En los últimos años se ha promovido el debate acerca de la necesidad de legalizar la marihuana, para su uso medicinal y en sus usos recreativos, lúdicos, de los consumidores, debate que se incremento en este año, por la Secretaría de Gobernación, al conducir la organización de una consulta nacional, donde participaron investigadores, académicos, políticos, funcionarios, organizaciones de la sociedad civil y empresarios, en cinco foros y 29 mesas, que terminaron el mes pasado, concluyéndose una propuesta del gobierno que Enrique Peña Nieto, que básicamente consiste en legalizar su uso medicinal y científico, además de incrementar la tolerancia en la portación de sus usuarios, hasta de una onza, para no criminalizarlos, ni ser objeto de sanciones administrativas; con este objetivo envió al Congreso de la Unión, propuestas de reformas a los Artículos: 237, 245, 474, 477 y 475, 476 y 478. De la Ley General de Salud y el Art.195 del Código Penal Federal vigente.
Es un tema, que es importante, pero mínimo, en relación a los graves y trascendentes problemas de corrupción, injusticia, violencia social con sus homicidios, desaparecidos, salud, educación, y el respeto a los derechos fundamentales con sus tragedias como las de Ayotzinapa que padecemos en México y en nuestro estado. Esta semana me conmociono mas la información sobre la lacerante extrema pobreza, que siguen padeciendo nuestros niños, más del 50% en el país, el 27% en Nuevo León, aunque el INEGI señala que más del 90%de los niños de Nuevo León tienen alguna carencia sobre todo que menoscaba su sana alimentación; siguen siendo esas pésimas condiciones sociales y ambientales, las que constituyen el fondo generador de los problemas de salud, sobre todo la salud mental, donde el consumo y abuso de drogas emerge amenazante.
Además de haber sido un debate distractor de los grandes problemas nacionales generados por las otras reformas, como la energética, educativa, fiscal, laboral, comunicaciones y las pésimas políticas públicas, sobre procuración de justicia, seguridad y el combate a la delincuencia, la pobreza y la corrupción, resultó un fiasco por sus propuestas que se distinguen nuevamente por ser reduccionistas, muy lejos de asumir integralmente con el enfoque integral del paradigma de la salud pública, como una y otra vez ha sido recomendado por los organismos internacionales como la ONU y la OMS de privilegiar, este enfoque, sobre los otros enfoques como el de ciencias criminales.
La propuesta del gobierno de Enrique Peña Nieto es muy parcial, porque no incluye una política del estado mexicano integral en relación a la prevención y atención del uso y abuso de esta droga, sino además, en el control del cultivo, recolección, procesamiento, transporte y comercialización de la marihuana, de tal forma que no disminuirá su consumo, ni los riesgos de la salud pública de nuestros habitantes, se incrementaran los consumidores y los adictos a esta droga y lo que es peor se fomentara el mercado ilegal y las pugnas criminales por el trafico de esta droga, lo cual seguirá abonando a la inseguridad y violencia que padecemos en México, con sus miles de muertos y desaparecidos.
Nadie de los profesionistas de la salud, duda que el consumo de la marihuana puede provocar daños a la salud y que genera alteraciones sensoperceptivas, cognoscitivas, emocionales y de conducta en sus consumidores, cuya severidad dependen de la cantidad y tiempos de consumo. Por eso sus trastornos están reconocidos por la comunidad médica internacional y están integrados a la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS- CIE-10, vigente en todo el mundo. Tenemos claro también que sus daños a la salud son menos en comparación a otras conductas de abuso como las que tenemos al alcohol, tabaco y los refrescos, con sus lacras de muertes por enfermedades hepáticas, accidentes en vehículos de motor, enfermedades pulmonares y diabetes.
Es necesario desprejuiciar a sus consumidores, no son delincuentes, ni pervertidos, enloquecidos, ni violentos, son seres humanos, que expuestos como todos, a otros factores de riesgo, como la pobreza, familias disfuncionales, violencia familiar, desempleos, falta de oportunidades educativas, sin acceso a servicios de salud, pueden tener conductas desviadas o transgresoras de su salud mental, igual que los consumidores de drogas legales como el alcohol, cafeína, tabaco y psicotrópicos recetados por los médicos.
Los médicos que estamos inmersos en la vocación humanista en pro del bienestar y el desarrollo humano, lejos de la degradación corruptora de los valores negativos de los políticos, debemos de estar con la propuesta trascendente que el ex presidente de Uruguay José Mujica, colega pediatra, logro posicionar en su país, hace tres años, con una ley integral que simultáneamente ataco todos los factores inmersos en relación al consumo de la marihuana.
Como lo exprese en el programa de televisión Cambios, del Arq. Benavides, pasado domingo 1 de mayo, estas políticas reformistas, parciales sólo incrementaran el grave problema de la corrupción, que prevalece en nuestro país, donde están en la impune complicidad, gobernantes, funcionarios, políticos y empresarios, conformando una red delincuencial, inmersa en sus intereses financieros y mercantiles, que nos seguirá dañando en nuestro bienestar y para los que la salud pública de sus habitantes no les interesa, siempre estarán sus ganancias económicas sobre la salud de los mexicanos.
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