sábado, 5 de enero de 2013

LA SALUD SEXUAL DE LOS MEXICANOS

A propósito de este año 2013, que estamos iniciando, donde hemos estado muy expuestos a los deseos de felicidad y prosperidad, por las personas que más nos estiman, cautivando nuestro ser con ese amor fraternal, que hasta en los mas tímidos fluye, desbordando su naturaleza humana; me resultó conmocionante un estudio que se informa hoy 5 de enero, en el sitio de la pagina del periódico El Universal, http://www.eluniversal.com.mx/nacion/203041.html, donde el Instituto Mexicano de Sexología (IMS) concluye que sólo el 2% de los mexicanos tienen un coeficiente de inteligencia sexual (CIS) alto “lo que implica que tienen conocimiento adecuado de la sexualidad, un autoconocimiento corporal y una asertividad sexual que significa saber negociar y comunicarse con su pareja”. Este estudio lo realizaron con un grupo de 3200 personas de entre 16 y 80 años, 58% mujeres y 41% hombres, 27% con educación preparatoria, 50% licenciatura, 15% postgrado y el 4% solo secundaria; según una de sus especialistas, Paulina Millan, si se tiene una inteligencia sexual alta, existen mayores posibilidades de evitar enfermedades de transmisión sexual, el mismo cáncer, ser sometidos a actividades que te violenten y tener embarazos no planeados.

Por otra parte también encontraron que quienes acuden mas a los servicios religiosos son quienes menos coeficiente de inteligencia sexual, mientras que quienes tienen mayor grado de escolaridad tienen mejor CIS, aunque adquirir este tipo de conocimientos no tiene que ver con la carrera que se estudie. Las mujeres muestran niveles más altos de pudor, vergüenza y más necesidad de complacer, aun a costa de su propio placer y los hombres muestran mayor intolerancia cuando no pueden tener relaciones sexuales o cuando su pareja no los desea. Estos investigadores definieron a la inteligencia sexual como “la capacidad que posee o desarrolla una persona de ejercer su vida sexual en función de su nivel de conocimientos sobre el tema, del reconocimiento y expresión de sus propios limites, deseos, sentimientos y necesidades; y del respeto a la expresión sexual ajena”.

Simple y llanamente seguimos siendo una sociedad inmersa en la ignorancia y la pobreza sobre la salud sexual donde seguimos padeciendo desde las grandes perdidas de vida saludable por los embarazos no deseados, los embarazos a temprana edad (mas del 30% siguen siendo de mujeres que están comprendidas entre los 13 y 19 años), la gran mortalidad materna sobre todo en las zonas rurales e indígenas, no se diga en el incrementó de las enfermedades de transmisión sexual, hasta las prevalecientes disfunciones sexuales que van desde las inhibiciones del deseo sexual hasta las dificultades para lograr el orgasmo y las erecciones las eyaculaciones satisfactorias, que permitan gozar plenamente de la sexualidad. Como sociedad hemos seguido evadiendo la responsabilidad de la educación sexual, seguimos siendo objeto de imposición de los intereses nefastos de los grupos conservadores, que siempre han irrumpido con su moral sexual, ajena al desarrollo humano y social de nuestra nación; ni siquiera intentan armonizar sus sistemas de creencias inmersos en sus religiones con las bondades del gran desarrollo científico que la sexología ha tenido y que las sociedades modernas han logrado integrar impactando enormemente en sus sociedades que hoy son de las mas altos niveles de desarrollo humano y social en el mundo.

Lo mas lamentable ha sido la irresponsabilidad de los educadores, en todos los niveles escolares, desde la educación preescolar hasta la universitaria, que siguen navegando con la ignorancia, algunos hasta evitando tratar los temas, imponiendo sus monsergas moralistas, en tanto otros siguen renuentes ha integrar la educación sexual, como lo que debe de ser una asignatura integrada al curriculum formal con objetivos de aprendizaje concretos que les permita entender, asimilar, elaborar información y utilizarla para resolver problemas relacionados con la salud sexual de las personas objeto de su atención profesional como es el caso de los trabajadores de la salud, desde las enfermeras, trabajadoras sociales, psicólogos hasta los médicos; es vergonzoso observar a especialistas como los pediatras, ginecólogos y hasta psiquiatras como ejercen sus atenciones profesionales inmersas en la ignorancia, sujetos mas a sus moralismos, que al propio conocimiento científico de sus profesiones, con conductas aberrantes muy alejadas de sus deberes profesionales, escudadas en una ética ramplona, transgrediendo los derechos humanos y fundamentales de los pacientes.

En pleno siglo XXI tenemos que contribuir a lograr que le educación sexual sea una realidad para todos los integrantes de nuestra sociedad, necesitamos políticas sobre la salud sexual de los mexicanos que vayan mas allá de las simulaciones que desde el siglo pasado se han estado implementando en planes y programas de las secretarias responsables en la educación y salud de los mexicanos, por las resistencias del conservadurismo atroz que los oligarcas imponen en las políticas públicas, que son los únicos que se regocijan de los resultados de este tipo de estudios como el que hemos referido del IMS.

Los politicos, los gobernantes y funcionarios deberían integrarlo en sus agendas para que este tema sea objeto de atencion, en sus próximos planes de gobierno, que en los próximos meses tendran que presentar, obligados por la ley y ojalá no sea nuevamente uno de los grandes problemas olvidados.



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