del adulto.

La Violencia social y en especial contra los niños amenaza nuestra convivencia democrática, es un factor de riesgo para la seguridad y bienestar, produce efectos económicos directos por la atención a las víctimas y las secuelas que produce, el castigo y el gasto en el control de las agresiones, así como los gastos indirectos que produce al no destinar estos recursos a proyectos de desarrollo social y tiene repercusión sobre el potencial de Desarrollo Humano y Económico de nuestra sociedad. La conjunción de dos instrumentos – la Convención sobre los Derechos de la Niñez y la Ley de Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes –son la base jurídica para el cumplimiento de los derechos a la supervivencia, desarrollo, protección y derechos civiles y libertades de la niñez mexicana.
En tanto el Estado no actué, cuando menos debemos a nivel familiar y comunitario actuar de inmediato promoviendo la cultura de la no violencia, eliminar el perverso autoritarismo en todos los ámbitos institucionales donde se genere y solucionar los factores de riesgo inmediatos, como la falta de apego de los padres a los hijos, la desintegración de la familia, el uso indebido de alcohol o drogas, y el acceso a todo tipo de armas.

1 comentario:

  1. Rafael Maldonado T13 de junio de 2010, 20:29

    Dr. Ricardo: Le felicito por su escrito. ¿Cómo puedo contactarlo para solicitarle una entrevista sobre el tema?, estamos realizando un documental... y buscando información sobre el Rector Héctor Ulises Leal encontré su blog. Yo soy maestro de la Universidad de Comunicación Avanzada, soy el titular de la materia de "Producción de documental" y una de mis alumnas realizará su trabajo final sobre los movimientos estudiantiles y la situación vivida en Nuevo León... le dejo mi correo personal (leafar72@hotmail.com). Por favor, concédanos la oportunidad de ir conociendo los diferentes enfoques de la verdad.

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