Nuestro partido-movimiento, MORENA, en Nuevo León sigue navegando sin la institucionalidad que dé respuesta a las reiteradas preguntas, no sólo de sus militantes sino de los ciudadanos simpatizantes, sobre dónde estamos? (tanto en la localización de sus oficinas y espacios de asambleas de nuestro partido), como el que estamos haciendo? (en materia de debates, posicionamientos y acciones políticas), pero sobre todo en la integración solidaria de los movimientos sociales opositores que demandan justicia al régimen peñanietisa y su emulo bronquista con sus perversas atrocidades demagógicas, que gobierna en nuestro estado. Mas cuestiono, dónde estamos?, como responsables del partido, en las actividades fundamentales de organización en la formación y mantenimiento de los comités seccionales en todo el estado.
La ausente institucionalidad, entendida por el funcionamiento permanente ordinario y cotidiano de sus órganos de dirección y conducción, desde los presidentes, secretarios y consejeros, desempeñándose responsablemente en sus funciones, establecidas por el estatuto y guiados por nuestros valores y principios ideológicos, además de nuestro programa político, ha sido uno de los más graves obstáculos no sólo para el posicionamiento de MORENA en la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas progresistas de Nuevo León sino para la construcción de los comités seccionales, base de la organización institucional partidista no sólo para la tarea de defensa del voto sino del desarrollo de nuestras actividades políticas conforme a nuestro proyecto alternativo de nación que aprobamos en el pasado congreso nacional de nuestro partido, existen consejeros que no han logrado formar tan sólo un comité seccional.
Más allá de las críticas al tufo faccioso y oportunista, que prevalecieron en los activismos militantes, de los grupos que buscaban el poder, en las pasadas elecciones internas, resulta que las desbordadas ambiciones que motivaron el deseo de ser electos, de los compañeros que lograron sus victorias en los encargos en nuestros procesos democráticos internos, con sus eufóricas protestas de cumplir y hacer cumplir responsablemente su función y con el conocimiento de ser necesitados de tiempo completo y lograr sus objetivos con las circunstancias financieras negativas, derivadas de los resultado electorales estatales que tuvimos, persisten en la mayoría, su cómoda postura de negación de esta realidad, sin cumplir cabalmente con sus funciones en sus secretarias y con un activismo centrado en sus intereses personales, algunos ya subordinado su ambición personal, en el accionar político de MORENA, para lograr imponer o imponerse en alguna de las candidaturas en las próximas elecciones estatal, municipal y nacional del 2018.
Desde luego que no sólo es un derecho el ser electo, el de los compañeros militantes, es genuino su interés de ser candidato o candidata, así como ocupar alguno de los cargos públicos, MORENA necesita de los mejores perfiles y con la integración consciente de nuestra ideología y programa político, que generalmente prevalece en los militantes; cuando he abordado este tema con alguno de los consejeros y militantes, sigo promoviendo que se visibilicen, que en forma responsable y honesta lo manifiesten, que es necesario posicionarse en su territorio, ser conocido por los potenciales electores en el marco de la tarea seccional de organización política que estamos realizando, o sea subordinado las tareas centrales del partido, sin los vicios del aberrante patrimonialismo (es mi distrito, es mi municipio, son mi gente, etc), menos del influyentismo (yo tengo el apoyo de…), mucho menos del clientelismo ( dadivas, él te voy a dar..), sin dejar las soberbias y megalomanías del narcismo perverso de algunos políticos (soy el único, el más capaz, etc..).
En MORENA subsumimos la ética, como el valor supremo del quehacer político, eso nos ha llevado a distinguirnos por no mentir, engañar, menos simular, cultivar la honestidad, ser responsables, no son simples peroratas, en congruencia, nuestras conductas deben estar dirigidas a servir a fortalecer nuestro partido, cumpliendo con las tareas, asumiéndolas con la mayor eficacia y eficiencia, no estamos por los cargos, si somos designados tenemos que cumplir cabalmente con las responsabilidades, si no podemos o queremos habrá otros que nos enaltecerán con sus desempeños.
Ante esta reflexión, un estimado compañero dirigente, me hacía la observación de que estaba politizando, absurdo, como si esta no es la esencia de nuestro ser, más de quienes militamos en un partido político como MORENA y bregamos con AMLO desde principios de este siglo, con los procesos eleccionarios del 2006 y del 2012. Esta forma de pensar, esta muy ad hoc, con lo que nos sucede en Nuevo León donde tenemos una precaria vida institucional, con mínimas asambleas, y escasos debates, donde prevalecen prejuicios, con claras tendencias emocionales y pobreza ideológica, emergiendo los conflictos personales, sustituyendo los contenidos y el activismo político.
Necesitamos urgentemente, el funcionamiento institucional con sus organismos y encargados funcionando, con sus asambleas y debates donde prevalezcan rutinariamente los más altos niveles de información, argumentos, análisis y propuestas de sus militantes, sin estos ejes centrales de la vida partidista y con los engranes desajustados, otros anquilosados, no estamos a la altura de la esperanza que los ciudadanos y ciudadanas en todo el país y en Nuevo León han depositado en MORENA como su partido en las próximas preferencias electorales del 2018.
se me hace un comentario de morena poco profundo ya que lo que realmente pasa en morena y el estado de nuevo leon es que la gente es floja y no trabaja ni en lo mas minimo porque no tiene ideales ni propositos en su vida menos en la vida politica de nuestro querido estado y de mexico. animo animo cada vez estamos mas cerca de hacer historia
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