En esta semana fue presentado al
Congreso de la Unión, el documento del Plan Nacional de Desarrollo (PND)
2019-2024, elaborado por el gabinete de gobierno del presidente Andrés Manuel
López Obrador, que integra las propuestas del proyecto alternativo de nación,
por el que desde el 2006, hemos venido luchando en el Movimiento de
Regeneración Nacional y que además se posesionaron en la plataforma electoral,
que conjuntamente presentamos con los partidos que hicieron coalición en la
Alianza Juntos Haremos Historia, que nos llevó a la victoria en las pasadas
elecciones del 2018.
En la carta de presentación, del
documento entregado al Congreso, AMLO, refiere que la “Constitución Federal
ordena al Estado
mexicano velar por la
estabilidad de las
finanzas públicas y
del sistema financiero; planificar, conducir,
coordinar y orientar
la economía; regular
y fomentar las actividades
económicas y “organizar
un sistema de planeación
democrática del desarrollo
nacional que imprima
solidez, dinamismo,
competitividad, permanencia y
equidad al crecimiento
de la economía para
la independencia y
la democratización política,
social y cultural de la nación”.
Para este propósito,
la Carta Magna
faculta al Ejecutivo Federal
para establecer “los
procedimientos de participación
y consulta popular en
el Sistema Nacional
de Planeación Democrática,
y los criterios para
la formulación, instrumentación, control
y evaluación del plan y los programas de desarrollo”. El
Plan Nacional de Desarrollo es, en esta
perspectiva, un instrumento
para enunciar los
problemas nacionales y enumerar las soluciones en una proyección
sexenal.”
Resulta
que los Planes Nacionales de Desarrollo en México, son producto de la
integración de la planificación económica en las políticas del estado moderno, como
lo sintetiza, Julio Boltvinik en su artículo de la Jornada, (https://www.jornada.com.mx/2019/05/03/opinion/022o1eco) “cuando los países capitalistas se empezaron a percatar
del enorme éxito de crecimiento económico de la URSS basado en la planificación
económica (iniciada con el primer Plan Quinquenal 1928-1932), algunos imitaron
la idea de planificación, lo cual se reforzó con la Gran Depresión (1929-39) y
con la Segunda Guerra Mundial. En México, el gobierno de Portes Gil promulgó la Ley sobre
Planeación General de la República (LPGR) en 1930, bajo la cual se puso en
marcha, en el sexenio de Lázaro Cárdenas (1934-1940) el primer Plan Sexenal. Durante
el gobierno de Ávila Camacho se formuló el segundo. Aunque dichos planes se
interrumpieron; en el gobierno de López Mateos (1958-1964) se creó la
Secretaría de la Presidencia que asumió la responsabilidad de evaluar y aprobar
los proyectos de inversión pública. López Portillo (1976-1982) la transformó en
Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP), quitándole a la SHCP muchas
facultades. La Ley de Planeación (LP) promulgada por Miguel De la Madrid el 5
de enero de 1983, abrogó la LGPR. El que podría calificarse como el primer
presidente neoliberal promulga, paradójicamente, la LP, cuando la planeación es
el opuesto lógico de la mano invisible del mercado, dogma central del
neoliberalismo.”
El
hecho es que, como señala AMLO, este PND, nada tiene que ver con los que se
presentaban en el periodo neoliberal o neoporfirista. Antes del suyo, el
considera seis planes nacionales de desarrollo (de Miguel de la Madrid a
Enrique Peña Nieto), pero en los hechos son siete, si se incorpora el de José
López Portillo, es decir, el Plan Global de Desarrollo (PGD) 1980-1982,
elaborado por quien sería su sucesor en la residencia oficial. México acumuló
casi cuatro décadas sin contar con un plan de desarrollo apegado a las necesidades
nacionales. Han sido PND que prometieron progreso, bienestar, equidad,
justicia, desarrollo, prosperidad, crecimiento económico y muchísimo más, pero
todos fallaron rotundamente, y en no pocas ocasiones lograron con creces
exactamente lo contrario de lo ofrecido.
En
sus declaraciones a la prensa AMLO ha sido enfático al señalar: “con el
PND-2019-2024 se acabó la política neoliberal. A muchos les trabajaron la
cabeza, es un asunto mental. Mucho tiempo con un adoctrinamiento a favor de una
política neoliberal, quitar eso de la cabeza no va a ser fácil; pero la 4-T
significa también un cambio de mentalidad. Por eso hablamos de revolución de
las conciencias.”
Este
PND, además de reiterar el diagnostico que fundamenta cada una de las políticas
públicas que se proponen, con sus objetivos, estrategias, líneas de acción,
indicadores y metas, integra 3 ejes transversales: Eje transversal
1 “Igualdad de género,
no discriminación e inclusión”, Eje
transversal 2 “Combate
a la corrupción y
mejora de la gestión pública” y el Eje transversal
3 “Territorio y desarrollo sostenible”; contenidos en tres
grandes ejes de las políticas públicas: 1. El eje general de “Justicia y Estado
de Derecho” tiene como objetivo: Garantizar
la construcción de
la paz, el
pleno ejercicio de
los derechos humanos, la
gobernabilidad democrática y el fortalecimiento de las
instituciones del Estado mexicano. 2. El eje general de “Desarrollo económico”
tiene como objetivo: Incrementar la productividad
y promover un
uso eficiente y
responsable de los recursos
para contribuir a un crecimiento
económico equilibrado que garantice un desarrollo igualitario,
incluyente, sostenible y a lo largo de todo el territorio y 3. El eje general
de “Bienestar” tiene como objetivo: Garantizar
el ejercicio efectivo
de los derechos
económicos, sociales,
culturales y ambientales,
con énfasis en
la reducción de
brechas de desigualdad y
condiciones de vulnerabilidad y discriminación en poblaciones y territorios.
Todos los objetivos alineados sobre
el desarrollo sostenible que en el 2015 la
ONU aprobó la
Agenda 2030, cumpliendo con el
pacto signado por nuestro país.
Es
en el Eje de Bienestar donde la salud se aborda con un diagnostico que refiere “como
la administración que inició el 1 de diciembre de 2018, encontró un
sistema de salud
pública insuficiente, ineficiente,
depauperado y corroído
por la corrupción.
Millones de personas
no tienen acceso
a ninguna de las
instituciones o modalidades de ese sistema o bien enfrentan padecimientos para
los cuales no hay cobertura.
Como en otros
terrenos, el desastre
del sistema de salud
pública es resultado
de los afanes
privatizadores y de los
lineamientos emitidos por
organismos internacionales copados
por la ideología neoliberal.
El resultado: en
un periodo en
el que proliferaron
los dispensarios, clínicas y hospitales privados de todas las
categorías, incluso los de gran lujo, los establecimientos públicos han sido
librados al saqueo de la corrupción,
la indolencia burocrática y el estrechamiento presupuestal.
Es casi normativo el que los pacientes de los hospitales del Estado
tengan que llevar sus propios materiales de curación y que se vean obligados a
esperar meses antes de ser sometidos
a una intervención
quirúrgica, tanto por la
saturación de los quirófanos como por descomposturas o faltantes de equipo. Otros ni
siquiera logran acceso
a terapias y
tratamientos porque no
están afiliados a ninguna institución de seguridad social o bien porque
la cobertura del Seguro Popular
es insuficiente. En
suma, el derecho
a la salud
le es denegado parcial
o totalmente al
sector más desprotegido
de la población mexicana.”
