viernes, 31 de mayo de 2019

CUIDADO CON LAS SECTAS

En el marco del neoliberalismo, desde el siglo pasado, han proliferado los cursos y seminarios encuadrados en la psicología motivacional, con un reduccionismo absurdo, donde los contenidos hacen énfasis en la fuerza de las razones, dentro del individuo, como determinante del logro de sus metas y éxitos y con ello del bienestar, su felicidad y los máximos niveles de desarrollo humano. Se desdeñan las fuerzas externas, ambientales, como los factores psicosociales, socioeconómicas, culturales y políticos inherentes al desarrollo de las personas.
 
Así, emergieron cientos de personas “expertas” motivacionales, algunos sin ser profesionales de las ciencias de la conducta, otros, idolatrados como artistas, dedicados a la producción de los individuos de “excelencia”, ofreciendo formaciones, transformaciones y renacimientos, desde el ámbito personal hasta el profesional. Al mismo tiempo las empresas integraban cursos y seminarios de desarrollo para la conducción empresarial y liderazgo, destinado a sectores acaudalados, como el denominado “coaching” se ofrecía desde formación en el ámbito personal y profesional.
El culto al reconocimiento del yo, del ego, fomentaba autoestimas personales, organizacionales y empresariales, donde los narcisismos desbordaban, llegando a generar delirios de grandiosidad, nutriendo las ortodoxias, con sus dogmas y fundamentalismos, que lograban integrarse en sus verdades filosóficas del ser exitoso. El mercantilismo, con sus fines de lucro desmedido, generó una elite de pseudo intelectuales, vividores, expertos en este ámbito, que se enriqueció, donde el costo de sus honorarios económicos, eran el distintivo de la calidad de sus exposiciones, entre más caros, eran mejores, se ufanaban de los privilegios de quienes lo podían pagar, poco les importaba el estado del desarrollo humano de sus audiencias, ni el estado de la salud, mental, emocional, ni el del desarrollo cognitivo, inmerso en sus experiencia educativas.
Con el fin de obtener máximas utilidades económicas, poco les importo fomentar la adopción de actitudes e identidades, que llegaban a ser doctrinarias en la forma de relacionarse, con sus propias familias y con el mundo ajeno, llegando a conformarse verdaderas sectas, donde su diluía la identidad personal enajenándose con los lideres, llegando a la esclavitud afectiva y sexual como se ha estado revelando en el escándalo de Nxivm, en el proceso penal de Keith Raniere, que se lleva en Nueva York, por acusaciones relacionadas con delitos sexuales, como trata, tortura y extorsión, con evidencias de que mujeres eran sometidas sexualmente y fueron marcadas con las iníciales de su nombre en sus cuerpos.
Raniere, fue el fundador, guía e ideólogo de la asociación quien conceptualizó los llamados programas de “éxito ejecutivo” que involucra a Carlos Emiliano Salinas, hijo del ex presidente Carlos Salinas, Cristina Fox, hija de otro ex presidente, y Rosa Laura Junco, hija del propietario del diario Reforma, y más de 100 mexicanos, muchos integrantes de las elites empresariales y políticas de nuestro país, que además llegaron al activismo con su oposición ideológica a los movimientos progresistas, con sus desmedidas fobias contra toda política derivada del socialismo.
La psicología sectaria trata de conseguir que la persona llegue a desconfiar de sí misma y desarrolle una nueva identidad, en la que la doctrina es el programa maestro para todos los pensamientos, sensaciones y acciones, con esta pseudo identidad, no necesita estar en presencia del líder para saber lo que tiene que hacer. Son programados para actuar, pensar o sentir, satisfaciendo al líder sectario. Esta es una manera de explicar cómo los miembros de un grupo terminan distanciándose de sus familiares y amigos. Se les ha hecho creer que las personas de fuera, aquellos que no pertenecen al grupo, son una mala influencia, les frenan en su desarrollo, evolución o en su progreso de alguna manera.
Por eso las personas con antecedentes de carencias afectivas, problemas de identidad, autoestima deficiente, inmersas en el analfabetismo funcional, alejados del conocimiento de las ciencias y las artes, con limitaciones cognoscitivas, relacionales y con poca tolerancia a la frustración, son las más proclives a ser las víctimas del mercantilismo de los expertos motivacionales y las perversas sectas que prevalecen en nuestras sociedades.
Los que trabajamos en la salud mental, damos cuenta del resultado de personas que, en el contexto de su participación en este tipo de cursos y seminarios, llegan a cursar con estados depresivos, ansiedad, abusos de alcohol, drogas, estrés postraumático y hasta crisis psicóticas, entre otras enfermedades mentales.
Así que cuidado con las sectas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario