viernes, 10 de junio de 2016

NO OLVIDEMOS EL 10 DE JUNIO EN MEXICO.

A propósito de las remembranzas de las luchas que los universitarios en todo el país, desarrollábamos en los setentas, del siglo pasado, contra las injusticias, por las libertades y el desarrollo democrático de nuestra patria, que  llevó a él régimen priista a una mayor represión violenta, con los hechos trágicos del 10 de junio de 1971, donde asesinaron impunemente a los compañeros estudiantes, durante la manifestación del jueves de corpus, que entre otras demandas manifestaban su apoyo a nuestra lucha por la autonomía universitaria y la reforma académica de la Universidad Autónoma de Nuevo León, donde el eje central era acabar con la deshumanización imperante en los gobernantes e instituciones educativas que deformaban su función educativa, generando profesionistas inmersos en el mercantilismo que  prevalecía en nuestra sociedad, muy lejos de la elemental solidaridad humana.
 
Resulta que la prevaleciente deshumanización del neoliberalismo imperante sigue desbordándose como un cáncer, diseminándose hasta en los principios y valores básicos, que deben prevalecer en la elemental solidaridad de quienes como personas deberían ser ejemplos de humildad, por la mística inherente del servidor público y en los actos de filantropía de los empresarios. Así cada vez que observo a un funcionario, político o a los supuestos humanistas de las instituciones caritativas de beneficencia social abusando de las imágenes de sus actos solidarios como aparecer con los niños con cáncer, regalando sus pelucas, con los pobres otorgando sus dadivas contra el hambre, con los ancianos proporcionando lentes, con los enfermos atendidos en sus consultas brigadistas, se me exacerba la indignación por el abominable abuso que sin el más mínimo valor ético moral desarrollan con cinismo y desvergüenza con sus facies de alegría, regocijo y enaltecidos en su soberbia por la glorificación de sus actos muy alejados hasta de sus creencias y valores cristianos que pregonan.

Si son funcionarios, vergüenza debería de darles, la paradoja de que siendo responsables de alguno de los sectores, como salud o seguridad social, sus imágenes sean una muestra de sus incompetencias para lograr consagrar el derecho a la salud, otorgándolo como lo que es, un derecho inalienable de las personas; más vergüenza debería de darles aparecer entregando alimentos como muestra de combate a la pobreza, en tanto mantienen sus gobiernos con programas y modelos económicos, generadores de las lacerantes desigualdades sociales, con sus lacras de pobreza y miseria que afectan a las mayorías de nuestras poblaciones. Ni que decir de los funcionarios de la educación, que insisten en aparecer en las escuelas públicas, anunciando soluciones a problemas ancestrales como carencias de baños y bebedores de agua potable en condicione sanitarias para los niños, aprovechándose de la inocencia infantil con sus naturales alegrías, para la foto. 
Si son fundaciones o instituciones filantrópicas, como les gusta más que se les designe, donde imperan sus fundamentalismos religiosos cristianos, como motor de su altruismo, como el Teletón de Televisa, Tv-Azteca, , Caritas, Cruz Roja, etc., .simple y llanamente deberían ejercer ese valor cristiano con la humildad caritativa, que implica el dar sin vanagloriarse de lo otorgado, sin nada de publicidad sobre sus actos, menos de exponer el sufrimiento y las tragedias de los beneficiarios, del cual abusan para incrementar sus recursos económicos, que incrementen sus finanzas y ganancias que no sólo les permite el apoyo a los discapacitados sino a mantener sus burocracias internas y los vividores de estas tragedias humanas.
Los que conocemos de las estrategias de manipulación de los regímenes de oprobio, sabemos muy bien que estos actores, cumplen muy bien con sus amos, en esta tarea ingrata de usar las imágenes para seguir estimulando el cerebro emocional de los ciudadanos, opacando la racionalidad de las realidades, del saber, del conocer, lo  que sostiene de fondo las atrocidades de los oligarcas gobernantes, sobre los derechos fundamentales humanos y sociales,  que con sus decisiones han obstaculizado el desarrollo social y humano, que los mexicanos y mexicanas, nos merecemos de conformidad con nuestra historia, nuestro patrimonio cultural, económico, de la naturaleza,  y desde luego de  los movimientos libertarios y reprimidos brutalmente, como el del 10 de junio.
10 de junio no se olvida, la lucha sigue, en tanto las injusticias, la explotación y las desigualdades sociales y económicas persistan.
 

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