Para
lo cual propone en el Objetivo 2.4: Promover y garantizar el acceso efectivo,
universal y gratuito de la población
a los servicios
de salud, la asistencia social
y los medicamentos, bajo
los principios de
participación social, competencia técnica, calidad
médica, pertinencia cultural
y trato no
discriminatorio. Para alcanzar el objetivo se proponen las siguientes
estrategias:
2.4.1 Ampliar el acceso
efectivo de la población a los servicios de salud,
priorizando a grupos
en situación de
vulnerabilidad, marginación o discriminación, y
reconociendo las aportaciones
de la medicina tradicional.
2.4.2 Desarrollar
e implementar estrategias
integrales para mejorar
la formación y profesionalización del
personal encargado de otorgar
los servicios de salud.
2.4.3 Mejorar y ampliar la
infraestructura de salud, equipamiento y abasto de medicamentos en las unidades
médicas y de rehabilitación, generando condiciones adecuadas
y accesibles para
brindar servicios de
salud de calidad a toda la
población.
2.4.4 Mejorar
los procesos de
vinculación entre el
sector salud y la población, promoviendo
la participación ciudadana,
con énfasis en el trato
digno e incluyente, no discriminatorio y con especial enfoque en la población
con diversidad sexual y de género.
2.4.5 Fomentar
la investigación y la cultura
de la promoción
y prevención en salud,
así como la
vigilancia sanitaria, con
pertinencia cultural, sensible al
ciclo de vida
y con perspectiva
de género, basada
en investigación científica y
articulando esfuerzos interinstitucionales entre los diferentes actores
del sector salud.
2.4.6 Promover
y mejorar el
acceso de servicios
de salud sexual
y reproductiva, desde una
perspectiva de derechos humanos y de género, y con énfasis
en adolescentes y jóvenes.
2.4.7 Promover y mejorar el
acceso a los servicios de salud mental y apoyo psicológico en el Sistema
Nacional de Salud Pública, con énfasis en la población
afectada por la
violencia, la migración,
y los desastres naturales, entre otros.
2.4.8 Diseñar
y operar políticas
públicas articuladas para
prevenir, controlar y reducir las enfermedades crónicas
no transmisibles (ECNT), principalmente
diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer, a lo
largo de todas las etapas del ciclo de vida. Instituto Nacional de Salud para
el Bienestar
El gobierno federal realizará
las acciones necesarias para garantizar que hacia 2024 todas y todos los
habitantes de México puedan recibir atención médica y hospitalaria gratuita,
incluidos el suministro de medicamentos y materiales de curación y los exámenes
clínicos.
Este objetivo se logrará
mediante la creación del Instituto Nacional de Salud para el Bienestar, que
dará servicio en todo el territorio nacional. a todas las personas no afiliadas
al IMSS o al ISSSTE. El combate a la corrupción será permanente en todo el
sector salud, se dignificarán los hospitales
públicos de las diversas dependencias federales; se priorizará
la prevención de
enfermedades mediante campañas
de concientización e inserción
en programas escolares
de temas de
nutrición, hábitos saludables y salud sexual y reproductiva; se
emprenderá una campaña informativa nacional sobre las adicciones y se
impulsarán las prácticas deportivas en todas sus modalidades.
En el PND 2019-2024, explicó
López Obrador, “tratamos el principal problema del país, la corrupción, cómo
vamos a dar respuesta al problema de la inseguridad, de la violencia, que es lo
que importa a la gente, cómo se va a reactivar la economía, cómo se va a
garantizar el bienestar de los mexicanos. Entonces, eso es el nuevo plan. Son
65 cuartillas, tampoco es mucho, porque con un lenguaje tecnocrático y 100 o
200 cuartillas es como tomarse un tafil. Esto está ligero, no tiene los
tecnicismos que no se comprenden fácilmente y puede enriquecerse, se puede
ampliar, se puede mejorar, pero ya es un documento para fijar la nueva política
de desarrollo del país.”
Estaremos atentos al Programa
Sectorial de Salud, que obliga a su elaboración a la Secretaría de Salud y que
debe integrar los objetivos de este PND.
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